Salió de su casa muy temprano por la mañana con la idea de pasar por el pecoso y ir juntos a la escuela pero todo se arruino cuando tuvo que regresar de nuevo a su casa pues se le había olvidado el regalo que tenía planeado darle estuvo toda la noche haciendolo sabía perfectamente que al Omega le encantaban los detalles hechos a mano y que mejor que unos hermosos tulipanes de varios colores pero todo su plan se vino abajo, antes de doblar la esquina escucho la escandalosa voz de cierto rubio ceniza se asomo un poco para ver qué estaba pasando de inmediato se arrepintió pues sus ojos podían ver al cenizo atarle la corbata al pecoso se veían tan felices.— "Solo acércate cómo un buen amigo".— salió de dónde se escondía y fue acercándose poco a poco a la pareja.
El peliverde fue el primero en notar que su amigo se acercaba alzó una de sus manos con la intención de saludarlo.— Sho-chan ¡Buenos días!.— dijo mientras agitaba su mano de un lado para otro y una enorme sonrisa se le formaba en su rostro, el cenizo volteo y miro a quien menos esperaba.— Hola —. el cenizo le saludo de la forma más seca posible mientras lo fulminaba con la mirada, esos ojos color rubí se veían tan aterradores que un leve escalofrío recorrió al bicolor.
El pecoso noto un poco de tensión en el ambiente así que intento aligerarlo un poco.— ¿Esos... Tulipanes son para mí?.— dijo mientras los señalaba, el bicolor no recordaba que los traía, primero miro como Katsuki lo quería matar con la miradas, después miro esos ojos color verde que lo traían loco y por último el ramo que traía en manos se lo entrego al peliverde.— Si son para ti, se que te gustan mucho los detalles hechos a manos así que los hice ayer por la tarde, espero te gusten.— el cenizo solo observo la escena en silencio con los brazos cruzados.— ¡Son preciosos!, gracias Sho.— sonrió este mientras abrazaba el regalo claro que no tan fuerte por qué podrían maltratarse.— Si aja ya fue mucho amor ¿Podemos irnos?.— finalmente el rubio hablo, ambos lo miraron y se dieron cuenta que efectivamente ya era tarde.— Bien, ¡Vamos todos juntos!.— dijo felizmente el pecoso mientras tomaba a ambos de las manos.
El ambiente mientras caminaban a la escuela no era del todo agradable pero podía soportarse, uno que otro comentario iba a venia.
Finalmente llegaron a su destino otro día comenzaba, lleno de clases, tareas, proyectos, entrenamiento y estrés pero no todo era solo estudiar y estudiar llegaba un momento del día en el que podían descansar y comer algo, el almuerzo, Izuku entro a la cafetería con sus amigos mientras Katsuki entro con los suyos tomaron asiento en lugares diferentes, cruzaban una que otra mirada y el bicolor lo notaba intentaba ignorarlos pero le era bastante difícil por suerte el timbre sonó la señal de que el descanso había terminado pero las miraditas solo habían sido el comienzo de la tortura del bicolor.
El cenizo se acercó al ojiesmeralda y le susurro algo al oído el bicolor no pudo escuchar pero pudo ver cómo la pareja se tomaba de la mano y se alejaban algún lugar de la escuela, al semialbino se le hizo raro así que los siguió.
La pareja se dirigió a unos baños que se encontraban bastante alejados de las aulas, donde no pasaba ni un alma, la mente del semialbino pensó mil escenarios que podrían pasar dentro de ese baño, Izuku siendo tomado por otro Alfa, no le agradaba demasiado la idea.
Con Izuku y Katsuki.
.— Kacchan ¿Que hacemos aquí?.— el rubio lo miro por un momento para después sentarse en el frío piso del lugar .— ¿No es obvio? Quiero tener una probada de ti .— esas palabras salieron tan fácilmente de la boca del rubio, no había duda ni miedo, eso hizo que un extraño escalofrío recorriera la espalda del pecoso, quién aún permanecia de pie frente a la puerta, viendo como su pareja lo miraba con esos ojos color rubí tan intensos y ardientes.
Camino hacia el cenizo y se coloco de pie frente a el, las miradas que intercambiaban eran lujuriosas y intensas, el lugar se estaban calentando y la distancia entre ellos era frustrante, Izuku se acercó y se coloco encima de Katsuki, ambos se miraron de nuevo, querían acortar esa poca distancia uniendo sus labios .— ¿Puedo besarte? .— pregunto el cenizo, el peliverde asintió con la cabeza y finalmente unieron sus labios, al principio fue lento pero poco a poco iba subiendo la intensidad, haciéndose necesitado y caliente, pronto el rubio introdujo su lengua en la boca de su pareja, para explorar cada parte de ella, pequeños gemidos provenían de esta, el pecoso al estar sentado encima de su pareja podía sentir algo chocar contra su trasero, sabía perfectamente lo que era así que lentamente bajo su mano a la entrepierna del rubio y paso su mano sobre el bulto que se estaba formando en el pantalón de Katsuki, ambos eran inexpertos y recién empezaban a introducirse en ese mundo de la lujuria y el placer. El cenizo al sentir la mano de su Omega recorrer su erección se se separó del beso para mirar esos esmeraldas que tanto lo volvían loco .— ¿Puedo? .— el pecoso asintió, la mano de Katsuki estaba masajeando su trasero y eso lo excitaba .— ¿Que estamos haciendo? .— pregunto Izuku, no ha pasado mucho desde que empezaron a salir como pareja, Katsuki le respondió .— No lo sé pero me gusta .— hablaron mientras sus labios estaban a centímetros de volver a tocarse .—continuemos .— y así ambos volvieron a juntar sus labios, pronto esto se saldría de control.
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¡Nuevo capítulo después de tanto tiempo!
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