Adoración del cuerpo ~Bokuto x Akaashi~

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Advertencias - Akaashi demon. Lenguaje vulgar. Creampie. Spanking.

Cualquiera creería que en la relación sería Bokuto el más caliente, el que iniciara los encuentros sexuales y probablemente el que los metería en situaciones incomodad, pero no era su culpa las veces que los habían encontrado en situaciones compro...

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Cualquiera creería que en la relación sería Bokuto el más caliente, el que iniciara los encuentros sexuales y probablemente el que los metería en situaciones incomodad, pero no era su culpa las veces que los habían encontrado en situaciones comprometedoras, aunque nadie le creyera, no era su culpa, era Akaashi, con esos ojos precioso, seductores, lo que lo llevaba a pecar de la forma en que lo hacía, era ese chico que se escondía bajo una piel de cordero, el que por las noches dejaba a la vista sin vergüenza un par de cuernos bonitos y una cola acabada en flecha, solo algunos atributos de su verdadera naturaleza, demoniaca naturaleza

–Kotaro es muy grande– su mano apretaba el bulto en el pantalón de pijama del mencionado, mordiéndose el labio al sentir el tamaño y calidez en su mano, estaba duro ya, gracias a algunas caricias solamente, Bokuto era tan fácil de leer

–Akaashi... es tarde... no deberías estar aquí– titubeo, contendiendo los sonidos húmedos que se querían escapar de su boca, hecho la cabeza hacia atrás cuando aquella bendita mano se interno en su pijama, tomando la erección en su mano

–Como no podría venir, no podía dejar sin atención a este delicioso pene– y se inclinó lamiendo las gotitas de liquido preseminal que escapaban de él –Sería un pecado– Kotaro jadeo fuerte

"Tu eres el pecado"

Pensó para sí, bajando finalmente la mano hasta los cabellos oscuros de Keiji, al día de hoy no entendía como es que había acabado enredado de tal forma en las garras de aquel diablillo que parecía alimentarse de su energía sexual, no se iba a quejar, el sexo era magnifico y Akaashi se veía jodidamente delicioso cuando lo hacían, el pelinegro gimió con el miembro erguido del más alto en su boca, con la cola delgada moviéndose lentamente de un lado a otro

–Se pone más grande– deslizo la lengua por toda la erección –No puedo esperar a tenerlo dentro– lo sostuvo en su mano mientras su lengua jugaba debajo de la cabeza –¿Puedo meterlo ya? – Bokuto, aun completamente vestido asintió, quitándose la camiseta y dejando que el menor le quitara los pantalones y boxer, el mismo se arrodillo quitándose la ropa que traía, dejando ver su miembro goteante y duro, sus pezones atravesados por un par de piercing que aun no sabia cuando se había hecho pero solo lo hacían lucir más apetitoso a sus ojos, devoro el cuerpo ajeno con la mirada, Keiji gateo hasta estar sentado sobre la erección del oji ámbar, frotándose ahí –Esta tan caliente– gimió deslizando las manos por su propio cuerpo apretando sus pezones para bajar luego hasta su erección la cual masturbo algunos segundos antes de acomodar la punta del miembro duro de Kotaro en su entrada

–Akaashi, ¿no hay que prepararte?– el mencionado sonrió dejandose caer lentamente sobre el pene del medio albino

–Ya lo hice Kotaro, antes de venir– el mayor gimió, por la sensación del apretado interior del pelinegro y por la imagen mental de él metiéndose los dedos para abrirse para él, coloco ambas manos sobre sus caderas empujando hacia arriba, ganándose un bonito gemido por parte del menor, Akaashi apoyo ambas manos en el abdomen marcado del oji ambar comenzando a montarlo, moviéndose despacio, jadeando con los ojos entrecerrados por la sensación tan agradable de ser follado por él  –Estas tan grande y duro, te sientes increíble en mi interior– Kotaro se encontró gimiendo nuevamente, deseando más del hermoso demonio sobre él, clavo los dedos en las caderas pálidas, empalando con fuerza el trasero del pelinegro que se vio obligado a cubrir su boca para no ser oído, a pesar de todo no le agradaba la idea de que su suegra lo oyera gemir mientras era empalado por el exquisito pene de su hijo, con esfuerzo Keiji lo paro, apartándose antes de que el medio albino pudiera quejarse, se acomodo a su lado, boca abajo, con las caderas arriba y la mejilla apoyada en la almohada, le guiño el ojo estando cara a cara, ambos sonrojados –Mete tu enorme verga en mi culo, rómpeme Kotaro– y como si fuera una orden la siguió al pie de la letra, acomodándose detrás del pelinegro, le dio una nalgada haciéndolo jadear con fuerza

