I'M VIOLET

FRESAS Y GALLETAS

La cama se sentía tan cómoda después de pasar toda una noche despierta, en Alexandria las personas siempre se mantienen ocupadas, así que hay ruido por todas partes.

Me senté en un sillón de la sala después de desayunar.

- Parece que tu guardia estuvo interesante. - Dwight me dijo sentándose a mi lado.

- ¿De qué hablas?

- En serio crees que te dejaría vigilar sola, durante la noche. - me miraba con una sonrisa. - me pidieron que te vigilara, ¿Recuerdas?... Y ese chico, Carl, no te quita los ojos de encima.

No podía parar de ver su sonrisa burlesca de Dwight, estaba a punto de contestarle pero el sonido de alguien tocado la puerta me detuvo.

- Apuesto a que es él. - Dwight dijo con seguridad.

Me puse de pie para abrir la puerta... Mi rostro cambió a una expresión de sorpresa cuando vi a Carl parado frente a mi, Dwight tenía razón.

-Hola. - me dijo Carl con una sonrrisa, mientras que en el fondo escuché una carcajada burlesca de Dwight en cuando escuchó la voz de Carl.

- ¿Qué quieres? - salí y cerré la puerta detrás de mi, con la intención de que Dwight no escuchara nuestra conversación.

- Solo, quería invitarte a dar un recorrido por Alexandria. - Carl contesto intimidado.

- Si claro, vamos. - lo tomé del brazo para alejarnos de la casa. - ¡Dwight! vuelvo en un momento.- grite mientras caminábamos.

Llegamos hasta un lugar donde se encontraba uno de los árboles más grandes de Alexandria, estaba tan bien conservado que tenía lazos de raíces colgando con flores amarilas sobre ellas, se veía tan hermoso.

Carl tomó una de esas pequeñas flores y la acercó hacia mi. - Toma, un pequeño obsequio.

- Gracias, - sonreí - sabias que cada una de las flores tiene un significado. Es curioso, que el amarillo sea un color hermoso, pero es interesante, porque tiene dos significados. - lo mire a los ojos. - La alegría y la traición.

La sonrisa de Carl se desvaneció, mire que era el ruido que se encontraba detrás de él pude notar a hombres trabajando a lo lejos.

- ¿Qué hacen por allá? - pregunte.

- Armas, - contesto al mirar a la misma dirección que yo. - necesitamos materiales para cazar.

- Se ve interesante. - empecé a caminar hacia esa dirección.

- Te han dicho que te pareces demasiado a tu padre. - Carl me dijo caminado tras de mi.

Me detuve en seco y volteé a mirarlo. - De echo si me lo han dicho. - conteste apuntándole con el dedo.

- Hasta caminas como él. - una risa se le escapó. - Esa curvatura que hacen al caminar, - me imitaba mientras comenzamos a caminar. - es típico de ustedes ese movimiento.

Reíamos juntos en el camino, después de unos segundos llegamos hasta el lugar donde estaban fabricando armas, era pequeño, pero se sentía caluroso por el fuego que usaban para moldear el hierro. Había dos hombres allí Aaron estaba trabando el hierro y un hombre con barba y cabello muy largo lo ayudaba.

- A ti no te conozco. - le dije.

- Hola, me llaman Jesús. - se acercó hacia mi. - soy de Hilltop, por eso no me conoces.

La intriga de que hacia un hombre de Hilltop en Alexandria era bastante, pero aún así no pregunte nada acerca del tema.

- Ya veo porque te llaman Jesús - sonreí. - parece que están haciendo un buen trabajo. - me acerqué para ver el hierro fundido, al parecer eran otras armas desgastadas y solo las estaban mejorando. - Es impresionante, ¿Cierto? - me acerqué a Carl.