Capítulo 1 Aquí en el infierno hay un niño

693 67 13
                                    

Aquí en el infierno hay un niño. Veo desde la cama que ocupo una cabeza asomarse por detrás de aquel viejo Uchiha durmiendo cabizbajo con los brazos colgando. Una semana pasó desde que desperté con heridas mortales sin la mitad de mi cuerpo y órganos, y un viejo pidiéndome que lo escuchara. Los Zetsus dices que la mitad de mi cuerpo es artificial de Mazou, que no tengo sentimientos como ellos, y que gracias a esto, sobrevivire sin comer y beber. Los días que pasaron nunca me percaté de esa otra persona, pensé que solo yo, el viejo y los humanoides de color blanco, eramos los únicos dentro de este lugar melancólico. Sin embargo, de la nada apareció este niño curioso escondido con sus enormes ojos negros. Lo observé por un tiempo, se escondió por detrás del asiento de piedra y asomó la cabeza. No aguanté más la curiosidad por saber quién era y cómo llegó si supuestamente la salida está bloqueada con una enorme roca. Quizá es otra persona como yo, secuestrado y alejado de sus seres queridos.

—Hey, tú atrás del asiento de piedra, sal de tu escondite.

No hubo respuesta. Intente moverme, pero recorde como caí al suelo cuando intenté escapar. Busque al humanoide que solo habla de caca y cosas estúpidas, pero no lo encontré, así que lo ignore. Lo que fuera no tiene porque importarme estando encerrado con personas que no me interesan. Minato sensie, Rin y Bakakashi, están allá afuera llevando a cabo misiones mientras yo estoy aquí secuestrado sin poder hacer algo al respecto. Estoy en una situación deplorable, a veces quisiera haber muerto aplastado por aquella roca, entiendo el motivo del viejo, me ayudó y ahora no quiere mandar a estos humanoides a ir a avisar a la aldea que me encuentro aquí, todo su egoísmo viene a raíz de un sueño infinito. Los ancianos si que suelen ser raros, más cuando se trata de un shinobi retirado, pero la situación se vuelve más turbia tratandose del Fantasma de los Uchiha.

No sé cuánto tiempo más tengo que esperar, comienzo a desesperarme y aburrirme de la soledad y de estas extrañas personas. Deseo estar en una misión con mi equipo, u con mi abuela comiendo de sus deliciosos bollos de carne de puerco. Dormir es mi única opción para que el tiempo pase volando, aunque sé que al despertar vuelvo a lo mismo.

Horas más tarde despierto al oír la voz del humanoide blanco con la cara cubierta, hablándome por los pies de la cama.

—¡Kakashi Kakashi, Rin Rin, es solo lo que dices cuando duermes!

—¡Cállate, me duele la cabeza!

Puse mi mano en mi cabeza en eso recorde al niño atrás de la silla de piedra. Volteo y lo busco con la mirada, ahí está a los pies del anciano con un pie colgando y el otro en el suelo, sus brazos descansan sobre las piernas del anciano. Me ve fijamente. Se trata de un niño entre ocho u nueve años, tiene el cabello largo azabache y lo lleva suelto, su vestimenta es similar a la del anciano, y está descalzo.

—¿Quién demonios es eso? ¿Acaso también lo secuestraron? —pregunté en voz alta.

El humanoide volteó a verlo y respondió escandalosamente:

—¡Eso también fue creado por Madara-sama! —aclaro con aquella voz insoportable.

—¿A qué te refieres, tú eres una masa y es un humano! —espete.

—¡Mejor que tú, yo tengo mejor sentido del humor! !Madara-sama, tuvo sexo con una campesina!

Salté en la cama, por poco me caigo al suelo, sin embargo logré sujetarme de la sábana. Este maldita masa es demasiado directo y chistocito, pero espera, ¿cómo diablos eso sucedió, él es un viejo y eso es menor que yo? Escalofríos recorre mi piel, no logro entenderlo cómo es posible que un viejo de su edad pueda hacerlo con una mujer, y en cima tener un crío. ¡Espera, eso significa que hay otra persona aquí con nosotros, la madre del niño!

Falsa promesa (Obito x Oc / Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora