Mina estudia derecho, pero está completamente enamorada de una mujer que estudia artes. Ella es tan libre y Mina tan recta, es todo tan complicado, pero a Mina le gustaban esos amores complicados.
Siempre que sale la ve sentada disfrutando de su cigarrillo. Mina no sabe si es un porro o es nicotina, pero cualquiera que sea el caso, la hace ver sumamente atractiva, y eso va muy encontra de sus ideales, porque Mina odia el humo de cigarro y nunca pondría uno en su boca, y ni hablar de la marihuana, perder el juicio ¿Una futura abogada?, ¡nunca! Pero la idea de Nayeon expulsando el humo en su rostro, bueno, movía cosas en su interior.
Pero finalmente un fin de semana cambia la rutina de Mina, pues ya no sólo observa si no que ahora toca.
—Mina ¿no es así? —Mina se sobresalta al escuchar a alguien preguntar por ella a sus espaldas.—¿Cómo sabes mi nombre? —Mina se sorprende al ver que su amor platónico es quien pregunta por ella.
—Escuché a tu amigo llamarte de esa manera —Nayeon se sentó a su lado y la miró fijamente.
Mina mentiría si no admite que se sentía sumamente nerviosa.—Iré al grano, no quiero perder mi tiempo —Nayeon se pasó las manos por sus mom jeans manchados de pintura y de nuevo regreso la vista hacia Mina— ¿te van las chicas o los chicos?
—Las chicas —Mina respondió mientras veía las colillas en el piso tratando de evadir la mirada de Nayeon. No importa que tantas veces se lo pregunten, siempre le incomodará. Mina podría estar usando una bandera del orgullo como ropa y aún así dudaría en responder.
—Es lo que había pensado —Nayeon reflexionó, pasando su dedo índice por sus labios— Bien, ahora sí que podemos entendernos. Si te digo la verdad, siempre me pareció que así era, pues siempre noté que me miras de una manera muy intensa, y a mí, eso me encanta. Pero como he visto que no te armas de valor he tenido que venir yo. No suelo ser yo la que se acerca, pero he pensado que tú valías la pena. He venido pues quería hablar contigo, quería saber si te gustaría que nos besaramos.
Mina estaba realmente confundida, qué manera era esa de coquetear. Ella creía que no se podía llegar y pedirlo de aquella manera, pero es que Mina no era muy buena para coquetear así que no haría más comentarios al respecto, y bueno, tampoco era coquetar porque solo era un beso.
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Cuentos de media noche
Short StoryTwice One Shots Donde te muestro mis delirios que escribí durante las noches más calmadas, y tú las lees cuando den las 12 en punto, cuando no puedas dormir. Nada de lo que está aquí dentro es real, ni siquiera yo. Bienvenido querido lector nocturno...