Capítulo 6

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Primera reunión con el enemigo

Albus Dumbledore estaba teniendo un pésimo día.

Primero se había enterado de que había una tercera fuerza en el tablero, una fuerza desconocida y con un gran poder. Después había perdido el control de las barreras del castillo a esa misma fuerza en una experiencia muy dolorosa. Y por último se había encontrado con los jóvenes Harry y Draco actuaría también como si ocurriera muy cerca y utilizara los uniformes contrarios a los que probablemente traería en un principio (una parte de su mente, le informo que Neville Longbottom traía un uniforme equivocado, pues era el de los tejones en vez de ser dorado y rojo, pero eso realmente no era tan importante así que lo dejo de lado por el momento).

Lo cual era malo. Y sumamente preocupante, puesto que durante casi un año esos dos habían sido rivales/enemigos. Su relación reflejaba tan similarmente a la que habían tenido James Potter y Severus Snape que estuvo seguro de que los siguientes seis años seguirían siendo iguales.

Él contaba con eso.

Pues eso significaba que Harry se mantendría alejado de los Slytherin y sus influencias negativas. Lo mismo que su amistad con Ronald Weasley significaba que iba a estar acompañado de una familia de Gryffindor leales a la luz ya su persona, y que por lo mismo Harry seguiría el legado de sus padres y estaría lo más alejado de volverse como Tom como era posible.

Por esto, el verle vestido en verde y plata era como ver sus pesadillas convertidas en realidad.

Ya que no podía evitar el pensar que había algo más en ese hecho de lo que podía verso a simple vista. Si hubiera sido cualquier otro estudiante, lo hubiera tachado como una broma. Pero, Harry no tenía la personalidad de su padre y Draco era una copia de su padre, ninguno de ellos se uniría y dejarían de lado su rivalidad para ejecutar una broma.

Su mirada se posó en sus profesores, intentando ver cómo manejar la situación basada en sus reacciones. Puesto que no era contra las reglas vestirse con los colores de otra casa diferente a la tuya, pero era muy inusual, pues el orgullo de las mismas era muy arraigado y las únicas ocasiones en que esto pasó era como consecuencia de haber perdido una apuesta o algo parecido.

Minerva estaba mirando a sus leones con una expresión severa, sus labios apretados con fuerza, pero más allá de eso estaba tranquila y no parecía tener intenciones de intervenir. Flitwick y Pomodora, en cambio parecieron gratamente sorprendidos y tenían pequeñas sonrisas en sus rostros. Contrario a ellos, Severus parecía estar a punto de explotar y si las miradas podrían matar a Harry estaría tres metros bajo tierra, pues el profesor de pociones le estaba mirando con odio puro.

Cuando Severus hizo el movimiento de levantarse de la mesa, Albus supo que tenía que intervenir y rápido antes de que las cosas se salieran de control.

"Mr. Potter, Mr. Longbottom. Mr. Malfoy, por favor acompáñenme a mi oficina. Minerva, Severus, ustedes también" dijo mirando con una voz de paterna consternación, con la vaga sensación de un creciente dolor de cabeza. La razon por la que habia bajado al comedor, olvidada.

Los tres jóvenes hechiceros se encogieron de hombros y se levantaron, obedeciendo a la excusa de persona que tenía su colegio como director. Salazar y Godric tomaron de las manos, aunque el gesto ahora era más para contener al blondo que como una muestra de afecto o advertencia a los demás, puesto que el Lord de los leones había captado la mirada que el hombre que emulaba un murciélago con poca gracia le había lanzado a su amante y no estaba nada contento con ello.

Draco sabía que a Sal no le importaba en lo más mínimo, pero a él sí. Y si ese hombre se mentía con su, Godric iba a enseñarle porque no es una buena idea meterte en el territorio de un león.

El regreso de los fundadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora