Wish stone (español)

Capítulo 10

###Muerte###

Por alguna razón que ignoraba me divertía la forma en la que esa humana se enfadaba. Era entretenido ver como todos sus inútiles esfuerzos no valían de nada ante mi, me hacía sentir poderoso. No sabía por qué le había quitado su música, solo sabía que necesitaba hacer algo que no fuera esperar a que ella volviera de su 'paseito romántico' con Guerra. Y había funcionado, ella ahora estaba a mis pies y seguramente haría lo que le pidiese para tener de vuelta el estúpido cacharro. Pasaron por mi mente algunas ideas muy divertidas que podría llevar a cabo y abrí levemente los ojos para ver su desesperación pero no encontre eso en su rostro.

-¿Sabes tocar la guitarra? - ella encontró el instrumento polvoriento en un rincon de la habitación y lo sacó tosiendo varias veces por el polvo. Se sentó en la cama de nuevo y colocó el instrumento en su regazo para empezar a tocar unas notas muy desafinadas. - Está desafinada aunque sigue funcionando. - sonrió.

-Hace mucho tiempo sabía tocar algo...ahora no creo que recuerde siquiera el sonido de las cuerdas. - recordé algunos leves momentos casi felices que viví al lado de ese instrumento.

-Seguro que sí. Esto es como montar en bici: una vez lo aprendes no se te vuelve a olvidar. - me ofreció el instrumento - Prueba.

-No se montar en bici y creo que tampoco recuerdo cómo se toca. - me dejé caer de nuevo sobre la cama y escuché a la humana intentando afinar esa maldita guitarra sin mucho éxito. Parecía no tener ni idea pero aún así lo intentaba. - Para ese horrible ruido. No sabes tocar, deja de intentarlo.

-¿Cómo sabes que yo no se tocar si tu tampoco lo recuerdas? - dijo sin dejar de hacer ruido.

-Quizas no recuerdo cómo hacerlo pero se que no tiene que sonar de esa forma. - le arrebaté el instrumento de las manos e intenté afinarlo solo para no oir el molesto ruido metálico sin sentido.

Al cabo de un rato la guitarra empezó a sonar decentemente y se la devolví.

-Si sabes afinarla seguro que sabrás tocar también. - me miró divertida y exigente al mismo tiempo.

-He dicho que no lo recuerdo, maldita sea. O la coges o la tiro, ya no tiene sentido que la guarde. - ella agarró suavemente el instrumento y empezó a apretar las cuerdas con una mano y a hacerlas vibrar delicadamente con la otra. Miré sorprendido su esfuerzo aunque no tenía ni idea de cuáles eran las cuerdas que debía apretar ni cómo sujetar la cosa correctamente no dejaba se hacerla sonar. - ¿Por qué no te detienes? Ya me has dejado claro que no tienes ni idea.

-Puede que no pero prefiero escuchar unas cuerdas vibrar sin ton ni son que no volver a escuchar música jamás. - paró su movimiento. Me acerqué detrás de ella y coloqué sus dedos en las cuerdas para formar la nota 'do'.

-Prueba ahora. - susurré.

-¡Do! - exclamó emocionada haciendo vibrar las cuerdas sin parar. Coloqué de nuevo sus dedos para formar otra nota, parecía contagiarme su emoción y poco a poco fuimos tocando una canción juntos.

-Puedes quedarte el reproductor si me prometes darme más clases de guitarra señor mentiroso.- me miró con su típica mirada burlona- Sabías como tocar desde el principio.

- Mi mente no lo recordaba pero al parecer mis dedos sí. - la miré molesto por llamarme mentiroso - Te devuelvo tu música. - vi sus ojos brillar de felicidad y tomó el aparato con una sonrisa.

-Gracias Muerte. - se fue en dirección a la puerta y la abrió para irse - si alguna vez quieres verme no vuelvas a coger mis cosas como excusa, dimelo y punto. No muerdo ¿sabes? - por un segundo casi se me escapa por esa puerta pero la enganché rápidamente por la cintura para después dar un estruendoso portazo detras de nosotros. Su cuerpo chocó contra el mío y la puerta y puse los dos codos apoyados en la puerta a cada lado de su cabeza.