O35

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Yoongi tocó la puerta con sus nudillos, al rato escuchó un pase y entró un poco nervioso pero seguro de lo que haría.

Detrás del gran escritorio pudo ver a Band PD al cual vio durante varios años, tuvieron una relación sana a pesar de los malos momentos que pasó allí. Sin vacaciones, exigencia al máximo, no le dejaban hacer lo que deseaba con su música, lo apuraban a hacer canciones, prácticamente no salía de su estudio y trabajaba como esclavo hasta el cansancio. Quizás eso cambiaría luego de lo que diría pero no le importaba porque no sería él quien perdería allí. Era su oportunidad para ser feliz y libre.

—Yoongi, me avisaron que querías hablar de algo importante. Tomá asiento.

Obedeció tomando asiento en una silla delante del escritorio, comenzó a jugar con sus manos sintiéndose cada vez más nervioso, su corazón estaba a punto de salirse.

—No tengo mucho tiempo, necesito salir así que comenzá a hablar.

Apretando con fuerza su mandíbula hizo que una vena saltara de su frente, eso fue suficiente para tirar la bomba.

—Voy al punto, tengo pareja y quisiera poder decirlo al público pero no quise hacerlo sin hablarlo antes. No quiero seguir escondiéndolo.

—Que bien muchacho, felicitaciones.

—No creo que me esté entendiendo. Mi pareja es un hombre, soy gay.

Guardó silencio observando la reacción sorprendida de Bang, este suspiró negando y retirando los anteojos acarició sus ojos en una especie de frustración.

—¿Es acaso el mismo chico de esas fotos?

—Eso no importa en estos momentos, lo hablé con mi pareja y no quiero ocultarlo más. —mentira. —Poder decirlo sin que mi empresa me lo impida y me presione a fingir con otra persona que no amo para que termine lastimando a quien sí amo, no me importa lo que digan de mi si se supone que están por mi música, no por mi sexualidad o por mi vida personal.

—Yoongi, necesito que entiendas que esto caerá mal en la empresa, estaremos en la mira y tendremos muchos problemas. No puedo aceptar lo que me estás diciendo por mucho cariño que te tenga.

—Entonces por el cariño que me tiene va a tener que aceptar que cancele el contrato, mi renuncia le va a llegar con mi abogado.

Dicho esto, Yoongi se levantó decidido a salir de allí sin mirar atrás.

—¡Espera! ¡No tenemos que llegar a eso, Yoongi!

Su brazo fue tomado por una mano, frunció el ceño girándose para mirar al mayor, su sangre hirviendo del enojo que sentía. Tiró con fuerza de su brazo soltando el agarre.

—No voy a seguir permitiendo que me sigan tratando como un esclavo, al fin tengo una oportunidad para librarme de las cadenas que me obligaron usar todos estos últimos años. —caminó hacia la puerta pero antes se giró a mirarlo. —Voy a pagar por ese maldito contrato, van a aceptar mi renuncia y también unas cuantas demandas de parte de mis abogados. Gracias por el sufrimiento, hasta nunca.

—¡Min Yoongi, no podés hacer esto! ¡Hablemos como personas civilizadas!

Ignoró todos los gritos cerrando la puerta con fuerza, caminando rápidamente hacia el ascensor, sonrió burlón agitando una mano en forma de despedida cuando las puertas se cerraron ante los ojos de un Bang rojo del enojo.

—Es hora de que vuelva el viejo Min Yoongi.

El Min Yoongi que vendía canciones para hacerse una mejor vida, esta vez libre de presiones y de la mano del amor de su vida.




🗡🗡🗡


—¡¿Que hiciste qué?!

El nombrado se encogió en su lugar haciendo ojitos de borrego hacia Jimin quien se cruzó de brazos formando un puchero indignado.

En un intento por calmar el ambiente estiró sus manos esperando que el menor las tome, por supuesto que él nunca se negaría ante una imagen tan dulce, si tenía mimos a cambio entonces aceptaría todo lo que venga. Jimin suspiró aceptando el agarre en sus manos, Yoongi sonrió tirando de él hasta tenerlo encima de sus piernas y lo llenó de besos por todos lados escuchándolo gritar y pataleando como un bebé. Su bebé.

—¿Estás enojado conmigo?

—No Yoongi, nunca lo estaría. Me siento un poco triste porque no lo hablaste conmigo antes, soy tu pareja y quiero estar ahí apoyándote en todo lo que pueda pero también entiendo que son tus decisiones, es tu vida y podés hacer lo que quieras de ella.

Una parte de Yoongi se sintió mal, es verdad que su decisión involucraba a su pareja pero no le comentó nada, solo actuó pensando que quizás se enojaría con él, cosa que no pasó.

—Perdón mi amor, no lo pensé en el momento.

Susurró besando la pequeña nariz de botón, bajó hacia su cuello enterrándose en su lugar favorito, el suave aroma a vainilla llenando sus pulmones y calmando su mente.

—Por eso tu segundo nombre es calentón.

—Hablando de ser calentón, conozco una técnica perfecta para liberar tensiones en situaciones como esta.

Llevando sus labios al cuello de Jimin succionó con fuerza ganándose un golpe por parte del menor pero no lo soltó por nada del mundo, alejándose observó su trabajo en un color rojo que pronto se volvería morado como las demás que aún eran marcas pequeñas. Fue hacia su siguiente objetivo tomando los labios ajenos, suavemente y lento lo sintió derretirse sobre él. Con una de sus venosas manos acarició la dulce curva de Jimin.

—¿Cama o sillón?

Preguntó Yoongi impaciente comenzando a meter sus manos en los pequeños shorts que llevaba el menor.

—Cama, es más cómodo.

—Perfecto, agarrate.

Siendo un hater de la actividad física, Yoongi nunca creyó romper un récord de carrera hasta que llegó a la habitación.

Hater • YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora