El Tártaros era conocida como la prisión más grande, reforzada y segura de todo el mundo, tanto que solo se sabía de ella pero nadie conocía su paradero. Así se evitaba que algún villano intentará un ataque sorpresa en busca de rescatar algún aliado, algo que no había pasado hasta la fecha y si en algún momento eso sucediera, tenían medidas altamente infalibles para evitar que perdieran.
Armas neutralizadoras portadas por todos los guardias de seguridad quienes caminaban de aquí para allá, buscando y observando un mínimo cambio en las estructuras de aquellas cajas de vidrio reforzado anti quirk, unas que tenían aislados y encarcelados a los peores y más temibles villanos que han existido hasta la fecha.
Por eso es que el Tártaros era la única y mejor prisión del mundo anti fallas, además de tener a dos escuadrones de héroes trabajando ahí por si había una mínima anomalía. Era simplemente perfecto, hasta que una explosión y mucho humo inundó aquella sección del pabellón 6.
Las alarmas sonaron, las puertas se cerraron en automático al haber una alerta aún cuando no se sabía que pasó. Los guardias custodiaban la única salida ya sellada con armas en mano y con lentes de visión nocturna por cualquier cosa.
Fueron un par de minutos dónde las alarmas seguían sonando, el humo seguía denso y las luces parpadeaban sin descanso. Una señal del líder del escuadrón de guardias basto para que dos policías agudizarán sus sentidos y caminarán con cautela por el lugar infestado de humo y llamas en busca del causante de aquel destrozó.
Ahí fue el primer error y eso fue algo que aquella bruja logro aprovechar, un solo guardia y aunque no era fácil moverse con esos grilletes en muñecas y tobillos anuladores de quirk, ella logró darle una certera patada al policía en la entre pierna. Por muy protegido que este estubiera, al ser hombre era un punto débil si o si, y aunque era considerado un acto bajo, poco le importaba en ese momento, solo deseaba salir de esa asquerosa cárcel a como diera lugar.
Cuando el guardia cayó al suelo inconsciente, no dudo en agarrar el arma y dispararle al otro policía, quien estaba a un par de metros de ella, este cayó al instante cuando una bala le perforó la cabeza.
"Dos menos" fue lo primero que pensó aquella azabache al ver que aún no la capturaban, eso ya era un avance. Además de que debía apurarse antes de que el escuadrón de héroes llegará hasta donde estaba ella, si eso pasaba, su intento de fuga se vería frustrada.
Así que sin miedo a recibir algún balazo empezó a correr en dirección a los guardias que custodiaban la única puerta que la separaba de los demás pabellones superiores y salir de esa jaula metálica.
Los policías no dudaron en disparar también, pero por desgracia aquella maldita mujer era muy astuta y escurridiza aún sin quirk, quien no dudaba en esconderse entre las gruesas y enormes columnas de cemento para evitar ser perforada por una bala.
Intentaba mantener la respiración lo más calmadamente posible, ya que el no poder usar su don ya era una enorme desventaja para ella, por eso debía mantener la cabeza fría para poder seguir con el plan.
¿Y cuál era ese? Simple, primero debía escapar de esa caja de vidrio, algo que logro sin mucho esfuerzo, después obtener un arma, algo que ya tenía en sus manos, lo que seguia era distraer lo suficiente a los guardias antes de que su trampa se activará y con ello los demás presos de su pabellón fueran libres de esas jaulas tal como ella.
Y al ver que faltaban un par de minutos para que todo explotará, no dudo en cargar el arma una vez más y soltar una ráfaga de balas a los policías, quienes se resguardaron detrás de los enormes escudos especiales que portaban como seguridad.
La azabache al ver que logro obtener más atención, no dudo en correr hacia las jaulas de vidrio, siendo seguida por toda la flotilla de policías, quienes disparaban a matar, al saber que si se descuidaban, los muertos serían ellos.
Cuando Mahoro llegó hasta el final del pasillo, se mostró débil y asustadiza, haciendo creer que había fracasado en su intento de huida, algo que los mismos policías creyeron ilusamente.
—¡Aaaaaqqhhh! — una fuerte corriente electrica fue aquello que Mahoro sintió por todo su cuerpo antes de caer al suelo de rodillas y con la respiración a mil por tan horrible dolor. Gracias al bastardo de Chargebolt que la electrocutó para neutralizarla.
— Esposenla — fue la orden directa que soltó Denki al ver que esa mujer estaba en el suelo sin poder moverse por la fuerte descarga que le soltó, dónde dos policías empezaron a acercarse a la azabache para poder someterla a plenitud, cuando una segunda explosión inundo el lugar y con eso el infierno fue desatado en aquel pabellón donde estaban los peores asesinos del mundo.
El escuadron de policías no pudieron hacer mucho ante los más despiadados y crueles villanos jamás vistos, quienes al ver a sus verdugos, no dudaron en ir a ellos con todo lo que tenían, Mahoro al ver que dejaron de prestarle atención, empezó a gatear por el suelo con dirección a la única puerta del lugar, una que estaba sin vigilancia porque todos los guardias peleaban para someter a los villanos o en el peor de los casos, intentar no morir a mano de estos.
Cuando al fin se vio frente a la puerta, se levantó del suelo con un poco de dificultad, agarro la perilla y justo cuando estaba por girarla, la enorme puerta se abrió de golpe y de ahí salió la máxima seguridad del lugar.
Aquellos ojos tono escarlata mostraron odio, rencor, resentimiento y asco al ver al grupo de héroes que resguardaban la prisión y que habían llegado justo en el momento adecuado.
Por desgracia no vio cuando aquella enredadera se enroscó en su tobillo hasta que fue alzada con fuerza hacia arriba para luego ser azotada contra una columna de cemento sin piedad, dónde sintió como los huesos de sus costillas se quebraron y su brazo izquierdo se dislocó al igual que su pierna derecha.
El grito que soltó fue imposible de suprimir, no quería verse débil eh indefensa, pero con esos malditos grilletes anuladores de quirk, era imposible soportar tal dolor. Ella sin un don, era simplemente una persona común y corriente, tan frágil y débil al igual que un niño.
Soporto solo dos azotes más antes de empezar a perder el conocimiento, dónde la sangre salía de su boca, nariz y la cabeza, aún estando tan deplorable los héroes no tuvieron piedad de ella, la seguían torturando. Aquel héroe enmascarado al ver que ya no se movía Mahoro, la alzó con sus raíces, suspendiendola en el aire para ver si no la había matado antes de tiempo.
— Bruja escarlata, por tu acto de rebeldía eh intento de fuga, quedas condenada a pena de muerte — fueron las palabras de sentencia de aquel líder del escuadrón de héroes, dónde ninguno de los presentes se opuso a las órdenes de su capitán.
Mahoro movió la cabeza con dificultad y aunque su rostro estaba lleno de sangre y estaba perdiendo la conciencia, solo pudo sonreír con soberbia, porque primero muerta antes que suplicar clemencia o piedad.
Dos minutos bastaron para que los héroes lograrán someter a todos los prófugos, dónde cada uno recibió un muy inhumano castigo antes de regresarlos a sus celdas.
La única que seguía a manos de los héroes era Mahoro, quien iba a ser llevada a ejecución por su acto dónde varios policías murieron. Y dónde está vez no habría quien la salvara.
Pero lo que no se esperaron fue que la azabache aún sujeta entre las enredaderas de aquel héroe, desapareciera de un simple ¡Puuf! Todo a la vista de los héroes, quienes estaban en shock al no entender que había pasado o donde se había ido la mujer más peligrosa del mundo.
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AL FINAL NO FUE LO QUE ES
Short StoryUna traición de amor y de amigos, una cruda y horrible verdad fue descubierta por aquella persona que tenía una adoración a su héroe y padre, lo amaba más que a nada y nadie. Una decisión que efectuó sin tener siquiera la idea de que podría tener la...