Pequeños cambios para bien
El despertar para Salazar fue algo lento y confuso, muy diferente al día anterior, pues esta vez estaba en su cama, dentro de su habitación privada y con la calefacción (hechizo de su invención) encendida. Lo cual lo hacía sentirse muy cómodo y no con muchas ganas de regresar al mundo real, su familiar estaba a su lado sobre las sabanas de seda.
Faltaba media hora para el amanecer y debía despertar para volver a la habitación que 'compartía' con los otros leones y Neville si quería mantener las apariencias. Lo cual por muy irritante que fuera, era necesario.
Dejo escapar un gruñido antes de obligarse a levantarse. Odiaba despertarse tan temprano por la mañana. Esa era la razón por la cual nunca daba clase antes de las nueve y media de la mañana, aunque ahora que era "alumno" no podía permitirse saltarse la primera clase porque generaría una mala influencia y Rowena lo hechizaría hasta el infierno y de regreso. Y eso era algo por lo que valía la pena hacer cualquier cosa si con ello podría evitarlo.
Por ello hizo a un lado las cobijas y se sentó sobre la cama, parpadeando un par de veces para poder adaptarse a la luz y despejarse un poco.
— Buenos días, mi señor — Esmeralda saludo con cierta pereza, dejando ver su opinión sobre la hora y el hecho de que Salazar intentara llegar lejos de la cama. Aun así reptando por el brazo del pelinegro cuando este lo endurecido en su dirección, subiendo hasta su cuello y tomando la posición acostumbrada. Riendo internamente ante el hecho de que su única respuesta fue un gruñido bajo.
Era nostálgico el volver a ver aquella ligera debilidad en su amo quien se pintaba a sí mismo como un noble pecado falla alguna.
Salazar tenía un problemático despertar, pues aunque su azúcar mente estuviera alerta, su cuerpo se negaba a colaborar hasta que hubiera tomado una ducha o bebido algo con suficiente para obtener un subidón de energía. Por lo que su comportamiento solo era conocido por aquellos que habían compartido cama con el Lord de las Serpientes, entiéndase ella y Godric Gryffindor.
Buenos días, Maestro Salazar. Hogwarts murmuro al tiempo que hacia aparecer una copa de burmuja en las manos del joven Lord para ayudar a despertar.
"Buenos días, querida mía" respondió el morocho una vez que se hubo terminado la bebida. Ya mucho más despierto, gracias a esto. Había dormido como un ángel ya pesar de la hora, estaba bien descansado y listo para iniciar su día, aunque hubiera preferido usar su propia ducha en vez de usar la del dormitorio, pero bueno, uno no podía tener todo en la vida.
Tomo su uniforme y susurro un "Estoy listo para volver". Inmediatamente Hogwarts abrió un portar que lo conecto directamente al interior de la cama que había sido suya por el año anterior. Las cortinas estaban cerradas, aseguradas de tal manera que nadie pudiera ver su interior o intentar abrirlas, pues inmediatamente cambiarían de intención al toparse con un hechizo de compulsión que dirigía su atención a otra cosa si siquiera rozaban la tela.
Cuando pasó por las cortinas se encontró con la cara adormilada de su hermano, quien a pesar de lucir presentable y listo para desayunar aun llevaba una expresión que decía que su único deseó era dormir. "Neville" el de ojos verdes saludo con un ligero movimiento de su cabeza.
El muchacho bostezo. "Hola…" El tampoco gustó de despertar temprano, aunque sin duda tenía un mejor despertar que Salazar; curiosamente, Godric y Rowena siempre se despertaraban al alba, todos y cada uno de los días, sin importar que hubieran estado levantados hasta muy tarde. Era algo que siempre había irritado a Harry y la razón por la cual no compartía su cama con Godric más que unas selectas noches."¿Por qué no te adelantas?, toma algo que te ayude a despertar, Nev. Después de todo, tenemos pociones a primera hora" le dijo a su hermano al tiempo que le daba un leve empujón para encaminarlo hacía la puerta de la habitación . Su hermano murmuro algo por debajo de su aliento y se encamino hacia dicho lugar.
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El regreso de los fundadores
Fiksi PenggemarHogwarts teme por la seguridad de sus alumnos ante la amenaza que representa Voldemort. Desesperada usa un hechizo para traer de vuelta a los fundadores. Nuevas vidas, recuerdos del pasado, un futuro que cambia. Los cuatro fundadores están de regres...