Park JiMin nunca ha pensado en encontrar a su pareja predestinada, por su cabeza no había pasado nada más allá de lo normal. En estos tiempos, encontrar a tu predestinado era una verdadera sorpresa, principalmente porque los omegas y alfas decidían establecer una relación con quien mejor les convenciera, claro que, para algunos era completamente diferente.
Había muy pocas parejas unidas con su predestinado, había otros que corrían con la suerte de enlazarse con su pareja.
JiMin claramente no formaba parte de estos últimos.
Con el tiempo, la idea de encontrar a su alfa predestinado dejó de importarle, poco a poco fue desviando su atención a lo que realmente deseaba. Conseguir entrar a una buena universidad, ser el mejor de su clase, graduarse con honores y titularse por promedio.
Lamentablemente, todos sus planes se vieron arruinados cuando una noche decidió salir a beber con la compañía de su, ese entonces, novio.
Todavía recuerda con exactitud cómo por un desliz, había terminado siendo víctima del placer que el alcohol que había ingerido le había ocasionado.
Terminando con un embarazo tiempo después. No esperaba abortar, principalmente porque no tenía los recursos necesarios para hacerlo, en segundo, le habían negado cualquier clase de método abortivo en los hospitales o clínicas.
Al final, sus padres terminaron dándole todo el apoyo posible para poder cuidar de él y sus futuros bebés.
Porque sí, no sólo quedó embarazado de un cachorro, sino de dos.
Su novio de aquellos años fue de buena ayuda, claro, sólo por los siguientes tres meses antes de desaparecer por completo.
Estaba más que claro que ninguno de los dos estaban completamente listos para llevar una gran responsabilidad como esa.
En aquellos años, le hubiera gustado ser más valiente y afrontar todo lo sucedido completamente solo.
Conforme los años pasaron, sus objetivos y deseos se fueron desvaneciendo. Su vida tomó un rumbo completamente distinto, un camino difícil y complicado, a veces terminaba llorando hasta altas horas de la madrugada, y otras veces se desmayaba por lo débil que estaba su cuerpo.
Cuando sus hijos crecieron, las cosas comenzaron a mejorar poco a poco, con la ayuda de esos dos alfas la vida del joven padre omega se vio menos complicada. Sobre todo porque sus hijos comenzaron a ser autosuficientes a los 10 años.
Además, aún seguía teniendo ayuda de sus padres, ellos, quienes nunca le dieron la espalda y lo apoyaron.
Ahora, a sus 32 años, tenía una vida completa. Su trabajo como organizador de eventos le había ayudado con el pasar de los años, había terminado de cursar la universidad hace apenas algunos dos años, después de volver a poner su vida en orden. Sus hijos ya tenían 15 años, sus preciosos y preciados mellizos.
Ellos eran su todo y lo único que JiMin consideraba realmente importante en su vida.
Soobin y Beomgyu, sus dos alfas.
No importa que tanto haya sufrido en el pasado, ver a sus dos hijos siempre le ponía una sonrisa en el rostro. Aunque al inicio había sido difícil aceptar su embarazo, ahora era feliz.
O bueno, eso le gustaba pensar.
No podía negar que a veces quería experimentar una historia de amor como las que veía la mayoría del tiempo. Cuando organizaba las bodas de sus clientes, un sentimiento de anhelo se veía impregnado en su pecho, en su corazón. Esperando, en lo muy profundo de él, encontrar a alguien para amar toda la vida.
A veces veía a sus amigos del trabajo, quienes habían corrido con la suerte de encontrar a su predestinado, otros, estando felices con su pareja actual.
Nunca había puesto atención al pequeño dolor en su pecho que se ocultaba constantemente, con miedo de salir, ese dolor que le hacía ver lo mucho que anhelaba encontrar a su predestinado.
Pero era inútil, demasiado inútil.
Si no lo encontró en aquellos años, sería imposible que lo encontrara ahora que era mayor y padre de dos preciosos alfas.
—JiMin, ¿me escuchas?— la voz de uno de sus amigos lo sacó de sus pensamientos, haciéndole volver a la realidad.
—Eh sí, lo siento, Yongbokie, no estaba prestando atención. — dijo con una leve rubor de vergüenza cubriendo sus mejillas.
—No importa — el rubio le sonrió —, te decía que tenemos dos eventos para el mismo día, ambos son una boda, ¿qué harás? no puedes dividirte en dos.
—¡Claro que puede! — una segunda voz animada se escuchó a lo lejos, un alfa de cabello largo hasta los hombros, y un semblante burlesco se acercó a ambos — ¿recuerdas la boda que hubo el 14 de febrero? JiMin literalmente organizo esa boda mientras llevaba el control de dos propuestas de matrimonios y una fiesta de aniversario. No hay nada con lo que Park no pueda, dulzura.
JiMin soltó una risita cuando Felix dejó caer su puño entre el estómago de Hyunjin.
—Estaré bien — Park le sonrió, agradecido por las palabras del alfa y tratando de tranquilizar a un preocupado omega — ¿de quienes son las bodas?
—Uh... la familia Kim se casa en Stanley Park y los Min en el hotel Paradox — anunció el omega con cierta duda —, vaya, jamás creí que alguien de la familia Min se uniría en matrimonio.
JiMin alzó una ceja.
—Me ocuparé de ambas —le restó importancia —, pero necesitaré toda su ayuda en ambas bodas. Sin molestias — acusó al alfa, quien se alzó de hombros —, y sin golpearse — le reclamó ahora al omega.
Felix rodó los ojos y asintió.
—Sin embargo — el rubio se acercó a JiMin —, creo que necesitaras demasiado apoyo en la boda de los Min, sabes como son esa familia. No queremos cometer errores.
—Lo sé — JiMin lo tranquilizó —, no te preocupes, yo me encargaré de que todo sea perfecto. Además, es sólo otra boda más, ¿qué puede salir mal?
Nada, nada debía salir mal.
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Nuevamente regresé a wattpad con nuevas historias del yoonmin. Muy pronto volveré a subir mis antiguos fanfics en la plataforma. ♡
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BLOODHOUND | YoonMin
FanfictionJiMin siempre ha sido consciente de que algún día llegaría su pareja predestinada. Pero nunca imaginó que su Alfa sería la clase de hombre inalcanzable a primera vista. Tampoco estaba seguro de que fuera aceptado con facilidad, no cuando era un ome...