AemondLa voz de Criston reventó abruptamente la perfecta burbuja en la que nos habíamos envuelto Hela y yo.
Jamás odié tanto a un persona.
Obviamente me separé de ella de golpe, ellos no podían saber nada sobre mis sentimientos hacia mi hermana.
Aegon y los demás venían hacia nosotros sonrientes, Hela se apartó un poco de mi lado y se encogió en su lugar, claramente incómoda, pero trató de disimularlo volviendo a concentrarse en su dibujo.
Si estos cabrones no hubiesen llegado no habría aguantado las ganas de besarla.
Probablemente ahora mismo nos estaríamos besando de no ser por ellos.
Hice todo lo posible para trata de ocultar mi fastidio, les devolví el saludo con una sonrisa y me puse de pie, no quería que ellos se sentaran al rededor de Hela, la pondría incómoda y por sobre todo, no quería a ningún idiota cerca de ella, y mis amigos son unos idiotas.
Cuando llegaron hasta aquí ninguno se sentó al verme de pie, saludaron a Hela a lo que ella los miró uno por uno y movió su mano en forma de saludo.
Joder que tierna.
Comenzaron a preguntarme sobre los últimos días, una sonrisa apareció en mi rostro, me despedí de Hela acariciando su hombro y diciéndole que la vería en casa o a la salida, ella mi miró y con una pequeña sonrisa asintió con la cabeza.
Comencé a caminar lejos de ahí para que se alejaran lo antes posible de ella, cuando ya estábamos lejos de Hela pude respirar tranquilo. Nos sentamos en las escaleras que daban al acceso de nuestra facultad y conversamos de cosas triviales y de lo rápido que pasaron las vacaciones.
Perdí el hilo de la conversación, mi mente se fue hacia otra cosa, más bien hacia alguien.
Mi hermana.
Para ser sincero Helaena siempre me llamó la atención, su personalidad tan fuera de lo común, la fascinación que tenía por los insectos, cuando éramos unos niños me dejaba completamente impresionado como era capaz de tomar arañas de jardín con sus manos o cualquier otra clase de bicho.
Siempre le ha costado socializar y los lugares llenos la sacan de lugar, generándole en casos extremos crisis de pánico.
De niños madre le dejaba el cabello largo hasta la cintura y le hacía trenzas en este, estilo que conserva hasta el día de hoy.
Sus fascinantes ojos lilas como los de nuestra abuela, era la única de nosotros cuatro con los ojos así, los míos eran azul como los de mi padre.Pero, el momento en que empecé a cautivarme por ella fue exactamente hace dos años, ella tenía 18 años y yo 17.
Era verano, hicimos un viaje familiar a una playa que queda relativamente cerca de la ciudad.Recuerdo estar sentado a la orilla de este, disfrutando del sol y el sonido del agua, Hela estaba a la orilla, tenía algo en sus manos que desde aquí no se veía.
En eso, dos chicas de su misma edad aproximadamente se acercaron a ella, algo me alertó de inmediato, intercambiaron un par de palabras y lo siguiente que pasó fue que una de ellas empujó a Helaena haciéndola caer en el agua.
Cuando me puse de pie para ir a defender a mi hermana pude ver que la misma tipa que la había empujado tiró con fuerza una piedra sobre algo, ambas reían y cuando me vieron aproximarse me miraron con terror y salieron despavoridas de ahí.
Hela gateo por la arena y tomó la piedra levantándola lentamente.
Un grito ahogado salió de su garganta y comenzaron a caer lágrimas por sus ojos.Una jaiba yacía muerta en la arena, la misma que Helaena tenía en sus manos y estaba acariciando tan feliz hace unos momentos.
Esas chicas empujaron a mi hermana y habían mato a ese molusco solo porque encontraron que ella era "un bicho raro".
Hela seguí llorando y volvió a tomar con sus manos el cuerpo inerte de la jaiba poniendo sus manos en sus muslos.
Me senté junto a ella en la orilla, donde las olas llegaban hasta nosotros ya completamente pequeñas.
-Lo siento, debí estar aquí contigo todo este rato.- le dije, de verdad sentía que en parte era mi culpa por no estar con ella.
Una sonrisa triste se asomó un su rostro.
-No es tu culpa Aemond- me respondió aún con su mirada clavada en el pequeño bicho.
Había dejado de llorar pero aún había pena en su rostro.
Puse mi mano en su hombro, queriendo darle algo de consuelo de mi parte, ver a Hela así de triste me dolió demasiado.
Sus ojos se fueron hasta el toque y luego a los míos. Me miró profundamente por unos largos segundos, quedé completamente hipnotizados por su mirada, me tomé la libertad de escudriñar en su rostro, en sus facciones, en sus pecas, su nariz, pestañas, sus labios...
Era simplemente hermosa.
Con cuidado tomé sus codos y la ayudé a levantarse aún sin romper el contacto visual.
Una vez de pie, no fui capaz de soltarla y ella no lucía incómoda por eso.
Algo cambio en mi esa vez, desde ese día estaba siempre con ella, la cuidaba desde lejos o de cerca, comenzó a ser mi mas grande prioridad...y mi más grande tesoro.
A pesar de eso a veces me comportaba como un estúpido con ella.
Me confundo tanto con mis sentimientos, ya sobrepasaron todos los límites preestablecidos. Pero ya no me importaba.Y Hela tampoco, al menos eso me dice su mirada.
La campana indicando que el comienzo de las clases me trajo de regreso a la realidad.
Me puse de pie lentamente y con pereza nos dirigimos a nuestra clase.Digamos que mis calificaciones en la universidad eran dignas de alumno ejemplar, me gustaba estudiar y leer, aunque lo mío era más lo físico, tanto en el ejercicio como en las artes marciales.
La clase transcurrió rápida pero pesada, escribí toda la materia pasada por el profesor, Cole estaba sentado a mi lado y me copiaba los apuntes el muy cabron. Reí un poco pues siempre es lo mismo con él, a pesar de eso la va casi tan bien como a mi.
Luego de casi dos horas el profesor dio la clase por terminada dándonos el permiso de irnos.
No tenía más clases el día de hoy, así que dispuse a buscar a Helaena.***
Un vistazo a la mente de Aemond y de sus pensamientos y sentimientos hacia Helaena.
Espero les haya gustado🖤
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Ojos color lila (Helaemond)
FanfictionHelaena Targaryen siempre ha sido diferente a los demás, completamente introvertida, reservada y distante, con una gran admiración (u obsesión) por todo tipo de insectos. A pesar de esto la joven llama mucho la atención de los chicos, por su largo...