–Te portas como una zorra Keiji–volvió a nalguearlo –Y luego todos creen que yo soy el pervertido– entro de golpe, hasta el fondo, obligando al más bajo a ahogar un gemido alto en la almohada –Si te vieran así, con las caderas levantadas y bien abierto para mi– dio el primer empuje –Estas duro y ni siquiera te he tocado– embistió de nuevo nalgueando una vez más ese bonito y redondo trasero –¿En serio te gusta tanto mi pene?– el muchacho asintió con la boca abierta y los ojos llorosos, se sentía tan bien, tan jodidamente bien –Dilo bien–

–Amo tu pene, amo lo bien que jode mi trasero– empujo las caderas contra el más alto incitándolo a ir más duro, cosa que no tardo en ocurrir, con una mano sostenía la cintura de Akaashi mientras la otra se dedicaba a nalguearlo con la suficiente fuerza para dejar ese redondo trasero rojo, Keiji solo gemía contra la almohada, sintiendo los muslos temblorosos por las profundas embestidas, cada una llegando justo a su próstata –Eres el mejor... tu pene es el mejor– dijo entre gemidos –Rómpeme en dos con ese enorme pene, hazlo... destrúyeme de una vez– curvo la espalda de forma brusca cuando tuvo ambas manos sobre su cintura y el pene de Kotaro golpeando sin piedad su interior, sus testículos chocando contra su piel, haciendo sonidos húmedos y sucios cada vez que entraba y salía, tal vez nunca entraría al cielo, pero esto era definitivamente mucho mejor, estaba seguro, cerro los ojos gimiendo el nombre de más alto, abrazando la almohada que ahogaba sus gemidos

–Estas apretándome tan bien Keiji ¡ah! Podría estar así para siempre– deslizo las manos por sus costados llegando hasta su erección la cual tomo para comenzar a masturbarlo al ritmo de las embestidas, cada vez más bruscas, cada vez más desordenadas –Mierda Keiji... voy a acabar– gimió en su oído haciéndolo estremecer

–Hazlo dentro... lléname– lo miro de reojo –Llena mi interior con tu leche caliente– escondió el rostro en la almohada nuevamente gimiendo con ganas, con la mano sobre su pene duro al borde del orgasmo y su próstata siendo abusada una y otra vez por el miembro ajeno –D-Dámela toda– fue lo último que dijo antes de que Kotaro acabara, su mano seguía en la erección del pelinegro masturbando con ganas mientras su pene se vaciaba en el trasero del menor, Keiji gimió apretando la almohada con fuerza, su cola tensa al igual que todo su cuerpo, el semen caliente saliendo, manchando la mano del oji ámbar que gimió ronco al sentirlo, su interior apretándose alrededor de su miembro aun sensible por el orgasmo reciente, se apartó despacio conteniendo un jadeo cuando vio el liquido espeso y blanco escurriéndose desde el interior ajeno, las manos de Akaashi fueron las que tomaron sus glúteos separándolos, abriéndose más, dejándole una vista privilegiada de su entrada dilatada y el semen saliendo de ella, jadeo cuando Bokuto prácticamente se lanzo sobre él buscando su boca, besándolo con ganas

–Akaashi eres tan sexy– repartió besos por su rostro antes de volver a unir sus labios en un beso lento y profundo, los dedos del pelinegro enredándose en el cabello caído de Bokuto, sus lenguas encontrándose mientras aquellas manos fuertes bajaban a su trasero apretándolo obligando a jadear al peli negro –¿Repetimos? – Akaashi sonrió con suavidad

–Por supuesto–

Kinktober - Haikyuu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora