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Aemond

22:30pm
La casa estaba llena, podría decir que esta casi toda mi generación de clases en mi sala y patio.
Aegon había preparado la piscina para que pudiera usarse, habían barios ya dentro de ella nadando, conversando y bebiendo.
Daeron se nos había colado, diciendo que si lo dejábamos participar en la fiesta no le diría nada a nuestros padres, estaba junto a Aegon, conociendo al grupo.

Me encontraba a la orilla de la piscina, sentado con mis pies dentro de ella y tomando una botella de cerveza, la música estaba fuerte, pero lo suficientemente baja para poder escuchar conversaciones ajenas a mi.

Helaena no ha dado señales de vida.

Me giré para ver su ventana, sólo se veía una tenue luz, debe ser la de su escritorio, casi siempre deja esa luz encendida.
Debe estar con sus auriculares, tratando de disipar el sonido de la fiesta con su música de los años 70, quizás este acostada o en su escritorio, me mata la curiosidad.

Sólo sé que si voy a su cuarto a verla, no podré controlarme.

Pero ¿realmente quería controlarme con ella?
¿Quería resistirme a sus suaves y finos labios, a su cabello y su toque?

Claro que no.

Alguien entró de un chapuzón a la piscina, dejándome casi completamente empapado y sacándome abruptamente de mis pensamientos.

A su vez lo encontré perfecto, era la mejor excusa para ir arriba sin que nadie reproche.

Con una sonrisa idiota en mis labios, me levanté de ahí y rápidamente me dirigí a las escaleras, ni si quiera pensé en ir a cambiarme la ropa, fui directamente al cuarto de Helaena.

Toqué la puerta, esperé y no hubo respuesta. Iba a entrar pero estaba con seguro, muy bien Hela.

Esperé unos instantes más hasta que sentí sus pasos aproximarse hasta la puerta.

-¿Quién es?- preguntó, su voz se oía algo ronca.

Carajo creo que la desperté.

-Soy Aemond-

Instantes después la puerta se abrió mostrándome a una Helaena en pijama. Sus piernas estaban casi completamente expuestas.

Joder.

Ella me miró bien y abrió sus ojos más de lo normal de pronto.

-Estás todo mojado!- exclamó entre preocupada y con risa.

-Estaba en la piscina tranquilo hasta que un idiota se tiró como una bomba empapándome.-
Le expliqué.

-Ya veo...- dijo ella, no sabía qué hacer y tampoco yo, no quería irrumpir en su cuarto en estas circunstancias sin su permiso.

La miré a los ojos, esperando si me invitara a pasar o a cerrarme la puerta en la cara.

-Deberías cambiarte...podrías enfermarte por el frío- me miró preocupada esta vez.

No supe como tomármelo pero ella tenía razón, estaba empezando a invadirme un frío de la mierda. Más no quise rendirme.

-Yo... iré a cambiarme y enseguida vuelvo-

Esperé su respuesta antes de irme, una tímida sonrisa se asomó en sus rostro y asintió.
Le devolví la sonrisa y me dirigí a mi cuarto a cambiarme de ropa.
Por alguna razón no quería volver a la fiesta, quería quedarme con Hela el resto de la noche
así que simplemente me puse unos shorts y una camisa negra. Dejé la mi muda mojada en el cesto de la ropa sucia y salí de aquí.

Esta vez no quise tocar la puerta, para mi fortuna Hela no le había puesto el seguro. Entré a la habitación y cerré la puerta tras de mi.

Esta vez yo le puse el seguro.

Ojos color lila (Helaemond)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora