Kazutora / 🌠

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Jamás había sido un obstáculo el hecho de bailar semidesnudo ante mafiosos de alto rango, en cambio favorecía grandemente por las asquerosas y rídiculas sumas de dinero que los borrachos tiraban sobre el escenario, en busca de satisfacer su morbo cada viernes a altas horas de la madrugada.

En el corazón de Roppongi, donde era conocido por la ciudad que jamás dormía y el negocio de la fiesta y el alcohol su demanda jamás decrecía, todo lo contrario. Los carteles brillantes promocionando todo tipo de bebidas alcohólicas o servicios y las luces de los edificios adornando las concurridas calles, o los callejones solitarios más oscuros donde las más desafortunadas esperaban en tacones altos, para sobrevivir un día más.

Roppongi era terreno de pandillas, que después de enfrentamientos bélicos por fin se aliaron en paz, últimamente todo ha estado pacífico y el sonido de las balas no es tan frecuente como solía serlo unos cinco años atrás.

...

No entendías, pero tampoco juzgarías. Sabías y presumías tu esbelto y bien esculpido cuerpo con esas prendas que dejaban tanto a la imaginación pero no entendías el cómo tantos viejos forrados en dinero preferirían pagar una considerada suma de dinero por una noche contigo siendo un hombre a pagar por la virginidad de una mujer, por más inmoral que suene.

Con un cuerpo del tipo gamín suave, no más de 1,68 de altura, ojos y cabello oscuros, con una piel tersa, todos y todas tus compañeros de "trabajo" en la vida nocturna coincidían que eras de los mejores pagados de una sola noche.

Nadie se resistía.

Hacía un par de años que fuiste aceptado como bailarín exótico del bien reconocido bar favorito de todos los mafiosos en ascenso o algún que otro valiente de bajo rango que seguro no saldrá vivo del salvaje lugar.

Empezaste a ganar fama rápidamente por tus "excelentes" servicios.

Pero desde hacía un tiempo que no atendías clientes sexualmente, y por más raro que suene jamás afectó tu cheque de pago. Ya que tanta era tu fama pero mágicamente nadie quería acostarse contigo en los últimos meses.

Se suponía eras uno de los más solicitados.

No era cualquier lugar, sólo los líderes de las pandillas distintivas y ahora aliadas asistían, junto a los algos rangos, un lugar lujoso abierto por un conocido miembro fundador de la Tokyo Manji, pero desastroso donde todo tipo de delitos eran protagonistas, especialmente por la nula ley y libre albedrío.

Era un día como cualquiera, un fin de semana normativo, una atmósfera encendida con luces neón de distintos colores mezclándose con la música de temporada, algunos cantando, bebiendo, fumando todo tipo de cosa ilegal y otros bailando, talvez sin saber lo que la sala VIP ocultaba. O talvez si.

El olor en todo el lugar era característico, mezcla de marihuana y personas visibles a simple vista fumándola como si el mañana no existiera. En las esquinas un olor parecido a los fármacos se intensificaba, cocaína y heroína en su mayoría.

El lugar estaba dividido en dos pisos, el de abajo donde la fiesta infinita y el sexo desenfrenado es una utopía y el segundo piso, donde las peores aberraciones del lugar eran cometidas.

Nombres reconocidos del bajo mundo que pagan demasiado para disfrutar un buen espectáculo. Claro, con erecciones deleitándose con la buena vista de todos esos traseros redondos que por algunos otros billetes estarían a sus disposiciones.

...

Estabas bailando tu famosa rutina de pole dance; nada fuera de lo normal hasta que un cliente en específico empezó a hacer contacto visual contigo, no era tu tipo, era un viejo ricachón más del montón, pero pudiste notar que sin importar el pasar de los minutos no despegaba la vista de tí.

«𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚁𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 𝚇 𝙼𝚊𝚕𝚎𝙾𝚌 𝙾𝚗𝚎 𝚂𝚑𝚘𝚝𝚜»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora