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De nuevo en la misma situación.

Esta vez una pequeña casa hogareña de dos pisos se alzaba frente a Yoongi, parecía burlarse de él y todas sus desgracias en ese momento.

Solo esperaba que sus futuros suegros lo recibieran bien y no lo abandonaran, no sin antes explicarlo todo. Luego podrían cagarlo a palos si eso es lo que querían.

Tocó el timbre de la casa, al rato escuchando el sonido de pasos apresurados acercarse para seguido ver la puerta ser abierta. Detrás de la misma apareció una mujer, mayor pero bien cuidada, cruzar miradas con él.

Era la madre de Jimin.

Ni un minuto pasó cuando la escuchó tomar aire con fuerza sorprendida. Sabía que lo habían reconocido, quizás hasta escucharon noticias sobre su hijo y vieron aquellas fotos que los comprometían.

—¡Vos sos el pelotudo que está haciendo llorar a mi Minie!

El recibimiento cálido que esperaba, por supuesto que fue un sueño.

La mujer lanzó un trapo hacia Yoongi dándole en la cara y lastimando sus ojos, el cantante gritó adolorido cubriéndose con los brazos cuando el maltrato seguía y él intentaba hablar con ella sin conseguirlo.

—¿Pero qué está pasando acá?

El silencio reinó completamente apenas escucharon la voz de quien Yoongi suponía era el señor Park. Pasó saliva cuando la mirada del hombre cayó sobre él, la sorpresa en su rostro.

—¿Vos sos Min Yoongi?

—Sí, señor.

—Perfecto, tenemos que hablar seriamente. No pienso ver a mi hijo a tu lado sin saber realmente lo que pasa por tu mente.

Yoongi a pasos torpes entró a la casa mirando de reojo a su suegra, ella lo fulminaba intentando lograr enterrarlo vivo, al menos en su mente.

El padre de Jimin lo guió en silencio hacia la cocina en donde había una mesa y sentado allí un chico joven y muy parecido a Jimin, este despegó los ojos del celular.

—¿Y este inútil que hace acá, papá?

Está bien, Yoongi sintió su corazón romperse un poco más.

—Más respeto Jihyun, estás igual que tu madre.

Así que él era su hermano menor, recuerda haber escuchado su nombre en alguna conversación con Jimin donde decía extrañar sus noches de videojuegos y peleas.

De verdad que en la familia Park eran muy parecidos entre sí.

—Sentate, muchacho.

Yoongi de inmediato se sentó en una silla, con un poco de miedo por tener la mirada penetrante del hermano Park, además la mujer también lo miraba de vez en cuando mientras continuaba con lo que era la cena.

—No estés nervioso, ellos pueden ladrar pero no muerden.

—Sí, conozco mucho a alguien que es así.

Logrando que el señor Park riera sintió su corazón calmarse al igual que su cuerpo dejar de estar tan tenso como un palo.

—Mira Yoongi, quiero ir directo al punto. Hace unos días Jimin nos llamó diciendo que quería descansar un poco de la vida en Seúl, por supuesto que nosotros ya sabíamos lo que pasaba pero no dijimos nada hasta que pisó esta casa y nos dimos cuenta, es una persona sensible y fuerte pero no siempre es así, tiende a guardarse las cosas y mostrarse bien delante de los demás. Lo único que te pido es que no lo lastimes, sé que no fue tu intención y es inevitable, me pongo en el lugar de ambos sabiendo lo difícil que es ser famoso con todo lo que implica eso.

Yoongi no dijo nada durante el tiempo que escuchaba, sintiendo su corazón punzar de dolor al pensar en lo mal que se habrá sentido Jimin, retener aquello para sí mismo y sin decirle algo. Seguir adelante viendo como quieren tapar una relación con otra falsa, ver a quien amas estar con otra para caer bien a los demás... Claro que lo entendía, es por eso que necesitaba hablar con él.

—Señor, es verdad que no fue mi intención, yo también entiendo a Jimin porque me sentiría igual en su lugar. Vine hasta acá para arreglar las cosas y esperaré el tiempo necesario hasta que él decida dejar acercarme de nuevo. Después de tanto puedo volver a encontrar a una persona que logre mover mi mundo, si se me da entonces trataré de hacernos feliz a ambos y estar a su lado cuando me necesite, no voy a desaparecer de su vida aunque sea como un amigo.

—Bien, me alegra que estés decidido a todo y hayas venido hasta acá para hablarlo con él. —sonrió formando arrugas en la esquina de sus ojos. —Espera un rato, voy a buscar a Jimin para ver si quiere bajar.

Yoongi asintió viéndolo desaparecer al subir unas escaleras que lo llevaban al segundo piso, como costumbre comenzó a morder la piel de sus dedos para calmar un poco los nervios que lo consumían.

Los minutos pasaron muy lentos, sus esperanzas bajando rápidamente cuando el señor Park no volvía.

—Yoongi.

Hater • YMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora