Capítulo 20; Daniel Santillana

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Volví de correr y me encontré con que las chicas y Timothée estaban despiertos. Timothée bostezaba una y otra vez mientras Jacques seguía enfrascada en la pantalla del portátil. Odette le puso dos tazas de café a Timothée y a Jacques y se giró encontrándose conmigo en la entrada de la cocina. Todos llevaban la misma ropa de ayer. 

-¿Que hay, Daniel?- pregunta Timothée guiñándome el ojo y señalando con la cabeza a Odette. Rodé los ojos y negué. Ya empezaba a parecerse a mi madre. 

-Todo guay, ¿y tú, Smoothie?- pregunto sentándome a su lado. Me mira mal después de pegarme en el brazo y se limpia lágrimas imaginarias. Odette deja una taza delante mía y sonríe mirando a Roche.

-¿Qué es eso de Smoothie?- pregunta sonriendo con sorna a Roche. Este niega y la señala.

-Cállate, no es nada.- antes de Odette pregunte la interrumpe.- ¿Qué vamos a hacer hoy?

Se frota las manos como si planeara y nos mira a los dos. Odette le da un sorbo al café y lo señala.

-Tú, nada. Jacques sigue en lo suyo y Daniel y yo vamos a ver a Hollister y a mi casa.- explica para después volver a beber café. Yo mientras me tomo el mío. Roche va a replicar cuando Odette le hace una seña.-Ni se te ocurra rechistar, Roche. Estás magullado y Dimitri te ha de estar buscando. Francamente me sirves mejor, aquí, sentado sin hacer nada.

Timothée farfulla algo y asiente resignado.

-¿Qué vas a hacer en tu casa?- pregunta a Timothée captando mi atención. Odette se termina el café y lo mira.

-Ir a por algo de ropa y alimentar al Gato Ladrón.- explica suspirando.- Además de ir por algo importante.

Asentimos y terminamos de desayunar. Voy a darme una ducha y cuando vuelvo a mi habitación me visto con una sudadera blanca, pantalones verdes sueltos y zapatillas blancas. Hoy hacía más frío de lo habitual, así que acabé por ponerme un gorro negro y una bufanda a juego.

Salí al salón y vi a Odette y a Jacques hablando. Después, ella caminó hacia mí y me hizo una seña para irnos. Había estado más cercana después de pedirme perdón por lo de las pastillas y no voy a negar que me gustó abrazarla mientras lloraba y hacerla sentir que estaba ahí si lo necesitaba. Me gustó el hecho de abrazarla, no que llorara. Sigo caminando hasta que se para de forma abrupta en mitad del pasillo.

-¿Qué te pasa?- pregunto mientras que ella se da la vuelta. Hace una mueca rara y niega como si espantara alguna idea. Vuelve a darse la vuelta y sale de casa.

Cuando llegamos al coche la veo revisar el asiento del copiloto y sacar la mochila de su padre.

-¿Puedo seguir guardándola aquí?- pregunta mientras me siento al volante. Asiento y lo guarda donde estaba.- Vamos a ver a Hollister primero, debe estar que le comen los nervios.

Arranco y la veo abrazarse a sí misma a pesar de llevar la misma ropa que le di anoche y un abrigo. Se apoya en la ventana y noto como me mira. De nuevo volvemos a caer en un atasco. 

-¿Eres rubio natural o de bote?- pregunta con las piernas cruzadas sobre el asiento. La miro sonriendo y ella frunce el ceño.- ¿Qué?

-¿Esa pregunta es repentina o te lo llevas preguntando mucho?- pregunto haciendo que me señale de forma acusatoria.

-No utilices mi método contra mí y responde.- exige. Francamente vivían haciéndome esa pregunta y siempre me gustaba sembrar la duda. Llegaron a decirme que me lo había teñido. Mi madre es anti tintes, le daría un infarto si me tiñera el pelo.

