Advertencias - Sumisión. Masoquismo. Knife play. Juego de temperatura. Cera caliente. Cambio de genero. Lenguaje vulgar. Creampie
Tsukishima suspiro, botando todo el aire en sus pulmones, tratando de calmar su acelerada mente, con Tadashi de rodillas solo en ropa interior, con un collar de cuero al cuello y una cadena, la que ella misma tenía en sus manos en ese momento, la enredo en su mano jalándola, haciendo jadear al castaño, obligándolo a avanzar a gatas hacia ella, se detuvo justo entre sus piernas junto a la cama, apoyo la mejilla en el muslo desnudo de la rubia con el rostro sonrojado, las pupilas dilatadas, la mano libre de Tsukishima se paseó con suavidad por la mejilla del pecoso, desde la primera vez que se habían visto en la oficina el muchacho había llamado su atención; y las cosas escalaron demasiado rápido, para cuando quiso darse cuenta tenía al oji café entre sus piernas, follándola contra el escritorio de su oficina a media tarde.
De alguna manera las cosas se habían retorcido hasta que Tadashi termino siendo su perrito faldero, siguiendo no solo sus órdenes durante el horario de trabajo sino fuera de este, cuando se reunían en hoteles o si tenían tiempo en casa de la rubia; Yamaguchi había conseguido sacar al máximo su vena sádica siendo que disfrutaba no solo de ser humillado sino también lastimado y aunque en un principio no creyó poder con aquello, termino por disfrutarlo, demasiado tal vez.
Deslizo los dedos desde su mejilla hasta el cabello de Tadashi, tomándolo entre sus dedos y jalándolo, obligándolo a levantar la cabeza en un jadeo, se relamió lo labios separando más las piernas
–Se buen chico y cómetela– el castaño asintió jadeante, tomando la ropa interior de la mujer para hacerla a un lado, acaricio con suavidad el interior de sus muslos acercando el rostro agitado, tomándose cada segundo para saborear el momento, Tsukishima jalo la cadena sin gentileza obligándolo a hundirse entre sus piernas, retuvo un gemido, las manos de Tadashi tomando con firmeza sus muslos mientras su lengua se abría paso entre sus labios, suspiro con la boca abierta, la lengua ajena deslizándose con lentitud por sus pliegues, tomando con ella la humedad de la rubia, gimió cuando su lengua se empujó dentro suyo simulando embestidas, sus dedos subiendo buscando su clítoris, separo un poco más las piernas moviendo las caderas contra su boca instándolo a ir más rápido, Yamaguchi respiraba agitado, luchando por no perder el aliento mientras su boca se pegaba a su vulva lamiendo con lentitud los labios antes de separarlos para hundirse ligeramente entre ellos, subiendo así mismo hasta conseguir su clítoris, se detuvo ahí, procurando que su lengua aplastara aquella dureza que obligaba a la rubia a echar la cabeza hacia atrás gimiendo, el mismo gimió cuando la mano de la mujer empujo su nuca contra ella sin un mínimo de consideración, aparentemente sin importarle ahogarlo y en realidad lo último que le preocupaba a él era eso, sin quejas moriría ahogado por comerse aquel caliente coño.
Lo mantuvo ahí al menos un par de minutos más antes de dejarlo ir, ambos agitados, sonrojados y necesitados
–Sube– obedeció sin chistar a la orden subiéndose sobre el cuerpo femenino, Tsukishima alzo una ceja –No dije sobre mi– contuvo un gemido cuando la rubia le dio una bofetada