NO IMPORTA EL SACRIFICIO A PAGAR

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—Lo eres, eres mi amado padre — expresó con tanta devoción que logro encender una chispa de emoción en el corazón de Izuku. "Quizás saber que tendré una hija tan preciosa en el futuro no sea tan mala idea" pensó sin saber todo lo que arrastraría dicho encuentro.

— Que te parece si damos una vuelta por la escuela — pidió en un intento de que Izumi se calmara, ya que está seguía llorando.

Pero la joven pelirroja antes de siquiera dar un paso, se dejó caer de rodillas al suelo y abrazo las piernas de Izuku. Logrando que este se sobresaltara por aquella acción inesperada.

—No se cuánto tiempo este aquí, puedo desaparecer en unos segundos o minutos. Incluso ni siquiera sabía que podría tener la oportunidad de regresar al pasado y verte una vez más — Izuku estaba por sujetarla de los brazos para que se parara, pero la chica nego varias veces — por eso te pido padre que me perdones, perdón por no haberte echo caso aquel día, perdón por ser tan injusta conmigo cuando tú solo me diste todo tu amor, perdón por haberte privado la dicha de ver crecer a —.

En ese momento Izumi se detuvo al saber lo que estaba por revelar, y sabía que su padre era muy listo, no por nada sería el héroe número 1 del mundo. Así que se mordió el labio inferior con tanta fuerza que sangro, pero eso poco le importó.

— ¡Rayos! — grito con dolor al saber que después de eso todo cambiaría —¡Perdón por privarte de ver a mi hermano Sou crecer! Por separarte de papá, perdón por todo lo estúpido que hice y lo berrinchuda que siempre fui! Perdón porque jamás te pude decir cuánto te amaba y lo mucho que te extraño desde que te fuiste, sin ti la vida ya no es igual y cada día me levanto con el único deseo de que todo sea una horrible pesadilla y que estés tú ahí como todas las mañanas preparando el desayuno, pero no, no es así y ya no lo será, perdón por no ser la hija que merecías —.

Izuku no podía asimilar ni mucho menos entender todo lo que su hija del futuro le soltaba, pero es que sus lágrimas y todo el dolor que se veía venía arrastrando desde quien sabe cuánto le daban a entender que todo lo que confesaba era cierto, por lo que solo pudo ponerse a su nivel y tocar su rostro con sus manos, logrando que Izumi lo viera.

— Si el Izuku Midoriya en el que deseo convertirme fue tu padre, entonces solo puedo decirte que jamás podría guardarte rencor y que sea lo que sea que hiciste, yo te habré perdonado de corazón por el simple echo de que eres mi amada hija —.

Izumi abrió los ojos todo lo que pudo antes de empezar a derramar más lágrimas.

" Fue lo mismo que me dijiste antes de morir" pensó con dolor al recordar que aunque la vida se le escapaba a Izuku en aquel día, este no dejo de sonreír mientras la intentaba calmar.

— Gracias por ser mi papá, fuiste lo mejor que me pudo suceder, gracias por amarme tanto —

Todas esas palabras habían empezado a confundir a Izuku, ya que si era cierto lo de que era su hija, entonces no entendía porque sus palabras sonaban como si fuera una despedida. Aunque pensándolo por el otro lado, si Izumi regresaba al futuro, lo más normal es que él estuviera muerto en aquel entonces.

— Ven, levántate y vamos por un poco de agua, ¿Te parece? — Izumi tenía los ojos rojos eh hinchados, por lo que se limpio las lágrimas con rudeza y asintió. — Entonces vamos, hay una máquina de bebidas cruzando la cancha principal de la UA —.

Izumi veía cada pared, cada salón que pasaban así como los pasillos, intentando grabar en su mente aquel lugar donde se formó a su padre como héroe así como los valiosos amigos que este hizo con el pasar de los años.

— Y ¿Cambio mucho la UA en el futuro? — Izumi vio aquellos hermosos ojos color esmeralda y precioso brillo que había en ellos, unos llenos de esperanza y amor.

— Con el paso de los años y con todas las guerras que llegaron a haber en la UA, muchos portadores de don dejaron su sueño de ser héroes y muchas escuelas cerraron, incluyendo está — dijo al desviar el rostro, ya que si miraba directamente a su padre a los ojos, sabría que este notaría que mentía y es lo que menos quería hacer.

—Oh — fue lo único que soltó Izuku al no saber que más decir, aunque por dentro sentía lastima que esta hermosa escuela cerrará por falta de jóvenes que quisieran ser héroes. — Pero tú, ¿Si quisiste ser héroe, verdad? — pregunto con ilusión.

— Por supuesto que sí, me convertí en una gracias a ti — dijo con una gran sonrisa, logrando que Izuku se sonrojara y desviará el rostro. "Pero no como tú hubieras deseado que fuera, porque simplemente yo no fui de las héroes buenas, al contrario me fui al lado de las sombras, aquellas que consumen tu alma y tiñen tu cuerpo con la sangre de los villanos, si de esa clase de heroína soy, mato sin remordimiento a quien rompa las reglas, aunque yo misma lo haga, ¿Hipocresía? Quizás pero sin tí eso es lo que menos me importa" pensó al ver que estaban frente a la cancha principal de la UA.

Dónde si mal no recordaba, el salón del 2A quedaba en el segundo piso del primer edificio, osea la cancha quedaba a un lado, dónde claramente se podía apreciar todo desde un buen ángulo.

Y vaya que el primero en darse cuenta de esas dos figuras fue Mineta, quien sin dudar hizo escándalo.

—¡Midoriya y su hija están ahí! —. Bastaron esas palabras para que todos se levantarán de sus sillas y se asomarán por las ventanas, logrando ver a esos dos parados en medio de aquella cancha.

Incluso Aizawa veía todo en busca de que nada anormal pasará con Izuku y esa joven que se hizo llamar su hija. El único que no se levantó de su lugar fue Katsuki, ya que al estar cerca de los ventanales, podía ver todo muy perfectamente desde su lugar.

Hasta que un grito desgarrador que provenía de Izuku, hizo que Katsuki se levantará como resorte de su silla eh intentará ir hasta el pecoso para saber que había pasado.

Pero Aizawa actuó rápido y lo sujeto con sus vendas, al igual que hizo con Shoto, Uraraca y con Tenya. Todos estaban quejándose para que los soltaran y pudieran ir a socorrer a Izuku ya que necesitaba ayuda, pero el azabache mayor nego con la cabeza.

— Nadie debe intervenir, además recuerden que Izuku sabe cuidarse solo — les dijo, aunque por dentro él también  quería ir a ver qué pasó y saber porque su alumno golpeaba el suelo con violencia y gritaba desgarradoramente una y otra vez.


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