-Natural cien por cien.- digo haciendo que asienta. Pero mi curiosidad me puede más y acabo por preguntarle.- Puedo preguntarte algo.

-Claro.- dice mientras busca algo en el asiento.

-¿Por qué tomas esas pastillas?- pregunto pausadamente haciendo que ella se quede quieta.

Guarda silencio mirándome.

-No tienes que responderme si quieres.- digo mirando de nuevo al frente, al ver que gesticula sin saber qué decir. Mantengo la vista al frente hasta que la veo moverse por el rabillo del ojo.

-Cuando mi madre y mi hermano murieron yo tenía siete años.- empezó a decir. Me giré para que viera que la escuchaba y ella me miró a los ojos.- Con siete años empecé a tomar esa medicación, con receta de la psiquiatra, para dormir mejor. Solo me mantenían en un estado de relax de modo que no pensaba.- se mantuvo en silencio durante unos segundos mirando sus dedos, después me miró con los ojos cristalizados.- Pero todo se me salió de control cuando murió mi padre. Tenía diecisiete años y con esas pastillas no tenía tiempo de pensar en ello. 

-¿En la muerte de tu padre?- pregunté en un ligero susurro y ella negó lentamente.

-En la muerte de muchas personas, Daniel.- se limpia las lágrimas y me mira.- Tomo las pastillas para saciar mi culpa.- dice susurrando. Coloco mi mano sobre las suyas y me mira.

-Hablarlo es mejor que tomarte esas pastillas, Odette.- sonreí y le limpié algunas lagrimas que tenía en la cara.- Mi tío tomaba medicación para dormir y acabó en una adicción. Ahora necesita drogas de cualquier tipo para vivir y ya no solo para dormir.- explico mientras ella centra su atención en mí.- Yo no quiero eso para ti, Odette. 

-¿Y qué quieres para mí, Daniel?- pregunta después de un rato de silencio. Ya habíamos salido del atasco cuando me preguntó eso y ya estábamos cerca de la comisaría cuando yo me giré para responderle.

-La pregunta aquí, es qué quieres tú para ti.- aclaré antes de bajar el coche. La oí cerrar el coche y caminar detrás mía. Entramos y al hacerlo Hollister estaba por entrar en su despacho cuando se giró hacia su secretaria. Antes de poder decirle nada nos vio y se acercó a nosotros moviéndose con la rapidez que su tamaño le permitía.

-¿Se puede saber por qué no coge las llamadas, Santillana?- pregunta enfadado. Tenía el ceño fruncido y estaba casi por explotar. Tardo un momento en reaccionar y eso parece enfadarlo aún más.- ¡Responda!

-Cálmese Hollister.- dice Odette apareciendo a mi lado.- No cogió porque se lo pedí yo.- la miro y ella continúa hablando. Hollister la mira enarcando una ceja y niega.- ¿Qué sabe usted de Dimitri Aubert?

Hollister frunce el ceño y la mira. Parece aturdido y tarda unos segundos en responder.

-Sé que le busca la interpol, pero es como una aguja en un pajar.- comenta olvidando por completo la razón de su enfado.

-Pues esa aguja está rondando por mis alrededores y busca algo que yo tengo.- explica Odette. Hollister abre los ojos y miro a Odette. Algo no encaja y no sé si es consciente o no.- Está directamente relacionado con los asesinatos. Por lo pronto iré a mi casa y después lo informaré de los detalles.

Hollister asiente y se da la vuelta perdido en sus pensamientos. Pensamientos que creo saber de qué van. Parecía sorprendido cuando le dimos la noticia de que Dimitri estaba relacionado con los casos.

¿Y si estaba sorprendido porque no esperaba que llegáramos a esa conclusión?

Cuando salimos tiro del brazo de Odette y se da la vuelta.

-¿Qué?- pregunta frunciendo el ceño.

-Antes de ir a tu casa, vayamos a un sitio.- digo dándole la mano y caminando en sentido contrario de donde está el coche.

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