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Si algo a caracterizado a Guillermo últimamente esa era su mala suerte. Desde que se topó con ese par de alfas, hasta quedar preñado y sin saber quien era el padre, y ahora, despertando media hora tarde para su primera cita con el médico.

Apenas se da un baño rápido al despegarse de las sábanas, y se enfunda en una ligera sudadera, olvidado el frío que Málaga ofrece en invierno.

Tiene al menos doce llamadas perdidas de Neymar y miles de mensajes preocupados de Lionel. Ambos preguntando si se encuentra bien y si prefiere que vayan por él hasta su casa. Contesta apurado, olvidando sus llaves y cargando apenas los documentos del hospital, sale corriendo a la avenida en busca de un taxi.

-- ¡Maldición!

El aire helado le quema la piel, pintando de rojo toda la parte del rostro que no está cubierta por la bufanda que alcanzó a tomar. El vaho sale de su boca a borbotones y comienza a tiritar. Sus dientes castañean y quiere regresar por algo más abrigado cuando justo un carro le hace la parada. No hay tiempo que perder y manda al carajo todo, subiéndose a la parte trasera e indicando la dirección.

Apenas puede mantener sus manos calientes y se preocupa, con su cabello aún húmedo le podía dar una hipotermia. Si no cuida bien de sí mismo, ¿qué le dice que lo hará bien de un cachorro?

Lionel y Neymar están en la entrada del hospital, puntuales a la hora que los cito el omega, pero sin hablarse, ni siquiera se dedican una mirada. Unos minutos después y observan un taxi deteniéndose y dejando salir a Guillermo, que se nota a millas viene muriendo de frío.

-- ¡Toma!

Neymar le grita, quitándose el abrigo y ayudando a Guillermo para ponérselo. Lionel no se quiere quedar atrás y también corre a su lado, poniendo un gorro y quitando sus guantes.

Entre los dos alfas empiezan a cubrirlo, pero llega un punto que Guillermo se harta porque tiene muchas prendas encima.

-- ¡Ya, ya! Es suficiente, gracias.

Parece cómo cuando su madre lo dejaba vestirse solo de pequeño. Con ropa de diferentes colores y tamaños, sin combinar nada. Tiene los dos gorros, las dos bufandas (más la suya), los dos abrigos y una chaqueta encima. Parecía una montaña de telas.

-- Quitenme todo esto y vamos a entrar ya.

Regaña, asfixiado por la atención.

-- Mira, te traje un café caliente.

Lionel le tiende el termo azul, sonriendo.

-- El café es malo para el bebé, mejor acepta esto, es chocolate.

Neymar toma él mismo el termo de Lionel y enseña su vaso verde, con la humeante bebida.

-- Es descafeinado, bobo.

Contraataca.

No quiere que empiecen con sus estúpidas peleas y acepta ambos, rodando los ojos. Y los alfas sonríen satisfechos.

-- Te ayudo con tu bolso.

Neymar se ofrece, los tres están caminando en dirección a las puertas del hospital por fin. Guillermo se la da sólo para agarrar bien los envases.

El brasileño mira con suficiencia a Lionel, burlándose de ser más rápido está vez.

-- Yo te ayudo con... -- Lionel observa que no trae nada más cargando, o al menos no tan grande como el bolso, pero se fija en el pequeño aparato en su mano, haciendo malabares --... con tu teléfono, yo lo llevó.

°°°

Están esperando a la doctora en el cuarto. Guillermo está recostado en la camilla, con una bata de hospital y ambos alfas a cada lado, sosteniendo su mano como si fuera a parir ya. Sólo las acepta porque está nervioso de verdad.

Al cabo de unos minutos, una mujer de no más de cuarenta años entra con su vestimenta típica y un par de papeles con los resultados de sus estudios.

-- Muy bien, joven Magaña. Tiene nueve semanas y media de embarazo, felicidades.

Guillermo se remueve nervioso, no es precisamente un joven si lo compara con Neymar.

-- Vamos a revisar al feto, ¿le parece?

En todo ese tiempo, la doctora no ha volteado la mirada hacía arriba, para notar que había dos alfas y no sólo uno acompañando al omega.

-- Sólo puede estar aquí el padre del niño.

Informa al casi chocar con Lionel, que estaba estorbando su lugar para usar el ecógrafo.

-- Ehh... ambos son... son los padres.

Dice en un hilo de voz Memo, apenado.

Hay un silencio incómodo pero dura solo unos segundos antes de ser cortado por la risa de la doctora.

-- Oh, claro. Entiendo, entiendo. Bueno, entonces vamos a echarle un vistazo todos, ¿estaís de acuerdo?

El frío en su vientre hace que lo contraiga un poco. Pero tiene la mirada fija en la computadora, que muestra una esferita algo deformada.

-- Ese de ahí -- señala con el dedo -- ese es el feto, y ya podemos ver que tiene un corazón fuerte.

El latido es apenas visible, pero le genera un reconforte al omega. Ríe entre feliz y nervioso, pensando en cómo esa bolita en su vientre sería una vida en próximos meses.

Neymar y Lionel están un poco alejados, pero pueden ver la forma en la ecografía, bueno, el alfa menor no tanto pero hace como que si.

Están unos minutos más en el ultrasonido antes de que le dieran espacio a Guillermo para limpiarse y vestirse con su ropa de nuevo. Afuera, esta la doctora anotando unos apuntes y les ha pedido a los alfas hablar con ellos.

-- Entonces... ¿los dos vaís a venir siempre a las citas?

-- Siempre que podamos.

Responde Lionel.

-- Bueno, si les soy sincera, es muy improbable que ambos sean el padre del bebé, así que les sugiero convencer a su omega de realizar lo antes posible el test de paternidad.

-- ¿Es realmente necesario?

Pregunta preocupado Neymar.

-- He visto que no trae marca, y el bebé necesita de su lazo también para crecer lo mejor que pueda. Llega a ser peligroso en algunos casos de omegas solteros o separados.

Informa con una leve sonrisa compadeciente. Los palmea a ambos del brazo y sale en dirección al pasillo, para ir a ver a su siguiente paciente.

Tanto Neymar como Lionel se quedan viendo, preguntando con la mirada quien iba a ser el encargado de decirle a Guillermo.








N/A

Es un poco diferente a la película, pero si tienen oportunidad de verla háganlo, porque está chistosa. No los va a spoilear de esta historia porque el final va a ser otro.

Los amo. 🙏

 🙏

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