Hater • YM

Extra

El famoso productor y compositor, Min Yoongi, tomó gran parte de los créditos de esta canción volviéndose viral nuevamente gracias a su trabajo en conjunto de Hiroomi Tosaka. Numerosos artistas dicen querer trabajar con Yoongi. Pasan los años y-

Yoongi acostado en el sillón apagó la televisión dejando el control en la mesita de la sala, suspiró pegando sus ojos en la pintura blanca de la pared.

Ya son tres años desde aquel día y su vida cambió completamente, una de la cual no se arrepentía.

Junto a Jimin se mudaron a un nuevo departamento donde comenzar sus vidas, a veces tenían peleas como toda pareja hasta el punto de huir hacia sus amigos pero no duraban mucho tiempo lejos, sabían que no podían vivir sin el otro.

Pero algo sucedió que la vida les dio un hermoso giro inesperado, un día fue llamado desde el hospital diciendo que Jimin cayó por las escaleras del departamento. Ese mismo día, una bebé recién nacida perdía a su familia en un accidente de tráfico, fue un milagro que la hubieran salvado. Cuando la vieron en la pequeña cuna con la carita roja del llanto y los puñitos cerrados sabían que ya los tenía en sus manitos, la próxima meta de la pareja fue adoptarla. No fue un proceso muy lindo que digamos, tuvieron que pasar por varios obstáculos y papeles para poder tenerla en sus brazos, hasta que finalmente lo consiguieron con ayuda de sus abogados y con ello otra mudanza los esperaba en la puerta. Yoongi compró una pequeña casa acogedora y cómoda para los tres, una alejada del ruido donde pudieran ser felices y tuvieran la suficiente seguridad.

Sus familias y amigos estaban muy felices por ambos, aunque algunos vivían un poco lejos siempre pasaban a visitarlos cuando podían, especialmente por la pequeña Min quien tenía ganado el corazón de todos y era la más consentida.

¿Y la música? Seguía presente en su vida, nunca dejó de crear nuevas melodías y escribir letras, de vez en cuando aceptaba trabajar con artistas y a pesar de ser invitado a distintas empresas, no las aceptaba. Pocas eran las veces que hacía entrevistas, publicaba fotos de su vida y alguno que otro trabajo. Le gustaba como vivía en el ahora, estar con su familia relajados en casa y sin que nadie los moleste.

—Yoonie.

El nombrado levantó su mirada, frente a él Jimin sostenía en brazos a su pequeña luz sonriente de apenas un añito y medio. Estiró sus brazos recibiendo a la bolita como siempre la llamaba, ella balbuceaba palabras desconocidas pegando manotazos al aire, la dejó sobre su pecho acostándola suavemente y con ambas manos la sostuvo velando por su seguridad. Jimin tomó asiento en la alfombra a su lado mirando atento la escena.

Su pequeña Yeri. Desde el momento en que llegó a sus vidas los acompañaba a todos lados y hacían de sus días los más felices. Algunos días cuando Jimin salía a trabajar o tomaba sus cursos de baile era Yoongi quien se quedaba con ella cuidándola y cuando llegaba su pareja pasaban sus momentos diarios de familia, de noche la sostenían en sus brazos cantando hasta hacerla dormir, Jimin también acompañaba con su dulce voz. En momentos como esos, antes de dormir las palabras caían del cielo y su lápiz no paraba de moverse sobre las hojas, creando tantas canciones y guardando melodías en su celular que esperaba algún día poder mostrárselo a su hija.

—Yeri bonita. —la llamaba Jimin acariciando su pequeña espalda, la bebé se movía inquieta. —Repetí a papá Yoongi lo que dijiste hace un ratito.

Yoongi miró confundido a su nena balbucear intentando decirle algo, las manitos pegaban manotazos a su papá frustrada, hizo un pucherito señal de que estaba por soltar en llanto.

—No te preocupes nena, ya vas a decirlo. No llores bolita, lo hiciste perfecto.

Besó sus cachetitos sonrojados antes de alzarla en el aire simulando un avión con ruiditos, otra de sus debilidades era verla llorar, según Jimin en unos años más la iba a malcriar si es que no lo hacía ya. No podían culparlo, era su bolita de amor.

Cuando la bajó a su pecho de nuevo, Yeri chilló feliz agarrando en un puñito el cabello de su papá, comenzó a balbucear logrando que un poco de saliva escapara de su boquita. Jimin acercó un trapo suave y la limpió.

—Ki.

—¿Ki? ¿Qué es eso?

Yoongi la miró pinchando su pancita, ella se removió inquieta tomando el dedo de su papá en un puño intentando decirle el significado.

—Ki... Yun...

—Dale Yeri, con más fuerza. —decía Jimin pegando pequeñas palmadas en su espalda.

Yeri tomó en sus manitos un pedazo de la remera de su papá antes de hacer otro intento.

—Yunki.

Pronto el silencio reinó en la sala, Jimin sonreía observando la expresión de su pareja cambiar de una confundida a otra de sorpresa. Yoongi sintió la emoción correr por su cuerpo antes de tomar en sus manos a Yeri y llenarla de besos mientras ella gritaba extasiada.

—¡No puede ser! ¡¿Dijo Yunki?!

Comenzó a gritar por lo bajo intentando no asustar a Yeri quien aplaudía divertida por su expresión, aunque no entendía que estaba pasando, solo sabía que quería repetir lo que decía su papi Jimin cada vez que llamaba a su papá Yoongi.

—Tenemos a la bebé más hermosa del mundo. Min Yeri.

Comentó una vez la emoción pasó al segundo plano, abrazaba a Jimin quien tenía a Yeri en sus brazos, la observaban dormitar con una suave canción de Yoongi de fondo.

Entre las cenizas del pasado nació una pequeña familia dispuesta a pasar de nuevo por todo el sufrimiento y dolor si así terminaban donde se encuentran en estos momentos, con la calma que necesitaban en sus vidas y una bolita durmiendo segura de que nada le sucedería en los brazos de sus fuertes padres.