009 | Guía para sobrevivir al apocalipsis.

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[" La familia Blight es poderosa. Llevan siglos formando parte de la historia del imperio. Incluso se comenta la leyenda de que formaron parte de los primeros jefes de aquelarre, hace ya casi unos cien años. Tienen contactos en todos lados y es sabido que sus miembros son brujas excepcionales y rigurosamente entrenadas. Talento y revolución. Cada vez que la misma para estar a punto de dividirse y romper finalmente con su legado de gloria, hay un rayo de esperanza que los regresa a su lugar, aun más fuertes que nunca."]

Puede que al encontrarse en una situación tan catastrófica como el fin del mundo uno se olvide de la importancia del orden. Ceder al caos sólo traerá más problemas que soluciones. Incluso si Odalia vive en una casa gigantesca y probablemente tardarían semanas en ser conquistadas por las pestes no deja que muchas zonas de la casa queden descuidadas. Ahora más que nunca los hongos son corrosivos, atacan la madera, la masa de abominación y la materia orgánica en general. La comida y uno mismo puede ser la principal víctima de estás especies. En ocasiones puedes despertar con ellos sobre tu piel. En caso de que esto ocurra no entres en pánico. Si perteneces al aquelarre de pociones, curación o plantas será fácil solucionarlo. Pero al ella desconocer estas magias prefiere simplemente deshacerse manualmente y guardarlos en frascos en caso de llegar a necesitarlos.

Además de que la mugre arruinan la maquinaria y el buen funcionamiento de muchas especies necesarias para la supervivencia. Pero puede que lo peor de todo sea que el mal olor atraiga a los demonios salvajes. Muchos de ellos son muy sensibles a los olores. Tenemos que tomar en cuenta que desde el día de la unidad la cantidad de bestias han aumentado exponencialmente en cantidad y tamaño.

Estás obserbaciones dan claros indicios de que los demonios gobiernan estás tierras ahora. Es algo innegable. Ella sospecha que desde la abrupta desaparición de un gran número de brujas y el gasto de energía que fue necesario para realizar el hechizo mortal se a creado un desequilibrio en la magia. Dado que toda la energía que las brujas ocupaban quedo en el aire y regreso al Titán, redistribuyendose por las demás criaturas de la isla. Creando estás mutaciones en los demonios y cambiando la constitución química del cuerpo flotante que habitan. Estos se reproducían cada vez más rápido y parecía ir a más (Toda está reflexión no es más que el resultado de miradas hechas a nivel macro y sin tratarse de una investigación real. En la mansión Blight existen los elementos para hacer ese tipo de cosas, pero Odalia no sabría usar o leer los resultados).

Para suerte de Odalia, tubo la fortuna de vivir en una mansión equipada con armamento militar. Obteniendo así una ventaja indescriptible sobre cualquier otra pobre alma sobreviviente (si es que quedaba alguien). Por lo cual, mientras hiciese mantenimiento básico a la muralla y cada tanto bajara a recargar manualmente algunos cañones. Los abomatones funcionaban a pesar de todo, muchos de ellos trabajaban con total normalidad y respondían bien a las ordenes. Por otro lado la comida sobraba y creía poder racionalizar para su mayor eficiencia. No creía tener problemas con eso en mucho tiempo.

De alguna manera eso era un problema. Había muy poco que hacer y ella era una mujer que gustaba del trabajo. Amaba tener sus grandes proyectos y vivía por ellos. Por siempre andar ocupada buscando un objetivo. Sea cual sea. Siempre teniendo un escalón más arriba al que salir. Pero ahora no tenía nada de eso. Y lo sentía, su mente corría hacia todos lados sin un rumbo fijo buscando algo en que trabajar. Pero era imposible. Así se encontraba a merced de pensamientos intrusivos, arrepentimientos, fantasías y escapes oscuros.

Para evitarlos y bloquearlos a intentado muchas cosas. Para empezar, y en los primeros días desde el apocalipsis, se encargo de esconder cualquier objeto que le recordará a su familia. Simplemente no quería pensar sobre eso. No había caso y no ganaba nada con ello. Así que guardo cuadros y fotos, transformo el ático en una bóveda de lo innombrable. También cerro con llaves muchas habitaciones, incluso pasillos enteros. Limitando así algunas áreas completas que odiaba ver. Sin embargo había espacio que no podía simplemente negar. Entre ellos estaba el taller donde se solían perfeccionar los abomatones. Necesita muchas de esas herramientas y planos. Es obvio que tiene que entrar ahí, incluso pasar algo de tiempo tratando de no prestar atención a las manchas de abominación, algunas notas y esa estúpida rata que no dejaba de dar vueltas a su alrededor (le encantaría deshacerse de ella... pero muchas cosas malas ya habían ocurrido. Justo ahora quería sentir algo de respeto por su esposo).

EL DÍA DESPUÉS DEL DÍA DE LA UNIDAD... |{TOH Au.}|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora