11- Suceso importante

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Las cortinas del cuarto daban paso a la luz solar rompiendo con el sueño de Grecia, quien al darse cuenta que no habían rastros de su esposo se levantó asustada y revisó su móvil y no vio ni llamadas ni mensajes así que fue a preguntar a Nancy si sabía algo pensando lo peor. Cuando llegó a la cocina se encontró a David desayunando sonriente hablando con Nancy sobre el cambio climático y el calentamiento global, además de fechas del posible fin del mundo.
_Típico tema de conversación no?- dijo Grecia visiblemente extrañada por el comportamiento de ambos.
_Buen día señora, ya su desayuno está servido voy a salir a hacer la despensa, desea algo en específico?
_Compra media docena de Coca cola por favor, tengo antojo de algo rico, gracias- tomó asiento frente a David y comenzó a untar las tostadas de mantequilla, conteniendo todas las ideas que tenía en ese momento.
_Como estás?- Dijo David medio nervioso.
_Bien...supongo que todo lo bien que se puede estar cuando tu esposo no llega a dormir y ni siquiera te avisa.
_Grecia, si dormí aquí, pero en el cuarto de huéspedes.
_Por?-inquirió mirándolo a los ojos y encendiendo un cigarrillo a pesar de que nunca fumaba dentro de casa.
_No quería molestar. Llegué tarde- dijo a modo de excusa.
_Por qué estás tan raro?
_Yo? Tú te has comportado como igual todo este tiempo que llevamos casados.
_Que coño te pasa?
_Nada, solo trato de entenderte. Me voy que tengo que entrar a trabajar. Nos vemos en la noche- le dio un beso en la frente y se marchó, dejándola confundida.

Grecia fue al trabajo con la sorpresa de un ascenso. Se sintió profundamente conmocionada y dado que le dieron salida antes, decidió convertirse en turista por un rato huyéndole a todo lo que la esperaba en casa.
Decidió irse a la Plaza Mayor y tomar fotos y selfies. Se sentó en un chiringuito a comer magdalenas y tomar café. Llamó a Emily por videollamada, quería escuchar su opinión al respecto, solía ser muy reservada pero cuando hablaba era para ir directo a la llaga y ella necesitaba cruda realidad. Lamentablemente no contestó, vio la hora en el pequeño reloj negro de mano y supuso que ya se había dormido.
Acabó sentada en un parque viendo a la gente vivir su vida, los niños jugando, los padres conversando tranquilos mirándolos a distancia, los típicos adolescentes dándose sus primeros besos, cogiendo sus primeros cigarros, miraba el follaje de los árboles cómo iba agarrando ese tono naranja que tanto le gustaba pero ahora le parecía muy triste, pensaba en que quizá los árboles sufrían al perder sus hojas, aunque su parte racional le decía que para todo cambio hay que hacer un sacrificio.
A la caída inminente de la tarde quiso hacerse responsable de sus errores y se marchó a casa.

Nancy tenía la cena ya preparada y otra excusa para Grecia.
_Señorita compré lo que me encargó, va a querer una ahora? El señor avisó que no lo espere hoy tampoco- agachó la cabeza apenada.
_Ok Nancy, bueno dame una botella de vino chileno de las que guardamos para eventos especiales y trae dos copas que hoy bebes conmigo.
_Pero señora yo no...
_A la mierda todo, bebe conmigo.

Ambas se sentaron en el balcón con las copas de vino y los cigarros y lo que empezó como algo sin sentido se volvió una charla de desahogo emocional. La asistenta fue quien lloró primero.
_Mis hijos, no los veo hace tanto tiempo, creo que ya no me quieren o piensan que yo no los quiero.- se le trababan las palabras con el llanto.
_No llores mujer! Seguro que no hay nada peor que ser engañada por tu marido como si fueses una tonta.
_El señor la ama.
_Pues vaya mierda de amor sabes que te digo Nancy que cuando lo tenga en frente le voy a decir sus verdades verdaderas- se reía por el alcohol pero estaba molesta- le voy a decir ¿Cual es tu puto problema? ¿Ya no te la pongo dura?
Ambas se reían hasta que La asistenta vio a David en la sala mirándolo todo. Se levantó de golpe a pesar del mareo y dijo que tenía que irse que eran muy tarde. Le pasó por delante a su jefe sin apenas mirarlo recogió sus cosas y se fue.
La casa quedó en silencio y penumbras. Grecia se percató de la ausencia de la asistenta y al levantarse para ir a buscar más vino se topó con su esposo mirándola con ese brillo extraño de los últimos días.
_Vaya! Has venido temprano! Bien, vamos a comer que no he co-comido esssperándote.
_Estás borracha, deberías ir a dormir.
_Antes no te importaba folliarme boracha- se aclara la garganta- borracha.
_Ya no es antes entonces, ahora mismo solo siento pena de verte así.
_Me han ascendido, te das cuenta? Soy perfecta, debería serlo David. Y a ti que te importa lo que yo sienta verdad?
_No hables lo que no sabes- la agarró por los hombros para hacerla reaccionar.
_David contéstame algo con sinceridad, promete que serás sincero.
_No lo puedo prometes pero inténtalo.
_Me eres infiel verdad?
_Para serte infiel deberíamos ser un matrimonio normal donde perdurase el amor incondicional, pero no es el caso, así que... qué más te da que me folle a otra, que consiga fuera de casa todo el amor que te tengo que mendigar.
_Tú no entiendes nada David, nada...
Las lágrimas inundaban la cara y la respiración entre cortada la hacían sentirse como un desastre de persona. David, quien habría construido un universo para que girase en torno a ella, había perdido la esperanza, quizá ella debería hacer lo mismo ahora que tenía la oportunidad. Siempre estuvo atada a la idea de no lastimarlo pero si él ya no sentía nada por ella que podría hacer?
En su intento de arreglar lo que parecía más roto que una vajilla de porcelana, se estiró para besar a su esposo, pero él se echó hacia atrás recordándole su estado. Quizá por pena o por caballerosidad la tomó en brazos y la llevó al cuarto.
Su ligero cuerpo en la cama era una imagen que le gustaría a cualquier persona que apreciara la belleza humana. David, por su parte ya no se conformaba con el físico, el corazón que tanto le interesaba era imposible de conseguir.


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⏰ Última actualización: Nov 30, 2022 ⏰

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