O17

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El sonido de una campana se escuchó cuando la puerta de la cafetería se abrió dejando el paso a un cliente, el bullicio lo recibió al igual que el rico aroma del café.

Con la mirada buscó a su "cita" encontrándolo rápidamente en una mesa lejos del gran ventanal y en una esquina, medianamente oscura pero cómoda para ellos.

Cuando tomó asiento obtuvo su atención, el cantante levantó la mirada de su celular chocando con esos preciosos ojos, encantadores y que tenían un gran poder para dejarlo en la palma de sus manos.

Sin esperarlo, Yoongi se estiró sobre la mesa acercando su mano para bajar su barbijo dejando su rostro al descubierto, sus miradas no se despegaron en ningún momento hasta que el pelinegro acarició su mejilla con los dedos cortando la distancia.

La tensión era muy fuerte en esos momentos, ellos mismos podían sentirlo en el aire.

Jimin abrió sus ojos sorprendido cuando el suave tacto de los labios ajenos tocaron su mejilla, el aliento caliente chocó contra ella y el perfume exquisito llenó sus pulmones. Cerrando los ojos se dejó hacer, caer y sentir el momento en el que un dulce beso era posado en su piel.

Lentamente el mayor se alejó observando atento la reacción contraria, sonrió de lado encantado.

—Puedo confirmar que las fotos no te hacen justicia, sos mucho más hermoso en persona.

No se hizo esperar otra reacción de parte de Jimin, su rostro se sonrojó suavemente sintiendo los nervios golpear en su estómago, el sudor amenazó con dejarlo hecho un desastre.

—Gracias Yoongi, ¿estabas esperando hace mucho?

—Llegué hace poco, no te preocupes.

Una vez su pedido fue dado continuaron con la charla comenzando a conocerse hasta lo mínimo, las risas llenaron el ambiente al igual que las voces desde las mesas ajenas y el delicioso aroma del café los rodeó.

Ese mismo día Jimin confirmó que no podía dejar de mirar al mayor con la misma mirada de hace años, descartó esa idea equivocada que tuvo sobre el rapero.

Mientras que Yoongi se decidió en ir por todo con el pequeño rubio, dulce como lo describió Seokjin de quien se burlaron cuando vino hacia su mesa.

Definitivamente se gustaban pero aún no lo dirían, querían ver hasta donde llegaban aquellos sentimientos inesperados y si podían arriesgarse a ello.

Para cuando Jimin fue regresado a su departamento, llegó la hora de despedirse y con ello un movimiento atrevido por parte de Yoongi.

Reuniendo fuerzas se acercó al rostro confundido del menor tomándolo entre sus manos, posando un suave beso en la comisura de aquellos labios esponjosos observando de cerca su reacción. En lo absoluto no se esperó ser correspondido, lo sintió profundizar el beso y abrazándose a su cintura dejándolos lo más pegados posible, el pequeño cuerpo temblaba entre sus brazos.

El calor los recorrió de pies a cabeza, probando los labios contrarios, dulces como la miel y tentadores como una fruta prohibida.

Estaban dispuestos a fundirse en aquellos sentimientos, cerrando sus ojos se dejaron caer en un pozo del cual no deseaban salir, solo disfrutar de ellos mismos apretados entre los brazos contrarios.

El ruido de bolsas caer los devolvió a la realidad, se separaron sorprendidos.

—¿Jimin? No sabía que tenías novio, así que por eso estabas tan triste estos días.

La voz de Hyunjin logró que escalofríos recorrieran el cuerpo de Jimin.

La situación fue de mal en peor cuando el alto dirigió su mirada hacia el acompañante de su amigo, su corazón se detuvo y su mandíbula casi toca el suelo.

—Que risa que nos encontremos ahora, juro que esta situación puedo explicarla. —rió Jimin separándose del cálido cuerpo de Yoongi quien estaba perdido.

—Es obvio que me lo vas a explicar porque estoy a punto de explotar con lo que vi. —se cruzó de brazos frunciendo el ceño.

—Bueno, entonces vamos a entrar y pedir unas ricas pizzas.

Hater • YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora