el primer vistazo

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Fueron de regreso a su lugar en el auto del estadounidense, algo que a la niña le gustaba pues el viaje en autos era su nuevo pasatiempo, más o menos, le gustaba poder ver el camino moviéndose porque en el camino había cosas nuevas y en un barco solo había agua para ver, incluso desde su hogar solo podía ver agua, cosa que le parecía muy aburrida.

¿Puedo comer uno de mis dulces? - preguntó de una manera tierna esperando que el contrario le dijera que si solo por su cara linda.

¿No deberías comer primero? - preguntó sabiendo que si le daba un dulce después no querría comerse su comida - no hasta que comas todo lo que tu madre te sirva, entonces te daré todos los dulces que quieras.

Jo - se quejó inflando las mejillas pero lo pensó un momento, valía la pena ¿No?, Podría comer todos los dulces que quisiera después - está bien.

Le parecía sumamente tierno, nunca había tenido hijos pero si que había tenido hermanos menores a los cuales crío con mucho ahínco mientras sus padres trabajaban, a veces la vida parecía dura y más cuando estaba lejos de su familia por ganar dinero y es que quizá ya tenía demasiado pero siempre quería enviarle más a su familia y enseñarles hasta donde lo ha llevado su perseverancia, seguro disfrutarían saber que ahora se encuentra en la cacería de una sirena la cual atraparía meramente con galletas de chocolate pero eso para después, había sido un día algo cansado y quizá debía de descansar.

Mami - la niña se bajó del auto cuando llegaron por fin aunque a la menor no le hubiera gustado bajarse nunca - el señor Usa me compro dulces ¿Me los puedo comer?

Después de la comida - la mujer sonreía al ver a la menor feliz ya que casi nunca podía hacer mucho en ese lugar.

Jo - hizo de nuevo un puchero, es exactamente lo que le había dicho el estadounidense pero tenía más peso porque se lo había dicho mamá - está bien.

Entonces comió y se relajó un poco, se dedicó a sacar fotos del paisaje para su familia, hacía un tiempo que no les hacía llegar nada nuevo sobre su viaje, le hubiera gustado contarles más cosas pero a veces era difícil decirles lo que había allí ya que no tenía permitido en todos los lugares tomar fotos.

¿Que tal va la misión? - se asustó un poco cuando el alcalde se le acercó, estaba fuera pero no pensó que el alcalde iría dónde el.

Es un poco difícil - comentó, la sirena solo se burlaba de él porque no era un experto capturando sirenas - pero creo que puedo lograrlo siempre y cuando tenga algo que le guste - le mostró las galletas pero México estaba confundido - el anciano pescador se las da y a la sirena le gustan.

Así que es verdad que el la ha visto muchas veces - dijo la mujer, usualmente no le creían pues actuaba como un loco o como un cascarrabias - ¿Crees que también es cierto que se llevó su ojo?

No lo sé - dijo, es cierto que el anciano lo repetía pero no estaba seguro de si fuera cierto - lo averiguaré también, pero lo intentaré por la noche.

Dijo sin más, pensaba que la noche era el mejor ambiente para que la sirena se presentase ante el ya que estarían solos, se notaba que no era del todo amigable pero tampoco parecía agresiva así que quizá podría obtener buenos resultados.

Se sentó afuera a admirar un poco más el paisaje y veía como el sol bajaba, era una vista estupenda por supuesto y también lo pensaba la otra criatura, tan tranquila, tan dócil, bueno, así lucía aunque probablemente más agresiva, se mantuvo callado un tiempo hasta que la sirena notó su presencia y se preparaba para hundirse en el agua de nuevo.

Wait - esperaba detenerla, no sabía que debía hacer pero por lo menos contaba con el poder de las galletas que la sirena amaba - traje galletas para ti - dijo, la sirena volteó.

¿Para mí? - preguntó, Usa se sorprendió al oírlo, ya que se dió cuenta de que era un chico mirándolo más de cerca, el estadounidense solo asintió, la sirena comenzó a acercarse poco a poco a la orilla con algo de discreción.

Ten - le dió la galleta, estaba tan pasmado en esos momentos que no siquiera intentó capturarla o algo.

Hm - miró un poco la galleta y después de la metió a la boca, Estados Unidos se dió cuenta de los dinetecitos puntiagudos que tenía la sirena - hmm rico - dijo con una sonrisa, realmente no parecía una criatura aterradora - tú no eres tan malo como ese señor.

Well, el pescador te da galletas - dijo, no pensó que tendría una conversación con una sirena.

Es aterrador - dijo escondiendo un poco su rostro en el agua, tenía que admitir que estaba de acuerdo ese hombre era bastante aterrador - y siempre me grita, no tengo ni idea de que está hablando y además se saca los ojos - lo dijo como si fuera un niño pequeño aterrado.

Perdió un ojo, por eso tiene uno de vidrio y se lo puede sacar - entendió un poco mejor aunque no podía entenderlo del todo, los humanos eran tan extraños.

Oh, no lo entiendo realmente, los humanos son tan complicados - dijo como si estuviera observandolos toda su vida y tal vez eso había estado haciendo todo este tiempo - papá dice que son tontos porque no tienen escamas pero yo creo que son geniales - ok, la sirena no parecía ser un adulto, ¿Es quien secuestraba a los niños?, Tal vez lo hacía su padre pero ¿Porque? - oh tengo que irme.

Eh espera - intentó alcanzar al contrario pero este se alejó nadando, había perdido la oportunidad de preguntarle sobre los niños perdidos - ah shit - ya era de noche, quizá estaba volviendo a su hogar - what's that? - preguntó al oír algo en el bosque pero al instante pasó, debía ser un conejo o incluso un lobo, no importaba, tenía que volver a dormir y quizá mañana podía atraer otra vez a la criatura y esta vez si le preguntaría sobre los niños desaparecidos.

La leyenda de la sirena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora