Capitulo 2

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Cuando Xiu mencionó ir a trabajar no esperabas tener una noche tan larga, con gente dándote órdenes de aquí para allá, junto a miradas de desprecio y asco

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Cuando Xiu mencionó ir a trabajar no esperabas tener una noche tan larga, con gente dándote órdenes de aquí para allá, junto a miradas de desprecio y asco. Tu última orden fue ir a la cocina a buscar dos jarrones más de vino tu sola, y eso estabas haciendo, caminando con más de dos litros en cada mano en las oscuras paredes de los pasillos.

El sonido de la música y las voces te volvieron a la realidad, y abriste las puertas sin volcar ni una gota. Cuando entraste notaste a Meiying bailando en medio de la sala y no pudiste evitar hacer una mueca.

De igual manera, había logrado tener la atención del emperador, lo cual era una ventaja para que cuando escaparas de este horrible lugar nadie notara tu ausencia.

El baile siguió por media hora mientras tu cabeza estaba flotando en las nubes, fantaseando con el momento en el cual por fin serías libre, seguiste así hasta que los violines bajaron el volumen y solo quedó el ruido del bajo. En ese momento te diste cuenta que solo tú quedabas parada, y en un intento disimulado de moverte te tropezaste, rompiendo un jarrón y cubriendo toda la alfombra. El silencio se hizo en la sala mientras tus compañeras (menos meiying quien te miraba como si fueras una crimina) estaban a un costado en silencio, mientras que los invitados te juzgaban en silencio.

Verga.

Notaste que tu temperatura corporal había subido por la vergüenza y estabas sudando excesivamente. Al notar que el emperador se levantaba de su asiento, te arrodillate con tu cabeza tocando el suelo. Miraste desde tu lugar como caminaba hacia Meijying y te inclínaste aún más profundo.

De repente una mano sujetó tu barbilla bruscamente, elevando tu rostro para que lo vieras y te encontraste con la mirada oscura de aquel hombre que tanto temías. Algo en la forma sádica en la que te miró revolvió tus adentros, dejándote en duda si este era tu fin pero luego se dió la vuelta y con un movimiento de manos ordenó a todos que se fueran, enviandolos a sus respectivas habitaciones.

Devuelta en tu habitación, mirabas tus manos mientras jugabas con tus dedos, tu atención estaba fija en ellos, mientras ignorabas las miradas de las demás chicas sobre ti, sentías entre algunas cosas el odio y la envidia, incluso Fing te miraba con ojos de traición.

Las puertas se abrieron y Xiu entró con prisa, frenando por unos segundos para mirar a su alrededor antes de verte y acercarse a ti.

- ¿Qué haces? Tienes que prepararte, Su majestad te llamó y ustedes - Mencionó, mirando al resto de las mujeres- ¿Qué esperan? Arreglen sus camas, hora de dormir.

Bajo las órdenes de Xiu las muchachas se levantaron y empezaron a limpiar, pero eso no evitó que te miraran con odio. Xiu te levantó del brazo y te arrastró hacia los aposentos del Emperador, no podías negar que estabas nerviosa, asustada y confundida. Por desgracia, incluso en estos momentos Xiu no se callaba y lo unico que querias era golpearlo hasta que lo hiciera.

𝐞𝐧𝐬𝐥𝐚𝐯𝐞𝐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora