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Cuando toda la casa estaba en completo silencio, la cabeza de Amelia aún seguía despierta

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Cuando toda la casa estaba en completo silencio, la cabeza de Amelia aún seguía despierta.

La castaña no dejaba de pensar en esa injusta placa. Marcos y Agustín son buenas y amigables personas, aunque esta segura que el que se ira es Holder, pero la gente afuera tiene el poder. Además de andar pensando en eso, también extraña mucho a su familia. Esta claro, ella tenía una rutina junto a su madre y ahora tenía que hacer su propia rutina con dieciocho personas a su alrededor.

Ame no dejaba de moverse en la cama, se sentía incómoda y las cámaras la incomodaban mucho. Se sentó en la cama para pensar en que hacer para poder dormir, su cabeza caía por el sueño pesado que tenía, pero no lograba consiliar el sueño. Así que se levantó en busca de un vaso de agua.

Estuvo sentada en la mesa por varios minutos pensando en muchas cosas y hablando consigo misma, tratando de resolver sus cosas y explicándole a las cámaras lo mucho que extraña a su familia. No fue tan poco el tiempo en que comenzó a soltar lágrimas en las que se convirtieron en un llanto silencioso. La castaña trataba de calmarse, pero la intensidad de su llanto no cesaba. Quiso enfocar su vista en las luces encendidas del patio, pero las lágrimas le impedían lograrlo.

Respiró hondo, se tomó sus minutos para volver a calmarse, pero era imposible. Al estar sola y que su mente le haga la contraria, eso la hacía llorar aún más.

—¿Ame? ¿Qué te pasa? —la voz de Agustín llegó a los oídos de la castaña. Ella solo trató de esconder sus lágrimas frente a su amigo rápidamente—. ¿Por qué lloras? ¿Te hicieron algo?

—No, no —Ame suspiró profundamente—. Solo extraño a mi mamá.

La castaña se rió de sí misma, no le daba vergüenza decirlo, pero pensaba que para ellos si lo es.

—Ey, no te preocupes —Agus se sentó al lado de su amiga—. Todos acá extrañamos a nuestras familias, pero esta es una experiencia única donde hay que aprovecharla al máximo. Además, está bien que los extrañes, también esta bien desahogarse.

Amelia lo miró por unos segundos y asintió. Amaba que su amigo pudiera calmarla. Necesitaba eso.
Agus se desesperaba porque ella no le respondía.

—¿Querés que llame a Marcos? —Agus la miró curioso. Podía controlar esta situación, pero sabía que compartía más tiempo con Marcos y él podría ser de más ayuda.

—No, no —Amelia se desesperó—. Debe estar en el quinto sueño, no vamos a molestarlo —se levantó de la silla y Agus imitó su acción.

Amelia se despidió de Agus quien se fue directamente a la habitación, ella volvió a tomar un vaso y entró al baño a hacer sus necesidades, se lavó las manos y también la cara para calmar el color rojizo de sus ojos. Ya al estar en la puerta de la pieza de las chicas, la puerta de la otra habitación se abre, dejando ver a un Marcos somnoliento a punto de caer dormido con cada paso que da.

𝗙𝗼𝗼𝗹 𝗳𝗼𝗿 𝘆𝗼𝘂      ❲ M. Ginnocchio ❳ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora