-Apresurate Victor-
-Estoy cansado-
-Solo hemos recorrido cuatro metros-, Victor volteó y si, era cierto.
-Pero es que tu corres muy rápido-, Sybil rodó los ojos.
-Deja de ser tan niña-
-Tu eres una niña-
-¡Solo sígueme y deja de quejarte!-
Ambos niños comenzáron a caminar, Sybil porque estaba harta de las quejas de Victor, y Victor porque ya no podía correr más.
Llegarón a un pequeño claro rodeado de pequeñas flores azules y blancas, estaba rodeado de enredaderas y en medio había un gran y hermoso roble, que en vez de hojas tenía flores rosadas.
Parecía que ahí acababa el prado, pero Sybil había estado explorando y le mostraría a Victor su pequeño secreto.
-Wow, este lugar es hermoso-
-Pues prepárate querido amigo, porque vas a mojar tus pantalones de la emoción-
Dicho esto, Sybil movió las enredaderas que estában justo al lado del roble, dejando al descubierto un pequeño pasaje por el que los dos fácilmente pasarían.
-¿A dónde lleva eso?-
-¿Quiéres averiguarlo?-, victor sonrió en respuesta y ambos pequeños entraron al túnel...
La bestia había estando siguiendo ese exquisito aroma; que mas que ponerlo hambriento lo exitaba, era inconfundible, estaba cada vez más cerca de su presa.
Llegó a un pequeño claro, pero entonces perdió el rastro de su presa, se desesperó y de un golpe partió en dos el roble que estaba a su lado.
Se sentó en el pisó y comenzó a arrancar florecitas.
-Hola guapo-, la cara de irritación completa de la bestia se esfumó, la comida le caía del cielo en su forma humana.
-Hola-, frente a el estaba una humana joven, de cabellos castaños, cuerpo voluptuoso, piel morena y ojos mieles; un espécimen perfecto para un aperitivo.
La bestia se lamió los labios, lo cual la chica tomó como una provocación, pero fue más de hambre que de lascivia.
La chica lo tomo de los hombros y lo llevó a un lugar mas "privado" ahorrandole trabajo a la bestia.
La muchacha comenzó a besarle los labios, la criatura gruñó en respuesta ; ¿Quien se creía para hacer eso?, pero ella lo tomó como una señal de exitación, estaba tan encantada con el dulce sabor de sus labios que no se dió cuenta cuando ya tenía sus garras en los costados.
Cuando la castaña abrió los ojos por el dolor, ya era demasiado tarde.
Soltó un grito de horror al ver a la criatura frente a ella; esto hizo enojar a la bestia, asi que no perdió mas tiempo y le enterró las fauces en la cara, desfigurandole el rostro, le encajo una y otra vez su cola de escorpión en el abdomen, inyectándole veneno causándole una muerte directa.
Del otro lado del claro, Sybil y Victor estában encantados.
El lugar en el que estában parecia sacado de un libro de cuentos, había hectáreas de césped, flores y arbustos, al igual que un hermoso lago en el medio del lugar.
Algunas ardillas, mariposas y abejas llenaban el lugar.
-Mira-, Sybil dirigió su mirada hacia donde apuntába Victor y logró ver a un pequeño conejito negro atrapádo entre unas enredaderas.
-Pobrecito-, en ménos de cinco segundos, sybil ya había ido al rescate del conejito; Victor suspiró.
-Listo, ya eres libre pequeño-, el conejito se refugió entre las piernas de Sybil y se frotó contra ellas queriendo que lo sostuviera en sus brazos, y la pelinegra lo hizo con gusto; asi pudo observar mejor al conejito, este era completamente negro, su nariz era rosada, su cola esponjosa, sus orejas largas y suaves y sus ojos erán negros con motas verdes.
-Parece que tienes un nuevo amigo-
-Si, es muy lindo-
-¿Cómo le pondrás?-
-Mmm-, la pequeña pusó una cara pensativa, que hizo reír a Victor.
-Lou-
-¿Y si es niña?-
-Lou le queda si es niño o niña-, Victor solo rodó los ojos.
-Bien, será mejor volver ya-
-Si, esta vez tienes razón-
Ambos niños salieron rápidamente y cuando apenas hiban a llegar a la cerca una voz los detuvo.
-¿Qué hacen unos niños solos tan tarde en este lugar?-
La bestia estaba regocijándose, al fin había encontrado a su presa, inhaló su exquisito aroma y un extraño sonido salio de su garganta, sorprendiéndole de sobremanera.
-Lo-lo lamentamos s-señor-, Victor dirigió su mirada hacia Sybil, quién tenía un pronunciado sonrojo; Victor supuso que era por la presencia de aquel joven, lo cual lo puso celoso.
-¿Cómo te llamas?-, la bestia entro en pánico, no esperaba que su presa fuera amigable, y mucho menos que su dulce voz le provocára cosas raras en su interior.
-Eliott, si eso, me llamo Eliott-, Sybil estaba echizada por la belleza de aquel joven.
-Un gusto Eliott, me llamo Sybil-
-¿No crees que deberíamos volver ya?-
-Callate Victor-, la bestia no podía creer que al fin había encontrado a su presa pero, ¿Porqué no simplemente la mataba y terminaba con la indignante situación?.
-¡Sybil!, ¡Victor!-, ambos niños rápidamente voltearón y, al confirmar sus sospechas rápidamente saltáron la cerca.
Sybil fue detenida por el brazo de "Eliott".
-¿Qué haces?, sueltame-
-¿A donde vas?-
-Sueltame-, la frialdad con la que lo miraba le causo escalofríos a la bestia, lo que de verdad lo sorprendió.
-¿Te volvere a ver?-, la criatura vió como la mirada de Sybil se suavizaba y esto, extrañamente le tranquilizó.
-Si, tal vez-, Sybil le sonrió dulcemente.
-¡Sybil!-
-Adiós-, la pequeña corrió hacia el general Vane con el conejito en un brazo.
-Estaba muy preocupado-, Sybil volteó disimuladamente hacia donde estaba "Eliott", pero este había desaparecido.
-Lo siento-
-Solo no lo vuelvan a hacer ¿Deacuerdo?-, Cornelius tomó a la niña entre sus brazos, y esta le devolvió el afecto.
-Volvamos a la posada-
-Que lindo conejo-, por primera vez Henry vió a Sybil sonreír, Dorian abrió los ojos como platos, el general Vane sonrió cálidamente y Victor se sonrojo.
En la lejanía, un par de ojos amarillos los observaban detenidamente, estudiándolos cuidadosamente.
¿La bestia estaría cambiando?...
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(Victor en multimedia)
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"The Warrior and The Beast"
RomanceOjos amarillos mirándote a lo lejos, causándote terror. Enormes colmillos capaces de romper huesos con un solo roze. Ojos amarillos mirándote hambrientos, causándote terror. Garras afiladas, que pueden desgarrar tu carne. Ojos amarillos mirándote co...