VI

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Advertencia: contenido +18 sino te agrada puedes esperar al siguiente capítulo. :)

🍯

Un mes antes de cumplir por fin los tres años de noviazgo, Hoseok se encontraba en su cosecha observando si las fresas estaban en buen estado y las que no quitarlas de ahí para no afectar a las demás, de igual forma hizo con las demás. En un momento a otro siente cómo las manos de Yoongi se desliza por la parte de su cintura enredando su brazos y pegarlo a él.

—Hola, amor mío— susurra en su oído dejando un beso sobre su cuello haciendo que la piel del menor se erizará.

—Creí que llegarías más tarde, aún no preparo la comida— lo voltea para verlo a los ojos, este simplemente sonríe y deja un pequeño beso en su nariz.

—No te preocupes por eso, cariño, vine porque no he estado mucho tiempo contigo y en verdad te extraño— acaricia su mejilla—. ¿Podemos entrar?

Hoseok solo asiente. Tomando de su mano lo llevo dentro de la casa, sin más aguante comenzó a besarlo despacio, aún sus labios sabían a miel por el desayuno de esta mañana, sus manos recorrían con delicadeza la cintura del más joven. En medio del beso Hoseok soltó un jadeo haciendo que la entrepierna de Yoongi despertara, bajando los besos hacia su mandíbula y después a su cuello soltando varios suspiros con cada vez que le daba.

—¿Puedo hacerte el amor?— preguntó pegando su frente con la del contrario, Hoseok no respondió nada simplemente volvió a sentir.

Quitando las tiras del overol que tenía puesto el castaño sin ninguna prisa, adentro sus manos debajo de la camisa de algodón acariciando cada parte de su espalda y cadera, estaba fascinado en tocarlo. Inmediatamente quito la camisa y besar la parte de sus hombros, Hoseok se dedicaba acariciar el cabello del pelinaranja y jadear por la sensación que le transmitía. Hizo que Hoseok enredara sus piernas sobre su cadera y así llevarlo a la habitación.

Recostándolo despacio sin dejar de besarlo y ayudándolo a quitar su propia camisa y así quedar ambos solo con el pantalón, Hoseok recorría sus labios sobre el cuello también de Yoongi y viceversa. Yoongi miró a los ojos de Hoseok notando ese amor y esa lujuria, estaba totalmente seguro del amor que Hoseok sentía por él, no había ninguna duda tampoco de lo que sentía por él. Estaba enamorado. Quitando las últimas dos prendas el pelinaranja bajó sus labios besando el pecho del menor pasando la lengua por la zona, bajando aún más hasta el estómago y las manos inquietas de Hoseok acariciando su cabello con suavidad, la punta del miembro de Hoseok reposaba sin preocupación alguna en el vientre donde Yoongi la tomó comenzando a bombear, el menor era un manojo de gemidos, su cuerpo temblando de placer. Sin perder tanto tiempo pasó la lengua por la punta, sin dejar de mirarlo, su mirada oscura por el placer. Siguió masturbado apresurando sus movimientos, su boca ahora se concentraba en su vientre, su lengua dejaba un camino de saliva por la zona.

—Quiero entrar en ti mientras estas encima mío, ¿de acuerdo?— mordió su labio inferior.

—Bien.

Yoongi se apartó de él dejando que se levantase, el mayor se sentó sobre el colchón sin dejar de mirar a Hoseok, este quito también las dos ultimas prendas que ya estaba siendo muy estorbosas. Hoseok se fue acercando a él lentamente, una de sus manos tomó la mejilla del contrario acercándose a besarlo, fue lento y dulce. Yoongi ayudó a que su miembro entrará perfectamente en la entrada de Hoseok, sin dejar de besarlo soltó un gesto primero de molestar y mediante iba acostumbrándose movía sus caderas con la necesidad de sentir más profundo. Las grandes manos de Yoongi recorrían por toda su piel, sus labios recorrían todo su cuello y pecho estancándose en uno de sus pezones, su lengua enrollaba el pequeño botón mientras Hoseok saltaba levemente sobre su miembro, su cuerpo temblaba y el calor iba en aumento. Sus dedos se hundían en el cabello anaranjado del mayor y su cabeza echada hacia atrás, con la otra mano sosteniéndose de la pierna del contrario, se sentía en el cielo, su atención ahora estaba en el segundo pezon, su saliva estaba esparcida en toda la piel.

Levantó la mirada, ambos mirándose a los ojos, el corazón acelerado, la piel ardiendo, la respiración agitada. Quería estar con él el resto de su vida, estaba más que enamorado de eso se podía saber muy bien. Hoseok atrapó el labio inferior del mayor saboreando de él. Yoongi se apoyó de sus codos mientras que su amado se movía a su antojo, ver las expresiones de Hoseok era su parte favorita.

—Te amo— murmuró el mayor sin apartar la vista de su rostro.

Hoseok no respondió simplemente siguió moviéndose más rápido, su próstata era maltratada de una manera exquisita. Faltaba muy poco para que llegaran al orgasmo. Así que en cuestión de minutos el primero en llegar fue Hoseok, quien abrazó a Yoongi por los hombros gritando y cerrando los ojos con fuerza. El mayor llegó segundos después esparciendo toda su esencia dentro del menor hasta la última gota, dejándose caer sobre el colchón y Hoseok sobre su pecho.

Ambos estaban limpios y acostados en la cama, habían decidido tomar una siesta después de haber hecho el amor, Yoongi estaba completamente dormido abrazando a Hoseok, este estaba recostado sobre el pecho del mayor. Sus ojos se abrieron despacio escuchando a lo lejos el sonido de unas campanas de viento, con el ceño fruncido se quedó quieto escuchándolas, para al final no decir nada y volver a dormirse.

Besos de miel | YoonSeok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora