hoy es noche de...

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Take despertó súbitamente con la urgencia de llamarle a Chifuyu, pero prefirió enviarle un mensaje.

Para Take, Chifuyu sonaba un poco molesto y, ¿cómo no?, si los compañeros de equipo que escogieron les fallaron, el proyecto era importante y aun así no podía preocuparle tanto como a Chifuyu porque en ese momento le importaba más la situación de ...

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Para Take, Chifuyu sonaba un poco molesto y, ¿cómo no?, si los compañeros de equipo que escogieron les fallaron, el proyecto era importante y aun así no podía preocuparle tanto como a Chifuyu porque en ese momento le importaba más la situación de Mikey, ¿dónde estará?...

La cosa es que a Chifuyu en realidad no le importaba tanto cómo él creía, él ya estaba desde temprano tomando un baño, perfumándose y ordenando su cuarto.

—¿Y ese milagro?—preguntó su madre.

—Ah...

Había olvidado de mínimo avisarle que iba a tener una visita.

—¿Viene tu amigo... este... el Baji?

—No. Otro.

La expresión despreocupada de su madre se tornó a una de asombro.

—¿Otro?, ¿Al fin tienes otro amigo?, tengo que ver eso.

—Por favor, no es para tanto...

—¿A qué hora viene?, ¿Cómo se llama?

—Viene a comer, pero ya te dije que no es para tanto.—Más obvia no podía ser su expresión de molestia.

—Ni empieces con tus caras, que ya sabes que hoy tengo que salir—le pellizcó una de sus mejillas.

—Más te vale—dijo en voz baja y agradeció que no le volvió a preguntar el nombre de su amigo, porque tenía sus dudas de cómo se vería cuando llegue.

¿Cuánto faltaba?, bastante rato todavía, apenas era la mañana, todavía había tiempo para varias partidas de Clash.

Y así se quedó dormido en su sillón hasta que sonó su teléfono. Era Baji.

—Ey, Fuyu, sólo dime sí o no, ¿vas hoy a lo del refugio?

—¿Qué...?

—Jaja, ¿te dormiste?, pues ya veo que no vienes, ni modo, nos vemos.

Y cortó.

Qué

Se talló los ojos y luego escuchó a su madre gritarle a que vaya a checar las milanesas, vio su reloj y ya era la 1:30.

Las milanesas estaban bien, a su parecer, no era ningún experto pero se veían "comibles" y regresó a su sillón a dormirse otro ratito porque la desvelada de ayer ya la estaba resintiendo.

Ahora sonó el timbre.

Abrió los ojos de golpe.

—¿Es tu amigo?—le gritó su madre desde la cocina.

—Creo que sí—contestó con otro grito.

Abrió la puerta y lo primero que se le vino a la mente es cómo le explicaría a su mamá lo que estaba frente a la puerta.

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⏰ Última actualización: Aug 13 ⏰

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