の᥇ડꫀડⅈóꪀ || Jeff The Killer & Homicidal Liu

El hombre alto

Cuando el timbre que finalizaba el receso sonó, Lucas y T/n regresaron al curso. Bajo la mirada acusadora de todos los del salón, o almenos eso creía el (c/c).

-¡Ya regresaron los gays! ¿Ya terminaron de hacer sus cosas en el baño? -. Preguntó Rai, mirando con decepción a Lucas.

-Ya tienes 17 años, pero sigues siendo un estúpido -. Se acarició el puente de la nariz con frustración.

-Te recuerdo que aquí todos tenemos la misma edad -. Se paró enojado de su asiento -. Pedazo de puto

-¿Qué pasa, Rai? ¿No te quieren en tu casa? -. Preguntó T/n.

-Para mi que él es gay; y como no salió del closet, no encuentra nada más que molestarnos -. Dijo Lucas, frunciendo el ceño.

-¿¡No se supone que somos amigos!? -. Preguntó el rubio, tomando al castaño por la camisa.

-¿¡Cómo podría considerarte mi amigo si maltratas a todos!? -. Respondió con enojo.

T/n se acercó hacia los dos hombres y alejó a Rai de Lucas con un empujón.

-No te le acerques -. Lo miró con enojo en sus ojos (c/o).

-Váyanse a la mierda

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-Lamento mucho haberte metido en un problema -. Mencionó Lucas con culpa. Mirando la mejilla roja e hinchada que tenía T/n.

-Ya no importa -. Acarició la cabeza del más bajo.

-Pero te lastimó -. Protestó con un puchero.

-Estoy bien, no es nada, Lucas -. Se rió levemente.

Los ojos marrones de Lucas empezaron a brillar por ver a T/n sonreír, le emocionaba que el más alto se abriera poco a poco a él.

-Gracias por tenerme confianza, T/n -. Sonrió angelicalmente.

-No es nada -. Se rascó la nuca nervioso. No quería romper las ilusiones del chico, pero aún no confiaba del todo en él.

-¡Oh! -. Exclamó Lucas -. Este es mi hogar, así que aquí tomaremos caminos distintos. Nos vemos, T/n -. Abrazó el torso del más alto y entró a su casa.

Quizo susurrar un "nos vemos" pero algo se lo impidió, otra vez aquella sensación de ser observado desde lejos y la calle que estaba desolada no ayudaba mucho. Empezó a sentir un intenso dolor de cabeza y escuchar sonidos como de una television sin señal.

Levantó la cabeza y por unos cuantos segundos pudo ver la presencia de un hombre alto, como de 2 o 4 metros más o menos, de extremidades largas y sin rostro. Extrañamente no le causaba terror, más bien tranquilidad, era como si se sintiera seguro con aquella presencia frente a él.

Luego de eso, siguió su camino como si nada hubiese pasado, pero estando un tanto inquieto por la situación. Amarró los hilos sueltos y se dio cuenta de que lo más probable era que aquel hombre, era quien estaba acechándolo hace meses.

Se rascó la cabeza con frustración, no sabía exactamente si ese hombre alto era bueno o malo. Solo sabía que tal vez no hiba a ser la última vez que lo vería.

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-¡Ya llegué! -. Mencionó cerrando la puerta corrediza de la casa.

-Hasta que por fin llegas, ve y haz la comida -. Mencionó la mujer de la mujer, cruzada de brazos.

-¿No puedes hacerla por ti misma? ¿Hasta ese nivel llegaste? -. Preguntó fríamente.

-¡A mi no me contestas así, jovencito! -. Gritó, golpeándole la cara -. ¡Soy tu madre, respétame!

-Voy a respetarte cuando cambies tu actitud de mierda hacia mí -. Dijo, y subió a su habitación.

-¡T/n! ¡T/n ven aquí!

Subió a su habitación y se bañó, cambiándose después. Bajó y empezó a preparar su comida, solo para él.

Comió solo sin importarle realmente lo que su mayor hiciera.

Cuando al fin se estaba relajando, volvió a sentir aquel punzante dolor de cabeza y el insesante sonido en sus oídos. Delante de él apareció aquel macho, que lo "miraba" como si le hiciera una pregunta.

-No entiendo que es lo que quieres, ni tampoco quien o que eres -. Dijo, rascándose la nuca.

Como apareció se fue, ignorando completamente el comentario del menor.

Se frustró debido a aquello, pero volvió a comer.

-¡Oye, inútil! ¿Ya hiciste la comida? -. Preguntó su madre.

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Ordenó su cama para poder acostarse y dormir tranquilamente, escuchando los habituales gritos de sus padres discutiendo, no sabía por que peleaban pero tampoco le interesaba saber.

Tomó una de sus almohadas y la colocó en su cabeza, en un intento vano de no escuchar nada. Pero todo fue inútil.

Se paró de la cama dispuesto a pedirles amablemente que se callaran, pero algo lo detuvo, una sensación extraña que le pedía que mirara hacia la ventana; y así lo hizo.

Ahí estaba otra vez, el hombre alto. Al parecer estaba empeñado en mostrar su presencia. Inconscientemente levantó la mano y lo saludó, acto que el más alto devolvió.

-¡Oye! ¿¡Quién eres!? -. Gritó una pregunta en un susurro.

Aquella persona solo llevó su dedo índice hacia el lugar donde se suponía debería estar su boca. Como mandándolo a callar; así que bufó un poco molesto.

La puerta de su habitación se abrió,dejando entrar un aroma a alcohol y sudor.
Levantó la mira, viendo a su padre borracho, mientras su madre le seguía gritando desde atrás.

-¡Hueles a colonia de hombre! ¿¡Dónde carajos estuviste, maldito gay!? -. Preguntó enojada.

-¡Cállate, mujer! -. Cacheteó a la contraria.

Observó que el hombre se acercó a él y levantó la botella de vino en su mano; estampándosela contra la cabeza.

Por culpa del golpe un pitido empezó a escucharse en su cabeza, se sentía desorientado, aturdido y muy angustiado.

-¡T/N! -. Escuchó el lejano grito de su madre.

Se oía ligeramente preocupada, pero creía que solo era su imaginación. Pues si moría, se librarían de la carga de la que siempre se quejaron. ¿Porqué llorar por alguien a quien le hicieron la vida imposible durante años?

-¡Muere! -. Gritó aquel hombre, rompiendo lo que restaba de la botella en la nuca del menor.

Desmayándolo al instante.