Noveno capítulo.

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— Oh, omega Jeon

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— Oh, omega Jeon.—  saludó amablemente una beta saliendo del mostrador de recepción.— el señor Jeon está en una reunión ahora mismo, le avisaré que usted está aquí, por favor tome asiento.

Jimin asintió y fue hacia los muebles, husmeando por los alrededores con la mirada, y de ese modo en lugar de sentarse a esperar, terminó vagando por ahí, sin tener idea de donde mismo estaba por lo grande que era la compañía de su alfa. Incluso encontró la famosa sala de reuniones, y ocupó la silla de su alfa por diversión, pero de pronto unas voces cercanas llamaron su atención detrás de unas puertas corredizas detrás de la cabecera de la mesa.

Se levantó y se acercó más.

Era Jungkook.

Su sonrisa fue automáticamente, nunca había escuchado a Jeon en una de sus reuniones pero suponía por el tono de su voz que era bastante bueno dominando la situación e imponiendo autoridad, lo cual bien podía convertirse en un fetiche del omega, lo que le hizo reír bajito.

Quizás podría intentarlo luego, Jeon con su jefe y el tal vez, tomar el papel de su secretario.

Las posibilidades eran infinitas.

Sin embargo esos pensamientos se esfumaron cuando otra voz conocido vibró en sus oídos después de la de su alfa.

Su padre.

Jimin frunció el ceño, qué hacía él ahí?

Se acercó a la puerta más, posicionando su oído sobre la madera con intenciones de oír claramente lo que se hablaba en lo que parecía ser una sala continua a esa.

— este no fue el trato, Jeon.

— pero me parece que no tienes otras opciones o sí?

— ¿crees que no queda una última carta para jugar? Te doy una pista, "Jimin"

— tu mayor inversión.— el bolso del omega casi resbaló de su mano al escuchar aquello y el tono tan despectivo al usarlo.— estabas tardando en usar esa carta, incluso llegué a pensar que no te atreverías pero creo que el papel del "papá preocupado" comenzó a aburrirte.

— dejemos las hipocresías Jeon, no eres el más apto para darme un sermón de moralidad. Pensé que dejamos los rencores en el pasado, pero sigues siendo el mismo cachorro que me apunto diciéndole a la policía que era el culpable del accidente de tus padres. Estuviste todos estos años esperando para darme una lección, cachorro?

— Jimin es una pieza bajo mi control que no podrás usar.

Oírlo del propio alfa le rompió el corazón, ni siquiera quería seguir otro segundo ahí, pero de pronto la omega de recepción se disculpó y abrió las puertas frente a él, haciendo que tanto su padre como Jeon quedaran perplejos.

— Señor Jeon, su omega está aquí, supuse que había terminado, perdón por la imprudencia.— la pobre lucía aterrada de estar al borde de un despido.

La tensión era evidente en el ambiente.

El olor del omega se había vuelto amargo, pero ninguno estaba preparado para admitir nada, más bien decididos a tantear lo que era evidente, cuanto de su conversación escuchó él omega. El tema era delicado y Jeon aún no podía decírselo, no obstante, sería difícil si todo se malinterpretaba.

— no hay problemas, siempre tengo tiempo para mi omega. — respondió, viéndole a los ojos.

— Jimin, tesoro, que sorpresa más agradable. — exclamó su padre, levantándose de la silla con emoción.

Él omega miró a ambos, las emociones le sobrepasaban, en cada segundo que seguía allí viéndolos más se volcaban sobre él.

— pídeme un taxi, por favor. —- le dijo a la omega que lo acompañaba, sin demostrar vulnerabilidad.

— Jimin. — su tono de preocupación lo delató al alfa.

— me voy a casa. —- atajó.

— tan pronto? Por qué no te quedas y nos acompañas? Tengo algo para decirte y llegas en el momento justo.— intervino su padre, que repentinamente guardó silencio ante la mirada del omega.

— ¿señor Jeon? —- murmuró la omega de recepción, quedando a mitad.

— fuera. —- ordenó Jeon.

La omega se retiró enseguida, mientras que el alfa Park casi negándose a irse, fue balbuceando cerca de su hijo.

—- que no te llene la cabeza de ideas.

Jimin no dijo nada, espero a que su padre saliera y los dejara a solas.

Jeon guardó sus manos en los bolsillos de su pantalón.

—- ¿qué tanto escuchaste, Jimin? — preguntó.

Los ojos de su hermoso omega lo apuntaban con resentimiento y algunas lágrimas.

— lo suficiente para darme cuenta el papel de estúpido que estaba haciendo. —- algo de rabia podía distinguirse en su voz.

Jeon suspiró, reconociendo los sentimientos de su omega y dispuesto a responsabilizarse de ello.

— si piensas que por eso acepte esto de la subasta estás equivocado.— aunque él omega le gruñía al acercarse, corrió el riesgo. — se que ahora desconfías de mí pero créeme cuando te digo que yo jamás haría algo para lastimarte...—- tocó su mejilla.—- mi prioridad es mi omega, y aunque ahora me odies o no entiendas lo que hago, a pesar de que todo apunte en mi contra, solo te pido que confíes en mí, puedes hacer eso, mi amor?

—- mi prioridad es mi omega, y aunque ahora me odies o no entiendas lo que hago, a pesar de que todo apunte en mi contra, solo te pido que confíes en mí, puedes hacer eso, mi amor?

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✅ ❝ Subasta ❞ 𝖪ookmin ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora