1.- "Tratando de acercarme"

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Al inicio del nuevo año, siguiendo el consejo de Tenten, Rock Lee se acercó lentamente al lugar donde se solía sentar Neji. El asiento a su lado estaba vacío y leía un libro, sin importarle nada de lo que podía estar pasando a su alrededor. Así, en esa posición, ignorando a todo el mundo, era como más atractivo le parecía. También cuando se ataba el pelo antes de educación física; también cuando llegaba a la escuela caminando bajo la lluvia, todo empapado; también... cuando simplemente existía.

Mientras dejaba sus cosas en el asiento al lado del Hyuga, este levantó un poco la mirada d su lectura. Lo escaneó con sus penetrantes ojos, como tratando de ver a través de las apariencias.

Lee se sintió nervioso. Neji no se movía, solo lo miraba con un semblante indescifrable. Carraspeó y tomó la decisión de ser él quién rompería el hielo.

—¡Hola, Hyuga! No sé si te acuerdas de mi nombre, pero soy Rock Lee—le extendió la mano, en señal de saludo y le dio una amplia sonrisa.

—Estamos en el mismo curso desde hace dos años, por supuesto que me acuerdo de tu nombre—respondió Neji, un tanto sarcástico. Lee se sintió un tanto idiota al ser tratado de esa forma—. Pero es un placer, Rock Lee.

Le estrechó la mano. Lee vio un poco de esperanza de tener una buena relación, aunque sea de amistad.

—¿Qué estás leyendo?—cambió el tema.

—"Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino", de Julio Verne.

—¡Qué interesante!—la verdad era que no le llamaba en lo más mínimo, pero todo sea por no parecerle indiferente a Neji—. Tal vez lo lea en algún momento, así podemos intercambiar opiniones.

—Te lo puedo prestar—Lee no estaba seguro de haber escuchado bien.

—¿Cómo?

—Que te puedo puedo prestar el libro. Yo ya lo leí tres veces y es un libro bastante caro en la mayoría de las librerías, así que si no te gusta no vas a tener el problema de gastar dinero.

—¿En serio? ¡Gracias!

La verdad, leer no era uno de sus mayores pasatiempos. Prefería pasar ese tiempo en el gimnasio o entrenando taekuondo. Pero trataría de leer el libro en sus tiempos libres, si así lograba conectar con Neji de alguna manera.

Sonó el timbre de inicio de clases. Neji guardó el libro en su mochila y sacó su cuaderno de apuntes. Mientras buscaba una pluma y abría el cuaderno en una página, Lee observó con admiración la prolija letra del chico. Incluso escribiendo apurado o tomando apuntes, su caligrafía era perfecta.

El profesor entró en el aula, y empezó a dar clase. Biología le era especialmente aburrida, sobre todo ahora que tenía al profesor Orochimaru. Ese viejo, que debía tener aproximadamente cincuenta años, además de aburrido, tenía fama de pedófilo.

Apenas escuchaba lo que decía Orochimaru. Cada tanto, le dirigía miradas discretas a su compañero, que tomaba apuntes sin sacar la vista del papel. Por un momento, pensó hacer lo mismo, pero se le fueron todas las ganas al pensar que tendría que poner toda su atención a la clase.

Una vez que se terminó la hora, Rock Lee se levantó de su banco, donde casi se había dormido. Bostezó mientras se desperezaba, mirando de reojo a Neji, que ahora guardaba sus cosas.

—La clase de Orochimaru se me hizo muy aburrida, ¿No, Neji?—le preguntó.

—Nunca amé biología, pero ese profesor la hace más repugnante de lo normal.

«Al fin» pensó Lee «algo que tenemos en común»

—¿Te gustaría venir a almorzar con mis amigos y yo? Salvo que tengas otra cosa que hacer, claro...

—Tengo que ayudar a mi prima a estudiar. Tal vez en otro momento, perdón.

Por supuesto. El hecho de que hayan hablado un par de veces no los hacía mejores amigos. Tenía que ir de a poco, para no ser demasiado sospechoso. No dudaba de que Neji era lo suficientemente inteligente como para descubrir sus intenciones sin necesidad de ser directo. Se tragó la decepción.

—¡No importa! Otro día te los presento, si no te molesta.

Neji le sonrió y Lee sintió que se moriría en ese mismo instante. Quería, como en ese momento, ser el causante de cada una de las hermosas sonrisas que adornasen el rostro del Hyuga.

—Claro que no me molesta. 

***

Durante el almuerzo, Lee se acercó a sus amigos, que ya habían ocupado una mesa. Estaba Tenten junto a un chico un año menor que ellos: Shikamaru Nara.

—¿Y?—preguntó Tenten una vez que se sentó a su lado.

—Le gusta Julio Verne ¡Y me ofreció prestarme un libro suyo! La verdad es que me costó menos de lo que creí empezar una conversación—decía—. Acercarme a él va a ser mucho más fácil de lo que pensé.

Shikamaru lo interrumpió.

—¿Por qué tanto esfuerzo en enamorar a ese idiota? Que fastidio; ni que fuese tan atractivo.

De no ser por su pereza, Shikamaru podría ser el primero de toda su generación. Según muchos profesores, tenía un coeficiente intelectual altísimo, teniendo la posibilidad competir en muchas olimpiadas juveniles y siendo un jugador muy hábil del ajedrez y otros juegos de estrategia. Pero el muchacho prefería mantenerse al margen y no prestarle demasiada atención su inteligencia, rechazando cada una de las invitaciones a participar de esas competencias, por pereza.

—Lo importante—agregó la chica—, es que si Lee mantiene el camino actual, Neji va a empezar a ver lo increíble que es y más tarde, caerá rendido ante sus pies. 

—Ojalá sea así—concordó Lee. 

Se acercó a la mesa un rubio casi arrastrando de la mano a un azabache. El primero, tenía una radiante sonrisa, más grande de lo habitual; el segundo, miraba hacia todos lados, como si alguien los estuviese filmando, pero no soltaba el agarre del otro.

—¡Hola chicos!—saludo Naruto, aún sosteniendo la mano de Sasuke—. ¿Cómo van?

—Como siempre: aburrido—contestó Shikamaru. Naruto lo ignoró y le habló a Rock Lee.

—¡Lee! Tenten me contó que por fin hiciste algo para acercarte a Neji ¡Es genial!

—No grites, tonto—lo retó Sasuke—. Seguro Rock Lee no quiere que Hyuga se entere de sus intenciones.

—Ah, cierto. Perdón—se rascó la nuca con la mano libre—. ¡Ahora vamos a comer! ¡Tengo hambre!

Tiró del otro chico para sentarlo a su lado en la mesa. Sasuke no opuso resistencia, algo raro en él. Los dos siempre habían sido muy cercanos y casi toda la escuela sabía que Sasuke era abiertamente gay, al igual que se sospechaba que Naruto no era del todo heterosexual. Desde que empezaron la secundaria se decía de que eran más que amigos, pero siempre había quedado en eso: rumores. Ahora, por como se agarraban de la mano y por como Sasuke no se comportaba con su habitual frialdad, era más que evidente que habían dado el siguiente paso.

«Si un pedazo de piedra como Uchiha se enamoró de Naruto» pensó Lee «No tengo tan pocas probabilidades»

En un desesperado intento de conquistar a Neji Hyuga... [NejiLee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora