Desde ese día no se supo nada de aquella bruja, Rin, la antigua prometida del príncipe del reino. El rey Madara busco por todos los rincones del reino pero no hubo alguna señal de sus existencia.Aquel hombre que en sus tiempos de juventud, al igual que su difunto padre trajo caos a varias tribus por la sed de poder y gloria. Profano templos y destruyó todo aquello que no fuera acordé a lo que él creía, conquistando y evangelizando en nombre de su reinó.
Pero el karma llega o eso es lo que le decían los sobrevivientes de las conquistas...
Y así fue...
Por desgracia el karma no llegó a él como muchos imaginaban, no, aquel castigó divino llegó al quien menos imaginaba.
A su pequeño hijo...
Con tan solo ocho años...
Terminó pagando los pecados de su padre...
Aquel pequeño que terminó maldito por aquella que alguna vez le dio su amor...
O bueno...
Así pasaron varios años...
El joven príncipe nunca dejo su castillo...
Su respiración se encuentra en su nivel máximo, podía escuchar el pulso en sus tímpanos pero eso no evitaba diferenciar lo que sucedía a su alrededor.
Corriendo por los tejados de aquella ciudad bendecida por los dioses. En palabras de los mismos habitantes y viajeros -Todo lo contrario para los del bajo mundo-. Saltando por los techos o esquivando una que otra paloma que se encontraba descansando después de un día de aleteo. No podía perder más tiempo, el pato que recién había adquirido esta apunto de perder su frescura para su estofado. Maldice internamente por verse obligado a tomar algunas berenjenas, pero no lo culpen, ver aquellos vegetales después de meses le daba una emoción igual que un pequeño niño en navidad.
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• Long live the king! •
Fanfiction⇀Long live the king! Gritó a la vez que hacía una reverencia burlesca. Él rey por la furia aprieta el mango de la espada ⇀Larga vida al rey... Las maldiciones existen...