Prologo

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Un nuevo día comenzó, y llegó el momento de ir a ese odioso lugar al que las personas llamaban "escuela". No, no malinterpreten a Sofi. Le da mucha curiosidad aprender, y sobre todo si se trata de historia, pero eso no cambia el hecho de la forma tan poco motivadora y muy estresante de dar clases que tienen las profesoras de su secundaria. Combinando eso con la directora que tenían, más los compañeros de su clase.... es un poco obvio que la escuela no es de su agrado.

Se acomodo la mochila en la espalda y luego de mirarse brevemente en el espejo, salió de la casa y puso llave. La abría llevado su abuela, pero ese día no podía, así que optaron por dejarle dinero para que tomara el micro.

Al llegar al parque el micro ya estaba llegando, y justo a la par de los pasos de ella. Se subió y busco un asiento en el lugar. Por alguna razón el lugar estaba casi completamente vacío, y digo casi, por qué en uno de los asientos había un hombre de cuarenta y pico de años, durmiendo con la boca abierta y el celular en el regazo.

Con el poco crédito que le quedaba empezó a leer su favorito y primer Manhwa: ¿Who made me a princess? Era la segunda vez que lo leía, y por supuesto estaba buenísimo como siempre.

A veces se preguntaba si sobreviviría a esa situación sin deprimirse. Y llegó a la conclusión de que: no. Estaba bastante satisfecha con su vida actual, y si llegaba a morir perdería lo más importante en su vida: su madre, le costaría mucho seguir adelante. Se preguntaba "¿Como pudo no deprimirse Athanasia?", hasta que recordó que ella en su anterior vida estaba sola, sin familia ni amigos, y con una vida algo miserable. En conclusión: aunque le encantaba la historia y el Manhwa, a tal punto de a veces imaginarse que pasaría si ella estuviera ahí, no le gustaría nada que le pase lo que le sucedió a la protagonista.

Luego de aproximadamente unos veinticinco minutos el micro se detuvo al frente de su escuela. Había llegado a su destino. Se levantó, camino hacia la puerta y salió del transporte con la mirada aún pegada al celular.

El micro siguió su camino, mientras ella esperaba a que la calle estuviera despejada para poder cruzar directamente a su secundaria, la cuál estaba rodeada por los alumnos que entraban poco a poco unos detrás de otros, charlando, jugando, estando callados, o corriendo.

Dió un paso hacia adelante y comenzó a cruzar la calle con una sonrisa cansada. Y de un momento a otro la bocina de un auto empezó a sonar varías y repetidas veces.

Vió las luces del auto sobre ella, provocando que empezará a entrecerrar los ojos debido a la luz. El auto por más que intentó frenar sus intentos fueron simplemente en vano...... El vehículo colisionó contra Sofía, quien cerró los ojos y se cubrió con sus manos, esperando que eso pudiera salvarla del obvio destino que tenía frente a sus ojos.

Todo estaba oscuro y escuchaba como gente gritaba y corría de un lado a otro.....

Parecía que la suerte ese día no estaba de su lado, por qué ahora se encontraba atrapada y acorralada en la situación que había deseado no estar.

Cómo decían algunos: había empezado con el pie izquierdo.

¿Quien me convirtió en la princesa de ojos esmeralda?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora