Capitulo 17- Experimento 2

33 5 0
                                    

— Mucho gusto, soy Adelaide— intento ocultar los nervios y la incomodidad. De mi mochila saco una cobija, Elijah está atento a cada uno de mis movimientos.

Se la lanzo dentro del círculo. La toma con desconfianza pero se cubre con ella.

— Un gusto, Adelaide. Me puedes explicar que ocurre, ¿qué hago en este lugar?— su voz es calmada y firme, esa calma me hace estar atenta— ¿Y por qué creías que era Niklaus?

No es de confianza. Mis alertas se encienden al recordar todo lo que ha hecho y he estudiado sobre él.

— Intentaba revivir a tu hermano, no se porque estás vivo— la pesadez en mi cuerpo me obliga a sentarme en el suelo.

Su rostro refleja sorpresa. Sorpresa que yo comparto, ¿como reviví a Elijah en vez de a Klaus?

— ¿Vivo? Eso no es posible.

Respirar se me hace cada vez más difícil, y mis ojos están tentados a cerrarse pero no puedo... necesito estar concentrada.

— Yo tampoco puedo... comprenderlo— mi voz se entrecorta. La saliva baja por mi garganta como si fuera ácido, mi sangre hierve y mi lobo interior quiere salir y matarme con sus propias garras.

Elijah frunce el ceño.

— ¿Estás bien?— pregunta, ¿preocupado? No, curioso más bien.

— Necesite mucha magia para revivirte, solo estoy cansada.

No pude evitar acostarme boca arriba, pretendía mostrar rudeza y fuerza pero al contrario Elijah me está viendo mas débil y delicada de lo que pretendía. ¿Como podré ganarme su respeto de esta manera?

No pretendía que me temiera, eso sería imposible en estos momentos. Pero quería que me conociera, al menos, de pie.

— Libérame.

Rio sin gracia.

— Eso no va a ocurrir.

Me imagino a Sean arrancando cada extremidad de mi cuerpo al descubrir este error. En vez de tratarle la solución a sus problemas, le he traído un problema más... uno de los peores de hecho.

Miro a Elijah, no me molesto en ocultar la fascinación al ver su rostro. Es muy emocionante verlo por fin en persona, tantos años mirando una imagen y ahora acá lo tengo frente a mi... con ganas de asesinarme.

— Voy a conseguirte ropa...— desde mi posición miro mis pies, pero estos se niegan a responderme. Me rindo regresando mi mirada a su rostro— Algún día.

Su piel poco a poco se empezó a tornar gris con grandes y espesas venas oscuras, lo miro sorprendida pero este no se inmuta en su cambio. Su mirada no se aparta de mi.

— ¿Podrías dejar de mirarme así? Me empiezas a incomodar.

— Me disculpo— contesta con cortesía pero aún así no me deja de mirarme. Nota mi mirada en su cuerpo— No he comido en mucho tiempo.

Asiento comprendiendo la reacción de su cuerpo. Es alucinante. Del bolsillo de mi pantalón saco una pequeña navaja con la que corto la palma de mi mano, con la profundidad necesaria para obtener una buena cantidad de sangre.

— No voy a alimentarme de una niña.

Rio esta vez con gracia. Su rostro se ilumina por un momento pero lo oculta muy rápido. Con ayuda de mi magia logro reunir varias bolas flotantes de sangre dirigiéndolas en su dirección.

— Abre la boca— me obedece al instante, un poco de sangre cae por la comisura de su labio y se pierde en su pecho. Al terminar me mira con cierta oscuridad— ¿De verdad creías que sería tan estupida para meter mi mano ahí?

El nuevo legado* {PAUSADA}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora