chismesito

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Al encontrar el cuerpo tirado de aquel chico Senju perdió la calma.

—¡¿Es neta, Haru?!— Preguntó señalando al "tieso" del suelo.

—Sí. —Asintió como si fuera lo más normal del mundo.— Este es más pesado de lo que parece, deja allá tu mochila y ven y ayúdame a sacarlo de acá, yo lo agarro de los hombros y tú de las piernas, dale.

Senju se quedó en su mismo lugar, visiblemente más enojada.

—No.

—¿No?

—No, Haru. Esto está mal.

—¿Ahora te importa lo que está bien y lo que está mal?, si bien que ya sabes lo que te pasaría a ti, si en tu escuela se enteraran de lo que les vendes y ahí sí no te importó, ¿verdad?... Pero ahora vienes y me dices que de hecho sí te importa hacer lo correcto, ay no, ¿ahora qué trae mi hermanita?

Si había algo que verdaderamente le sacaba de quicio era el tono en el que él siempre le decía hermanita con el pucherito igual al que ella hacía cuando era una bebé, como recordatorio que no era más que una niña pequeña y estúpida, ya no aguantaba.

—Lo que traigo es que ya no quiero hacer esto, ya me cansé, ya. Búscate a alguien más porque yo ya no te voy a ayudar con esto.— Dijo señalando nuevamente a Chifuyu quién yacía en el suelo y estaba empezando a despertar por la discusión que ocurría frente a él. Logró ver a las "dos" chicas pero por la contusión aún no entendía nada.

Mientras Senju se iba de ahí para ir de regreso hasta su escuela habiéndose saltado un par de clases para llegar, Sanzu le gritó:

—¡Suerte consiguiendote un nuevo trabajo que con lo inútil que eres sólo te va a servir tu boquita asquerosa para mamarsela a tu compañeros como la puta que eres!

La otra le contestó desde la distancia con su dedo medio levantado en el aire, sin mirar atrás.

Vaya que se querían mucho esos hermanos...

Chifuyu tosió e intentó levantarse, pero Sanzu se dio cuenta que había despertado, "no,no,no, tú no te vas a ninguna parte", y de nuevo lo último que vio Chifuyu fueron esas largas pestañas y otro puño en su cara.

Mientras el otro seguía maldiciendo a su hermana, se lo llevó cargando y lo dejó tirado en el baño esperando que éste no recuerde nada de lo que vio.





Mientras el otro seguía maldiciendo a su hermana, se lo llevó cargando y lo dejó tirado en el baño esperando que éste no recuerde nada de lo que vio

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Takemichi fue junto con Baji al baño para buscar a Chifuyu. Allí dentro encontraron a Hanma abanicando al rubio con una libreta para que se terminara de despertar, al verlos llegar les dijo riendo:

—¿Sí o no parece mango aplastado?, ¿Sí o no?

Tenía un ojo morado, la nariz con un poco de sangre y otro moretón en la mejilla, verdaderamente un mango aplastado.

Amor en Tiempos de ConaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora