La estación en que no estás

10- Un motivo para vivir

Otoño 2018
Miami

El primero de octubre a las 10 de la mañana Lía llegó al mundo en un parto rápido y sin complicaciones. Javier lloraba como un bobo mientras la presentaba a su familia orgulloso de ser padre otra vez de una niña tan hermosa. Grecia la cargó llena de ternura aunque luego sus recuerdos como siempre la atacaron y se la entregó a su hermano, saliendo del hospital a prender un cigarro y llamar a Nina quien casualmente estaba de cumpleaños.
_Hello Greci, tu llamando? Que raro! Deja que revise si se va a caer alguna estrella.
_Muy graciosa, pues llamo para felicitarte por tu cumpleaños.
_Pero si es mañana.
_No, es hoy, me lo ha recordado mi calendario.
_Fuck! Quería gastarte una broma!
_Tu spanglish es de risa Nina.
_Envidiosa- se escuchan risas al otro lado del teléfono- ¿Como estás? ¿Aún en Miami?
_Bueno pues acabo de tener una crisis de ansiedad mientras cargaba a mi sobrina recién nacida.
_Ya nació! Como se llama?
_Lía- se siente un pequeño silencio.
_Cálmate un poco, no soy yo la indicada creo, para ayudarte con la crisis pero deja de pensar en el pasado, ve y disfruta de tu sobrina que conociéndote como lo hago puedo jurar que pasará tiempo para que la vuelvas a ver. Te quiero, hoy vamos a salir Enrique, Emily y unos amigos de Gabriela a celebrar la noche.
_Y Gaby?
_Pues la última vez que nos vimos dijo que se iba a Tailandia con un ligue, sus palabras fueron y cito textual:
"Ay Nina yo tengo que vivir, no seré un vejestorio como ustedes "
_Pues si, que aproveche. Oye tengo que colgar, ya tengo que entrar de nuevo estaba fumando.
_Deja el vicio! No trae nada bueno. Te quiero. Cuídate.
_Feliz cumple. Te quiero.

Al día siguiente ya la pequeña estaba en casa, era tan blanca y tenía un montón de pelos anaranjados en la cabeza.
_Yo creo que es pelirroja!
_Lo que nos faltaba! Otra Grecia!- dijo Javier en broma.

Si bien estaba feliz de volver a ver a su familia, en su interior aún estaba esa sensación de tener que fingir junto a David que son un buen matrimonio. Su hermano era más fácil de engañar, creía en lo que fuera que dijera sin preguntar, pero a Esther nadie la engañaba, no podía dejar pasar ni una. Y aunque durante ese tiempo se limitó a solo mirarla y decir uno que otro regaño, el día que se iba le pidió hablar en su cuarto.
_Me querías ver mamá?
_Siéntate en la cama Grecia, por favor.
_Está todo bien?
_Todo lo bien que puede estar una madre mientras ve a su hijo mayor ser feliz en gran medida y a su pequeña sufrir demasiado. Sé que quizás no he sido la mejor madre del mundo, pero cada día tenemos la oportunidad de definir nuestro futuro, no quiero que sigas cargando con la responsabilidad de todo, no creo que sea algo justo, y tampoco deberías castigar a David, creo que de todos nosotros fue quien te abrió el abanico de oportunidades, ya sé que piensas que no es mi problema pero si no eres feliz con él y piensas que nunca lo serás busquen la felicidad por separado y queden como amigos. El hecho de que no puedas corresponder al amor de alguien no significa que no le tengas un cariño especial. Busca un motivo para vivir Grecia.
_Mamá...- Grecia tenía los ojos llorosos- te quiero tanto.
_Yo más hija, yo más.

A la mañana siguiente David y Grecia ya se despedían de todos en casa para regresar a España. Ella tardó más tiempo del debido con Lía en sus brazos, era tan dulce y la miraba como si todos los problemas pudieran esfumarse para siempre. También abrazó a Lucas y le regaló una barra de Chocovida que tenía guardada en el bolso.
Su familia era lo único que la hacía recordar porque seguía viva y verlos felices, era un consuelo inmenso.

Cuando documentaron en el avión David se quedó mirando al trasero de la azafata sin ningún repaso y Grecia arrugó las cejas incrédula.
_Es en serio?
_El qué?
_No sé, te parece normal vacilar a la azafata descaradamente frente a mí?
_No es para tanto, como si te importase lo que hago con mi vida.
_Estamos casados y lo qué pasó en Miami? No significó nada?
_No es la primera vez que nos dejamos llevar por los impulsos y luego vuelve a ser la misma mierda de siempre. Estoy empezando a entender cómo funciona esto y te molestas? Creo que nunca voy a pillarte el punto.
Grecia soltó una bocanada de aire y se mordió el labio hasta sangrar pero no dijo ni una palabra más. Se colocó los auriculares y se durmió las horas siguientes.
Al despertarse vio que David no estaba en el asiento a su lado y revisó la hora. Aún faltaban 2 horas para llegar a Madrid. Pensó que había ido al baño y decidió ver cuánto demoraba, y lo que fueron 5 minutos se convirtieron en 25 hasta que regresó ajustándose el cinturón y con esa sonrisa de autosuficiencia que le había notado los últimos días.
_Todo bien?- preguntó ella mirándolo a los ojos.
_Sí, solo he tenido nauseas y he ido al baño me sentía un poco mareado no sé-contestó excusándose.
Luego pasó la azafata del incidente anterior y sonrió abiertamente a David para luego seguir su camino. Grecia trató de ignorar todos los pensamientos que se le venían a la mente y trató de centrarse en todo lo que le esperaba en el trabajo al volver a Madrid.

Hanna la recibió en la oficina reluciente de alegría por su trabajo en Estados Unidos. Es usual que los jefes siempre desconfíen de quienes son jóvenes y aún no tienen la experiencia, pero aquella pelirroja tenía todo para ser una estrella en su trabajo y lo había demostrado innovando estrategias de mercado y utilizando lo que se conoce como el típico: ojos de cachorro; una técnica de marketing donde se utiliza algo que inspire ternura para atraer a los clientes y en su caso, el cebo era un niño de cinco años llamado Lucas. Ese día estuvo todo el tiempo al lado de Hanna y por primera vez podía sentir el olor del ascenso.

Llegó a casa, ansiosa por contarle a David de su día y en su lugar solo encontró a Nancy preparando la comida.
_Buenas noches señora Grecia, su esposo avisó que puede cenar sin él porque está ocupado en el trabajo y regresa tarde.
_Está bien Nancy gracias pero creo que yo tampoco comeré, no me siento muy bien. Si deseas irte ya puedes hacerlo, nos vemos mañana, me voy a dar una ducha.

Dejó que el agua cayera por su cuerpo desnudó y se sorprendió visiblemente erizada al recordar la noche que había compartido con David en Miami. No eran activos sexualmente, las veces que tenían relaciones era porque él se comportaba como un caballero y ella accedía a modo de recompensa, pero aquella noche y la del juego de las máscaras había sido puro deseo y no dejaba de pensar que David era un amante excelente. Quiso esperar su llegada vestida sensualmente así que agarró unas bragas negras que había comprado en Italia y se acostó boca abajo.

Aquella noche David llegó de madrugada, algo mareado y cuando abrió la puerta del cuarto y descubrió a su esposa esperándolo vestida así, cerró la puerta lentamente y se durmió en el cuarto de huéspedes.