—¿Lo conoces?
Miro a Rocio y luego al chico. Estoy en shock. No puede ser. ¿Cómo es posible?
El se acerca al mostrador y se me queda mirando.
—Un café por favor, con decoración y que el chico lo lleve a mí mesa.
Me mira por última vez antes de ir a la mesa cerca de la ventana.
¡Le voy a servir un café a Blackwhite! ¿Podría estar más nervioso?
Rocio me entrega el café y yo hago un diseño acorde a sus gustos en tik tok. De seguro extraña su país natal, le haré la bandera de Tailandia.
La jefa mira mí diseño y luego a mí. Le dediqué una sonrisa para que confiara en mis instintos de fan número uno de Blackwhite.
Voy hacia la mesa con toda la confianza del mundo. Dejo el café sobre la mesa y el me mira extrañado.
—¿Qué te hace pensar que soy de Tailandia?
El se quita las gafas y la mascarilla, dejando ver que también es español.
—Que inútil eres. He venido aquí y no estabas. Eso me hace entender que eres nuevo. Entonces dime si en tu primer día de trabajo ya debo hablar mal de ti.
Bajo la mirada apenado. No creí que esto ocurriría. Ya me imaginaba con un autógrafo, incluso con una foto con Blackwhite.
—Disculpe señor, le haré otro, por favor perdonenme.
—Te perdonaré...si pasas una noche conmigo.
Me quedo atónito con lo que dijo. ¿Por quién me toma?
—Disculpe pero ¿Acaso me conoce? No ¿Verdad? No sabes de lo que soy capaz.
—Ni tú sabes de lo que yo soy capaz. Tengo mis influencias. Puedo hacerte desaparecer y a toda tu descendencia en segundos. ¿Quieres eso?
El se levanta de la mesa, mientras que yo retrocedo, preparado para pelear si es necesario.
De repente el hombre cae hacia mí, pero gracias a mi resistencia, puedo aguantarlo y evitar que terminemos en el piso.
Levanto la mirada y veo a Somchai frente a mí.
—Hola lindo, vi que este hombre te estaba molestando, así que lo puse a dormir.
Lo miro sorprendido para luego mirar al hombre. No parece tener ninguna herida.
—Tranquilo, solo hice que se durmiera con un golpe en la nuca. Estará bien.
Sonrío leve mientras lo miro a los ojos. Por unos segundos nos quedamos embobados viéndonos. Mí sonrisa se hizo más grande.
Nuestro ensimismamiento fue interrumpido por la voz de Rocío.
—¿Está todo bien?
—Si, solo vine a buscar a mí amigo. Se escapó de mí fiesta estando borracho. Lamento si le causó molestias.
Rezo porque le crea, sino estaremos acabados. Él por hacerle eso y yo por no pedir ayuda.
—Oh ya veo. Bueno sácalo de aquí, no quiero que vomite en el piso.
Suspiro disimuladamente. Somchai agarra al hombre. Yo lo ayudo y salimos del local. Chai lo sube a un taxi y le da una dirección que no logro escuchar bien. El taxi toma su camino y nosotros regresamos adentro.
—Para la próxima pide ayuda, no necesitas resolver todo por tu cuenta.
—Lo se, pero no quiero parecer débil, sinó se aprovecharán de mí.
El pone una mano sobre mí hombro y nos detenemos. Nos miramos de nuevo, como si hubiera una fuerza invisible que nos obligara a conectar muestras miradas. Él toma una de mis manos.
—Esta bien que quieras ser así, pero aveces necesitamos ayuda. Pedir ayuda no te hace débil, te hace humano.
Una sonrisa se forma en mis labios ante lo que dice. Él acerca su rostro al mío. ¿Me va a besar? No lo sé ¿Lo dejaré hacerlo? Tal vez.
Siento sus labios sobre mí frente. En teoría si me besó. Mí sonrisa se ensancha.
—Si quieren les pago un hotel tortolitos.
Él se separa de mí y ambos giramos sobre nuestro eje, encontrando una mirada sugerente de Rocío.
—No es lo que piensas.
Me apresuro a decir. No quiero que se haga ideas equivocadas.
—¿Y qué se supone que creo? No he dicho nada en realidad.
Es cierto. Bajo la mirada encontrandome sonrojado. Parezco un semáforo y todo por culpa de Somchai.
—Por cierto, no creas que no se lo que pasó. Por hoy puedes irte a casa. Descansa y mañana ven puntual, y no acepto un no por respuesta.
Ella sale de detrás del mostrador y me sonríe para luego abrazarme. Me sorprende que lo haya sabido, pero más que me de el día libre. Se ve que es una buena persona.
—No lo dejes ir, se nota que le gustas, y se que también te gusta.
Me susurra al oído antes de separarse. No digo nada, bueno la verdad es que no sé que decir. ¿Me gusta Somchai? Aún no se la respuesta.
Decidimos caminar hacia nuestros departamentos ya que el trayecto es corto.
—¿Entonces te gusta hacer diseños?
Me sorprende un poco que esté interesado en lo que me gusta.
—En realidad me gusta dibujar. Desde pequeño a sido así. Me gustaría ser un gran pintor. Pero mientras me conformo con tener un trabajo estable.
Ambos reírnos. En cierto que de pequeños tenemos muchos sueños, pero ya cuando eres grande te conformas con cualquier cosa que te de dinero.
—¿Y tú Somchai?
—Bueno, a mi me gusta la tecnología, me la paso en juegos online. Prácticamente me gano el salario mediante juegos.
La verdad ese es un buen trabajo. Siempre he pensado que mientras te de dinero es un buen trabajo. No soy como esas personas que cree que los que ganan dinero online no trabajan.
Al poco rato llegamos a nuestro destino. Nos despedimos con una sonrisa, pero la mía se borra al ver que una chica sale de su departamento y lo abraza por detrás.
—Chai ¿Por qué tardaste tanto?
Ella también es Tailandesa, incluso tiene más acento que Somchai.
—Tenia que resolver un asunto.
¿Es en serio? Ni siquiera dice nada de mí, ni me presenta.
—Ya me voy.
Entro a mí departamento sin esperar respuesta. En cuanto sierro la puerta comienzo a llorar. ¿Por qué lo hago? El no es nada mío, y prácticamente nos acabamos de conocer. Me prometí que no volvería a llorar por nadie ¿Entonces por qué lo hago ahora?
⸙⃟♡⃝꙰;
Perdonen que haya demorado tanto en regresar. Han pasado 84 años pero ya estoy de vuelta. Tendré que buscar una forma de actualizar más seguido. En fin, disfruten.
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BLACKWHITE
Teen FictionVíctor Vidal, un chico de veinte años decide mudarse de barrio ya que al ser Homosexual, sus vecinos no dejaban de molestarlo. Todo iba de perlas hasta que conoció a su vecino. Somchai Noknoi, un Tailandés de veintitrés años y muy guapo, es el vecin...