ADVERTENCIA :
Escenas sexuales y lenguaje explícito, si no te agrada este tipo de contenido favor de saltar este capítulo.
Guillermo no respondió. Comenzó a trotar rápido, queriendo llegar a la salida antes de que fuera demasiado tarde.
-- ¡¿A dónde vas?!
Gritó el alfa. Sabía que no obtendría respuesta, así que sin importarle que tenía menos de diez minutos para regresar a la cancha, alcanzó al omega y se aferró a su muñeca. Comenzó a guiarlo hasta los vestidores, esperando seguir teniendo conciencia de sus actos.
Por alguna extraña razón, Memo no se opuso y se dejó llevar por Lionel. Sin quejas y sin llamar la atención, ambos jugadores lograron ingresar a las duchas, donde ya con las mejillas sonrojadas y la mirada ida el mexicano se deslizaba con dificultad sobre el azulejo. Lionel estaba abriendo la regadera, tapando su nariz con su propia playera y dejando a la vista su trabajado abdomen. Eso le gustaba a Memo. Porque si bien no le agradaban los alfas como tal, si le encantaba el sexo con ellos.
-- Creo que el agua ya está templada, date un baño en lo que me comunico con alguien para que te traiga supresores.
Ordenó el menor, pero al dar media vuelta para ayudar a Ochoa este se lanzó directo a sus brazos. Con una sonrisa pícara y sus feromonas mareando al alfa, Guillermo susurró.
-- Follame.
Cómo si de fuego se tratara, Messi empujó al omega lejos suyo. No era esa clase de alfa que se aprovechaba del celo de un omega, así que no estaba en sus planes (por mucho que quisiera) "follarse" al mayor hoy.
-- No sabés lo que estas diciendo, son tus hormonas, ¡pelotudo!
Guillermo soltó una risita. Aún con ropa, se metió a la tibia agua, el chorro de la regadera mojó por completo su cuerpo y provocó que la tela se adheriera como una segunda piel. Usando sus bonitos dotes de omega, miró con ojos de cachorro al alfa que se encontraba pasmado ante sus curvas. Jugueteando un poco, comenzó a bajar muy lentamente sus shorts.
-- Te necesito aquí, alfa.
¿La cordura de Messi? Quien sabe. El menor dejó de resistirse y ahora el fue quien se lanzó a los brazos del mayor. No se contuvo en tocar cada milímetro de la suave piel trigueña del omega. Olfateba y mordisqueaba ligeramente su cuello, se aferraba a sus empapados rizos y depositaba uno que otro beso por ahí. Bajo por completo tanto el bóxer como el short de Guillermo y sin darle tiempo a chistar le dio la vuelta.
-- Sostente fuerte de la pared.
Dijo sobre su oído y al finalizar mordió un poco su lóbulo.
Se deshizo de sus propias prendas y comenzó a alinear su miembro.
-- Cerrá muy bien esas piernas, omega.
Guillermo acató, con un temblor al sentir el cálido aliento del alfa.
Messi deslizó con mucho cuidado su verga entre los muslos de Memo, con la lubricacion propia del omega y el agua que iba corriendo, fue muy fácil que el vaivén comenzará. Con una mano aferró las caderas ajenas, evitando que se moviera y con la otra envolvió gentilmente el propio pene de Guillermo.
-- ¡Oh Dios, sí!
Ochoa gimió, sintiendo los golpes del glande del alfa sobre sus propios testículos a causa de las certeras estocadas que empezaron, lentas y luego más rápidas. La mano que se dedicaba a masturbarlo no se comparaba en nada cuando él mismo lo hacía y con el calor de su mismo celo, el omega perdía la cabeza a cada segundo.
Su cuerpo entero era arremetido por el alfa, y no podía dejar de imaginar como sería cuando lo tomará de verdad, en su necesitada entrada.
-- T-te quiero dentro.
Guillermo despegó su mano del azulejo solo para separar su nalga derecha y dejar a la vista su orificio que soltaba a chorros su esencia. Lionel se deleitó con la vista y aumentó el ritmo de sus caderas.
-- No será así -- respondió con dificultad -- sólo te estoy ayudando a venirte.
Eso último era mentira, también se estaba autoayudando a correrse él.
Entre los jadeos, gemidos y gruñidos ninguno de los dos se percató que un jugador de la selección argentina había entrado a los vestidores buscando a su capitán. El medio tiempo había terminado hace ya quince minutos y si no llegaba en la próxima media hora se perdería lo que restaba del partido.
A su agudizado olfato, llegaron los aromas de la piña colada y el empalagoso aroma a chocolate de su conocido amigo Lionel, así que De Paúl siguió dónde provenían aquellos aromas y entre más se acercaba a las regaderas podía escuchar el sonido del agua y un par de gemidos. Sorprendido, el alfa salió corriendo del lugar y sin poderlo evitar y pensar en las consecuencias comentó lo antes presenciado a un par de jugadores del equipo.
El sonido del extasis llegó por fin luego de unos minutos y tanto la mano del alfa, como los muslos del omega se mancharon de la espesa sustancia.
Ambos estaban ahora sobre el piso, regulando sus respiraciones y limpiando un poco sus cuerpos.
-- ¿No tienes que regresar a tu partido?
Guillermo preguntó con burla.
-- Sos re simpático, boludo.
Comentó entre molestia y sarcasmo. Aunque muy en el fondo estaba encantado con haber compartido ese momento con el omega malhumorado. Era todo un deleite mirarlo con la cara relajada y sin sus típicas defensas activadas.
N/A
Amigos, verdaderamente, ¿qué opinan de cómo redacte este capítulo? Es que yo siento que a veces narro mucho sus acciones y a veces me gustaría tratar mas su pensamientos y emociones, porque sino todo se siente como muy apresurado ¿o no?
Bueno dejando eso de lado, le puse a Messi chocolate porque siento que ayudara a contrastar más con el aroma de Neymar, ya saben, dulce y amargo, pero en otro fic le pondré algo relacionado al color azul porque si relaciono a Memo con los colores cálidos y a Messi con los tonos fríos así que eso, pa que sepan. Aún así gracias por votar y por sus comentarios y opiniones, les amo.
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¿Qué esperar cuando no estabas esperando nada?
FanfictionGuillermo odia a los alfas. Odia su aroma, odia su voz de mando, odia lo territoriales y posesivos que son. Odia su carácter, odia su porte y odia lo dominantes que son. Y sobre todo, odia a aquellos alfas que tratan de cortejarlo. Quién diría que t...