-Cortadura-

30 1 0
                                    

El exterior de la habitación ya nos absorbía por completo con su oscuridad, o eso sería por completo cierto, de no ser por el leve velo que proporcionaba la luna y gracias al cual podía apreciar la latente amenaza que se nos aproximaba.

En cuanto vi a esa monstruosa figura acercándose a cuatro patas sin que ningún obstáculo la detuviese, poco me importo que Elisabeth me estuviese toqueteando, sin pensarlo mucho salí de su alcance y fui directo hacia mis cosas para tomar el cuchillo de caza que llevaba para las probables ocasiones de peligro que se podrían vivir en una excursión.

-¡Elisabeth escóndete!- Le grite sin pensar mucho en lo que hacía.

Me puse junto al marco de la ventana a esperar que lo que fuese que estuviese allí afuera, entrara para atacarlo desde la espalda.

Pero lo sucedido en los siguientes minutos paso tan rápido frente a mis ojos, que nada de lo que hubiese podido hacer estaba en mi poder para salvar a mi compañera de travesía.

Observé a Elisabeth aun sin moverse en aquella cama que compartimos hasta hace pocos segundos, cuando pude sentir las vibraciones en el piso y la pared, de como aquella criatura venia por nosotras, oía como sus garras clavaban y desgarraban por su peso la fachada del edificio para llegar al cuarto.

En unos momentos seria testigo de cómo una criatura que alcanzaba la altura del techo, completamente blanca y peluda, ingresaría rompiendo todos los vidrios y el marco de la ventana, imponiéndose dentro de la habitación con un aullido que me dejaría paralizada.

Este se abalanzo inmediatamente sobre Elisabeth quien parecía impávida, intentando dar un zarpazo directo a su rostro y cuando creí que ella estaría muerta, pude apreciar como detenía la garra con su mano y con la mirada nuevamente de un color carmesí, la apartaba lentamente de ella.

Pero eso no fue suficiente para intimidar a la criatura, quien en cuanto noto la resistencia intento eliminarla con sus fauces rápidamente a la altura del cráneo, pero nuevamente la detuvo presionándola desde el cuello, apartándola hacia arriba y continúo empujándola hasta arrojarla al otro extremo de la habitación donde yo me encontraba, pero este se aferró con las garras al suelo reduciendo la fuerza de su empuje.

Incorporándose casi de inmediato y volviendo a hacerle frente a la mujer que poseía como adversaria, ahora parecía ir con todo, su cuerpo incremento su tamaño casi como si este se inflara, inclino su cuerpo y procedió a arremeter a gran velocidad en su contra.

Al abalanzarse intento rodear a Elisabeth con sus brazos, pero esta nuevamente los detuvo, aunque ya no pudo salir ilesa del todo, el monstruo tomo ventaja de la extensión de sus brazos y con sus garras rajo parte de su espalda y hombros, provocando aberturas en su carne que sangraron intensamente.

-HAAAAAAAAA!!!- Grito enfurecida Elisabeth.

Su voz me descongelo de golpe y ya volvía a sentir la sangre correr por mis venas, si bien aún estaba aterrada por la presencia de esa cosa, me armé de valor y corrí a su espalda ahora que no me prestaba la suficiente atención.

En cuanto me encontraba a menos de un metro me dispuse a saltar sobre este y clave el cuchillo dentado que aún tenía en mis manos en la parte posterior de su cuello, con lo que esperaba poder inmovilizarlo.

Enseguida la criatura emitió un ruido incomprensible que solo podía traducirse como de dolor, pero eso no evito que esta dejara de moverse, en cuanto ceso el rugido, este se voltio y conecto sobre mí el golpe más fuerte y violento que había recibido en mi vida, en un segundo ya estaba estampada contra la pared que daba hacia el baño, lo cual estremeció toda la habitación generando un sonido ensordecedor.

Sentí que comenzaba a perder la conciencia, mi cuerpo parecía cada vez más pesado y se encontraba tan agobiado de sensaciones, que no las podía procesar al mismo tiempo, todo parecía dar vueltas e incluso sentía que íbamos en cámara lenta.

Observé a mi alrededor y pude ver esa maravillosa habitación en la que nos habían recibido, reducida a escombros, la ventana estaba destrozada al igual que los muebles, el piso y que decir de la cama que se encontraba partida en dos, parecía haber recibido la peor parte de todo.

O tal vez yo habría sido quien recibiese lo peor, pero eso no me preocupaba, ahora tenía la mirada fija en el suelo, allí donde se encontraba la sangre de Elisabeth, era un charco enorme, realmente esperaba que hubiese logrado zafarse de aquel monstruo, monstruo que al menos ya no dirigía su atención hacia ella, ya que veía como se acercaba lentamente hacia mí, pero esta vez a cuatro patas, lo que lo hacía parecer más familiar.

Una vez lo tuve a pocos centímetros de mi rostro, este abrió sus fauces mostrándome sus afilados dientes y exhalando un putrefacto aliento, el cual froto contra un costado de mi cabeza, dejando mojado con su saliva todo lo que alcanzaba, pero para lo que sucedería a continuación aun no encontraría una explicación lógica que darle.

La animalesca criatura articulo palabras de una forma gutural y en un tono extraído de las mismísimas entrañas del mundo.

-GReestaahg Peleagr no esgh tuyaargh-

Pero una vez dicho aquello, pude ver como Elisabeth propinaba tal patada a la criatura que esta salía disparada, dando un golpe atroz contra el marco de la ventana de la habitación, para luego ser arrastrada por ella hacia el exterior.

Ambos cayeron hacia el primer nivel destruyendo todo a su paso, el ruido producido por ambos en aquella pelea entre bestias era tal, que realmente no comprendía como nadie se había acercado a ver que sucedía.

Con el pasar del tiempo el sonido de su enfrentamiento se volvía cada vez más lejano, tanto así que cada vez se volvía más y más parte de los ruidos habituales de aquella selva nocturna.

Pero entre más se alejaban, la angustia en mi pecho se volvía aun mayor y mi preocupación por no poder ayudar era lo único que aún me mantenía consciente, pero esa misma preocupación llego a tal punto, que comencé a arrastrarme a través de la habitación en dirección a la destruida ventana, pero el golpe que había recibido pronto cumplió su cometido y me dejo inconsciente. 

Desenfreno en el Amazonas (GL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora