Tokyo estalló, hubo muerte y destrucción en la que los héroes difícilmente se repondrían. Un joven, entre las sombras, se daría la tarea de rescatar a su país, sus amigos, su maestro y los amores de su vida del mal que representan Tomura Shigaraki y...
Cuando estuve hace años en un grupo llamado Buster Union, mi amigo y compañero Oboro Shirakumo me decía que yo podía ser un maestro. No me agradan mucho los niños, aunque no me era difícil lidiar con ellos.
— Eres tan obstinado que te piensas demasiado cualquier cosa, te mentalizas y convences que no puedes. Pero nadie te detendría si te enfocas en lo que sea. -me decía Shirakumo-.
— ¿Hablas de dirigir una guardería o de ser maestro? -le pregunté, tenía que estar bromeando-.
— Exactamente. -me contestó con una sonrisa bastante molesta-.
— Deberías pensar antes de hablar. -le contradije mientras pensaba en lo que quedaba por hacer-.
— Lo digo en serio, Shota-san. -me contestó para luego seguir nuestro trabajo-.
Siempre me dijiste que debía pensar pero no quedarme quieto pensando. Eras quien le daba vida al grupo con Yamada. Me dijiste que era fuerte y que no perdería. Pero hasta el día de hoy sigo preguntándome si eras tú quien me daba ánimos desde los escombros.
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Sin darme cuenta, influiste lo suficiente para que yo fuera un profesor. No me gustaba llamar la atención porque es muy tedioso. Pero algo que me prometí toda la vida fue que no dejaría que se repitiera lo mismo que pasó contigo. No quería volver a ver que otros perdieran lo mismo.
— ¿Autoridad para expulsar y aceptar alumnos? -me preguntó Nezu en mi primer año como profesor titular en la UA-.
— Hai, sacrificarse no es lo mismo que desperdiciar la vida. Quienes no lo entienden, perderán su vida, como desean. Pero cuando lo comprendan, los aceptaré para que sean mejores. ¿Me otorga su permiso? Nezu-dono. -le decía al director-.
— Descuida, te he dicho que no tienes que agregar el honorífico. -luego se puso de pie frente a mí- La UA siempre se ha caracterizado por su libertad académica, así que puedes hacerlo, Shota-san.
Y así fue como empecé a ser como me conocen en la academia, porque no quería que mis estudiantes tuvieron el mismo destino que tú. Prometí que todos se graduarían, que serían héroes que no menospreciarían su vida por el bien de la justicia.
Midoriya, aunque no lo vea de esa manera, empujó a los demás a esforzarse y unificó a los 39 muchachos de la clase de héroes. No comprendo cuánto perdió él, pero sé lo que se siente perder a alguien que mueve a otros a ser mejores, porque queremos que los mejores héroes vivan mucho tiempo.
