Capítulo 8

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###Guerra###

Al despertar no la encontré a mi lado. "¿Se habrá dormido en la biblioteca?" pensé que era muy probable, a veces Victoria podía ser muy despistada. Me levanté y fui a la biblioteca. Tras buscar en cada rincón no había huella de ella... ni de Muerte, él siempre pasaba las mañanas ahí. Se me ocurrió buscarla en los establos, ella solía ir ahí cuando quería estar sola pero al parecer tampoco estaba.

-Maldita sea mujer, ¿dónde te has metido? - pensé en preguntarle a Muerte por si él la hubiera visto pero el hecho de hablar con él no me agradó. "Ya aparecerá cuando tenga hambre" pensé que podría querer estar sola así que dejé de buscarla.

Era ya mediodía y seguía sin aparecer "me tragaré mi orgullo y le preguntaré a Muerte" y pensando eso fui hacia su habitación.

-¿Qué se te ha perdido hermano? - Muerte salió por la puerta de mala gana.

-Está contigo ¿cierto? - mi enfado se estaba acumulando.

-Puede...- hizo amán de cerrar la puerta pero le detuve.

-Muerte dime dónde está. - grité.

-¿Qué leches pasa ahi fuera? Cerrad la boca joder, intento dormir. - escuché la voz de Victoria detrás de la puerta.

-¡Muerte, bastardo! - le aparté brúscamente y entré por la puerta para encontrarme a una mujer pelirroja durmiendo en su cama. La cogí en brazos sin escuchar sus protestas y me fui con ella a mi habitación.

-¿Qué demonios hacías ahí? - me crucé de brazos exigiendo una respuesta.

-Dormir...-dijo adormilada tras lo que se dejó caer en la cama para seguir durmiendo. La cogí de la muñeca y la levante para que me prestase atención, no había acabado con ella.

-No quiero que te vuelvas a acercar a Muerte ¿me has oido bien? - ella abrió los ojos de mala gana y me miraba con expresión algo enfadada.

-Mira Guerra no eres mi padre, déja de decirme lo que puedo o no puedo hacer. Haré lo que me da la gana y no tienes que estar pidiéndome explicaciones. - mis nervios estaban a punto de explotar no sabía si iba a poder controlar toda la furia que sentía así que salí de la habitación, podría herirla gravemente en mi estado y no quería llegar a ello.

###Más tarde###

Me sentía traicionado, deshonrado, y furioso. Muerte había sobrepasado una linea en mi territorio y no dejaría que quedase así. Por otra parte no entendía por qué me habían afectado tanto las palabras de ella, su mirada era como dos lanzas punzantes clavándose en mi ser.
Me senté fuera en las escaleras de la fachada. Por ahora no quería ver a ninguno de los dos. Debía calmarme antes o esta disputa podría acabar en un problema mayor.

-Hermanito ¿qué te trae por aquí? ¿qué te ha hecho enfadar tanto? - la voz de mi hermano Disputa me sacó de mis pensamientos.

-No te concierne. - le dije tajante.

-¿Sabes? Esa pequeña humana... está volviendo esta casa del revés. Desde que ella llegó Muerte y tu estáis en continuo enfrentamiento. -hizo una pausa y resopló - Recuerden que son hermanos, no se comporten como enemigos. - puso una mano en mi hombro. Tras ese discurso tan revelador se fue dejando blancas huellas en la nieve y en mis pensamientos también.

Tenía que hablar con Muerte abiertamente, cosa que se me daba peor que mal aunque había que intentarlo. Vivir bajo el mismo techo que él se estaba volviendo un infierno.
Estaba tan absorto en mis pensamientos que no me di cuenta de que alguien se sentó a mi lado.

-Hace frío aquí. Deberías entrar o te vas a enfermar. - Victoria puso una manta encima de mi espalda y sonrió.

-Yo estoy bien.- le gruñí y me quité la manta para ponerla encima de ella.

Wish stone (español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora