Uchiha Obito, hizo una promesa al primogénito de Uchiha Madara, de volver por él tras abandonar la cueva donde estuvo cautivo y vivió hasta ver a Madara desconectarse de la Estatua Demoníaca del Camino Exterior. En aquel entonces la promesa fue genu...
Un fuerte estruendo despertó a la Uchiha durmiente de su largo sueño dentro de la ilusión de su padre le hizo ver antes de fallecer. Dentro de la ilusión, Yuuki vio cómo su vida continuó a lado de su padre en avanzada edad, quien aprovechó cada día para entrenarla y manipular su cerebro. Los días pasaron volando dentro de la ilusión hasta que un día despertó por el estruendo y el brusco movimiento del suelo. Al abrir los ojos permaneció minutos observando el techo y sintiendo cómo cada vez los movimientos del suelo se hacían más fuertes. Se encontraba dentro de una cueva porque el techo y las paredes eran de piedra. El ambiente que tiene enfrente no era nada diferente, ya que nació dentro de una guarida fría, pero ahora la temperatura era caliente. Sentándose en sus glúteos volvió a observar cada rincón de la estrecha cueva sin puertas. Al notar que no había puertas se exaltó y se puso de pie, pero vaciló hasta que se recargó contra la pared de piedra. Cuando intento hablar, no pudo. Llevó sus manos a su garganta y volvió a intentar llamar a los Zetsu. Su padre en sus últimos sueños le mencionó que ellos estarían esperando que despertara para acatar sus órdenes, pero por lo visto no había nadie. Haciendo esfuerzo pudo pronunciar unas cuantas palabras, cuando de repente las paredes de piedra comenzaron a caer provocando un susto. Supuso que todo era una pesadilla. Descartó todo hasta que sintió dolor en sus pies, piedras cayendo la lastimaron. Fue del modo que supo que no era un sueño, sino la vida real.
—¡Dónde están humanoides blancos, dónde me encuentro!
Viendo las paredes cayendo a sus alrededores pudo ver los rayos del sol entrando por un agujero que se formó conforme las paredes caían. Por instinto corrió hasta la luz y cruzó sin revisar qué había al otro lado.
La luz del día la cegó por unos segundos hasta que su visión se adaptó. Solo así supo que caía a toda velocidad de una altura mortal.
En cámara lenta volteó en diferentes direcciones y notó que caía de una montaña con un volcán en erupción. Después llevó su vista al suelo. Cada segundo se acercaba más a su muerte. Todo pasó demasiado rápido que no pudo siquiera pensar en algo que la salvará de una mortal caída. Cerró los ojos y cubrió su rostro con sus brazos. Se sintió inútil haber despertado y morir al poco tiempo.
<<Padre siempre estuvo en lo correcto, soy un error con defectos, no puedo pensar en nada para salvarme y llevar a cabo la voluntad que me planteó. Soy un fracaso y nunca volveré a ver a... Obito>>.
De pronto alguien apareció de la nada y la sostuvo por el aire antes de caer a una muerta segura. Ese alguien por error no pudo impedir que la mujer que caía de la montaña con un vulcano en erupción, se golpeará la cabeza fuertemente con el metal de su banda con el emblema de La Aldea Oculta Entre Las Hojas.
Una vez en piso, el shinobi puso a la mujer sobre el césped y la escrutó. Lo que vio el shinobi fue a una mujer joven en sus veinte un poco pálida con cabello del mismo tono al suyo, pero demasiado largo. La extraña mujer vestía una bata negra que le llegaba a las rodillas y no llevaba calzado.
—¿Una prisionera? —se preguntó el shinobi, volteando a ver al volcán —. Eso es imposible. No hay ninguna prisión cerca, quizá escapó hace mucho y se encontraba refugiada en un sitio donde no cualquier se acercaría. ¿Qué hago?, se a desmayado por el golpe, puedo ver que respira.
De pronto tres shinobis aparecieron cerca del que observa a Yuuki. Uno de ellos dio dos pasos al frente para ver mejor a la persona en el suelo.
—Kakashi-sensei, ¿quién es la mujer?
El colmillo blanco volteó a ver a su estudiante antes de responder a su pregunta.
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—No sé quién es, Naruto. Cayó del volcán, con suerte pude alcanzarla por el aire, aunque se golpeó la cabeza con el metal de mi bandana. Sakura —buscó a la pelirosa a un lado del otro chico —, revisa su pulso y dime cuál es su condición. Luce mal. Sai, crea algo para que nos retires de este lugar por el aire. El volcán no tarda en llegar a su clímax.
El chico pálido saco un rollo y un pincel para crear tres enormes pájaros, mientras Sakura se acercaba al cuerpo de la mujer para revisar su pulso y su condición. Naruto se quedó en su lugar a escrutar a la mujer. Notó que era una mujer de buen parecer y que era más mayor que ellos tras y menor que Kakashi. Curioso preguntó:
—¿Dónde creé que salió esta bella mujer?
—Naruto... —lo nombró Sakura un poco molesta —. Denme algo de privacidad para revisarla del todo.
—Tiene razón Sakura. Démosle privacidad —opinó Kakashi, dando el último vistazo a la desconocida mujer del volcán, sospechosa de ser una prisionera en fuga. —No bajes la guardia y date prisa.
—Lo haré, ahora déjeme hacer lo mío. —Sakura comenzó a revisar el pulso, el cual sonaba bien, después revisó los huesos de los brazos y piernas. Al terminar de revisar lo básico fue a lo más privado. Confirmar el sexo de la mujer. A visto mucho desde que se convirtió en kunoichi, que no le sorprenderá confirmar que la bella mujer no es mujer, sino varón. Tomó el borde de la bata desgastada y la subió lentamente para ver su intimidad. A poco centímetros de ver el sexo una mano pálida la tomó de la muñeca con fuerza. Los ojos jade rápido viajaron al rostro de la extraña mujer encontrando dos ojos negros familiares.
—Soy mujer, me llamo... Yuuki...
Kakashi, Naruto y Sai, voltearon al oír una voz femenina desconocida. Sakura seguía en el mismo lugar dando la espalda y a la bella mujer abrí por corto tiempo los ojos y cerrarlos de nuevo. Sakura sintió cómo la fuerza del agarré fue debilitando.
—¿Sakura-chan, estás bien? ¿Qué dijo la mujer? —inquirío Naruto.
Por otro lado, Kakashi se acercó por detrás para volver a ver a la desconocida.
—Dijo que es mujer y que se llama Yuuki.
Kakashi tuvo una idea instantánea, buscaría el nombre de Yuuki en el libro Bingo en cuanto regresen a la aldea. No necesita mucho para saber quién es en realidad.
—Ponle mi gabardina, la llevaremos a la aldea para que reciba atención medica y la interroguen como debe ser. Es extraño que una mujer vestida así haya salido de la montaña del volcán de La Diosa Lava. —Kakashi removió su gabardina y se la tendió a Sakura. Notó que algo le pasaba a la pelirosa. —¿Qué sucede? ¿Dijo otra cosa?
La pelirosa negó con la cabeza y tomó la gabardina sin voltear a ver a su sensie. Guardó sus pensamientos para sí misma para no comenzar sospechas tontas en contra de Yuuki, pues al ver esos ojos negros alguien vino a su mente, Sasuke.
Cortó pero hubo avance. Gracias por seguir leyendo, votando y comentando. ☆ Si hay errores después corrijo, no soy perfecta.
