Extra Final del Final

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¿Quién iba a decirme que yo iba a enamorarme? ¿Quién iba a decirme que la suerte existía y que yo iba a ser tan suertuda? ¿Quién iba a decirme que una persona iba ser mi lugar seguro? ¿Qué su familia iba a sentirse como la mía? ¿Qué iba a tener conmigo a mis tres ángeles? ¿Que la vida iba a cambiar tanto para mi?

Mamá, papá, pequeño Osmane, donde quiera que estéis quiero que sepáis que estoy bien. Ya estoy bien y que soy feliz por fin. He encontrado a esa persona con la que quiero compartir mi vida. Esa persona que amó mis defectos y mis virtudes, mis silencios y mis risas. Esa persona que es mi muleta cuando no sé avanzar, esa persona que hace que me sienta segura de quien soy y de donde vengo. Esa persona que está dispuesta a darlo todo por mí al igual que yo por él y no puedo estar más feliz con mis dos pequeñines.

Mamá, papá sois abuelos y Osmane es tío. Edouard y Camille siempre os tienen en cuenta porque Julia y Carlos os recuerdan como si os conociesen.

Mamá, papá, Osmane, os hecho tanto de menos como hace tantos años, pero la diferencia es que antes no tenía motivos para vivir. No tenía a nada a lo que aferrarme y ahora tengo una familia por la que estaría dispuesta a hacer todo y más.

Donde sea que estéis no me olvidéis, porque yo no lo haré.

Odette.

Terminé de escribir esa carta y la metí en un sobre para guardarla.

-Mi princesa, mi reina, mi vida.- canturreó Daniel trayendo una bandeja para desayunar. Edouard y Camille iban a lado suya con tarjetas y flores. Sonreí mirándolos a los tres mientras Daniel dejaba la bandeja en la mesilla de noche.- Te ves preciosa y te juro que cada día lo estás más.

Se acercó a darme un beso sonriendo. Si se podía, cada día me sentía mucho más enamorada de sus gestos, sus muestras de afecto y de todo él. Edouard palmeó con Camille mientras llamaban nuestra atención.

-¡Puaj!- dijo al ver que Daniel me daba otro beso. Camille también lo imitó sacándonos una sonrisa.

-Ya veremos qué dices cuando tengáis pareja.- comentó Daniel sonriendo, luego los miró a los dos y ellos asintieron.-Ojitos, estos dos duendes han hecho algo para ti.

Sonreí mirándolos y Camille se me acercó sonriendo.

-A ver princesa, ¿me vas a decir qué es?

Ella negó sonriendo y puso las manos en mis ojos. Entendí que tenía que mantener los ojos cerrados hasta que colocaron algo en mis manos. Era bastante pesado y cuando abrí los ojos pude comprobar que se trataba de un album pesado decorado en la portada con dibujos de los niños.

-Es nuestra historia desde el principio.- susurró Daniel mientras pasaba un mechón de pelo detrás dd mi oreja. Me mantuve algo perpleja mirando aquel album. Nunca lo había visto por casa, sin embargo sentí que llevaba toda la vida conmigo.- Es porque eres la mejor hija, amiga, policía, esposa...

-¡Y mamá!- dijeron Edouard y Camille. Los abracé a los dos mientras sonreían. Eran preciosos y no lo decía porque fueran mis hijos. Había dado sangre, sudor y lágrimas para que fueran felices y tuvieran una infancia preciosa. Camille, que tenía el pelo rizado como su hermano tenía un tono marrón tirando para el rubio mientras que Edouard tenía el pelo negro como yo y los ojos azules de Daniel. Camille sin embargo tenía mis ojos y mi sonrisa al igual que Edouard.

-Os quiero mucho.- dije abrazándolos. De repente se escuchó un estruendo abajo y supuse que era Roche. Solo él entraba y salía de casa como si fuera suya. Los niños salieron corriendo para ir a recibirlo. Miré a Daniel sonriendo y el acarició mi mejilla.- A ti también te quiero, mucho, mucho, muchísimo.- dije levantándome para abrazarlo. Él soltó una carcajada recibiendo el abrazo. Se separó para cogerme de las mejillas y plantar un beso allí sin separarse.

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