•V [You're no good for me]

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Janis

El gran camerino consistía en gente llendo de aquí a allá, entrando y saliendo, Slash tocando su guitarra con un pequeño amplificador, chicas fumando e incluso bebiendo, era muy distinto a los demás.

Me encontraba sentada en uno de los tantos sillones de cuero, con un cigarrillo en mi mano derecha dando una que otra calada y cortas miradas a mi alrededor.

Pensaba que olvidaba algo hasta que mis pocas neuronas se conectaron y... ¡Había dejado a Joe en Nueva Orleans justo en el lugar del concierto! Me matará, Jenny también.

Debía conseguir un teléfono y hablar con ellos, era crucial para saber si de el uno al diez cuan mal estaba.

—Luces cómoda. –Dijo una voz a mis espaldas.

Me giré notando que era Izzy, le sonreí dulce haciéndome a un lado para que se sentara lo cual hizo.

—No negaré que lo estoy aun así las chicas me asesinen con los ojos cuando me acerco a Axl.

Eran realmente molestas.

—Supongo que les es incomprensible cómo es que lograste estar con él siendo menor y en menos de un día considerando que algunas llevan cierto tiempo aquí y pasan los veinte.

—Asumiré que soy una novata.

Stradlin me miró con una ceja alzada, deslumbrando diversión expulsó el humo de su cigarro por la boca.

—Todos aquí conocemos tus hazañas, Janis.

—Me siento especial. –Dramatizando copio su acto botando el humo–Aunque tengo curiosidad por saber quien fue el...

—Leemos el periódico. –Se apresuró a decir–Menos Axl, pero tampoco es difícil dar con ustedes.

—¿“Ustedes”?

—Groupies.

Asentí guardando silencio, tenía razón, no me ofendía ser llamada así, lo era y al final de el día yo acababa ganando.

Pensé que la conversación había muerto por lo que un pequeño debate inicio en mi mente sobre como llamar a Jenny o a Joe hasta que el pelinegro volvió a hablar.

—¿Tus padres saben que estás aquí?

Volteé para mirarlo, detallé sus ojos brillando de curiosidad.

—¿Eso importa?

—Para mi si.

Acabé con el cigarrillo tirando la colilla al basurero cerca de mi.

—No están muy interesados en saber mi ubicación. –Admito con una mueca–¿A que se debe el interés?

—Sentido común tal vez. –Chasqueó su lengua–Tienes tiempo de irte, sé que no me creerás y me tomarás por loco, pero Axl no es bueno para ti.

—¿Cómo saberlo?

Pretendió responder más sólo se calló, levantó y marchó dejándome confundida por lo repentino que fue.

Una fría mano tocó mi espalda, me giré encontrando a Axl mirándome directo a los ojos casi atravesando mi ser, comprendí porque Stradlin se había ido.

—Quizás Izzy tenga razón. –Rodeó el sofá tomando mi mano y levantándome de un jalón, me guió hasta detrás de el escenario mientras iba hablando–Y no sea bueno para ti, tienes tiempo esta vez de irte, no deseo rodeos ni quejas. Existe un ultimátum.

—¿Ultimátum?

—Me gustaría darte a escoger y conocer tus deseos, si quieres durante el concierto puedes irte, nadie te detendrá. –Miró mi mano jugando con ella–Si no es así, quedate.

—¿Y si quiero pensar? –Me solté de su agarre.

—¿Vez el reloj? –Señaló con su dedo uno que estaba colgado en la pared–Cuando la aguja marque las doce, cariño, verás que hacer, me parece suficiente para pensar algo tan sencillo.

No me dejó hablar ya que salió al escenario dónde los demás eran alabados por el intenso público.

Mordí mi labio con una extraña sensación en el pecho, Axl tenía el poder, me tenía tomada de las manos con cadenas y lo sabía, sabía que haría lo que quisiera, le divertían los juegos intermedios dónde me convertía en su sumisa y cumplía sus ordenes.

Tal cómo haría con esta.

Dejé de pensar en lo obvio observando el concierto, cómo los dedos de Slash se movían en la guitarra, Duff moviéndose de un lado a otro con el bajo y lo crudo de las letras de cada canción.

¿Que había pasado? Me había convertido en la groupie de Guns N' Roses.

Axl Rose

Acabamos despidiendonos del público después de tres largas horas de canciones y gritos, caminamos a detrás de el escenario hasta llegar a los camerinos.

Busqué con la mirada a la pelinegra, pero no la ví por ningún lado.

Bueno, esto no estaba en mis planes.

—Parece que caperucita huyó del lobo. –Bromeó Duff dejando su bajo al lado de Mandy.

—¿Puedes callarte?

—Te dije que eso de ponerles ultimátum no sirve al menos no a mi. –Gruñó Hudson abriendo una botella de Jack Daniel's.

—¿Por qué les pondrían un ultimátum? –Inquirió Izzy sacando otro cigarro.

—¿Por que quisieran tenerlas con ustedes toda la gira? –Repicó Steven.

—Cierto, es raro. –Siguió el rubio robafocos.

—Deberías cerrar la boca, tú traes a Mandy. –Gruñí tomando mi chaqueta blanca.

—Es diferente.

La mujer sonrió complacida al oír las palabras de su esposo quien era un desastre.

Rodé los ojos caminando hacia Doug, no fue necesario hablar ya que al mirarme señaló con aburrimiento los autos con los choferes abajo y las llaves de la habitación que Janis tuvo que haber dejado.

—Eres el mejor.

—Ajá, vete con tu colegiala.

Sonreí divertido para subir al auto, no pasó mucho tiempo hasta que llegué e ingresé al hotel.

Subí pensando por qué me debería preocupar que se fuera si era una simple Groupie.

Odiaba mi cabeza en estos momentos.

Entré y todo estaba apagado y sólo,  encendí las luces, no había nadie, pensé que se había ido hasta que vi su vestido negro ahí junto con su bolso y los escasos documentos que tenía.

Sonreí por lo bajo ya que era obvio que no podría haberse ido sin ello, los tomé guardandolos en su maleta.

Había tenido que gastar MI dinero para comprarle ropa ¿¡por qué mierda no pensó avisarme sobre eso cuando estábamos en Nueva Orleans!?

No importaba, de echo si, pero ahora no.

Le daría una sorpresa a la colegiala.

𝘽𝙖𝙗𝙮 𝙂𝙧𝙤𝙪𝙥𝙞𝙚 ||Axl Rose||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora