Capitulo 7

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»¿E C?«

Meredith.

—¡Nada bueno está produciendo la nueva! —se queja mi jefe en voz alta y Nat y yo compartimos una mirada cómplice—.Meredith, se que ya me has echado mucho la mano,pero te necesito. Tenemos casa llena y la nueva, repito, está muy verde para hacer algo bien.  ¿Doblas turno?

Ay no, ay no.

Vázquez mira mi rostro y levanta los brazos pidiendo trivia.

Es un hombre atractivo, tengo que decirlo. A pesar de tener más de cincuenta, no le podría pasar desapercibido a ninguna mujer de ninguna edad. Ya que es rubio, ojos azules, rostro armonioso, claramente se detalla que va hacer ejercicio y se mantienen en línea. Su único detalle; es bastante chaparrito, mide aproximadamente  1.68, a lo mucho.  Pero al parecer, eso no es impedimento alguno para que le sea infiel a su esposa con mujeres distintas cada semana, en su mayoría chicas mucho más jóvenes, que ni siquiera han cumplido la mayoría de edad.

—Y te pagaré el turno y un extra.  —vuelve a insistir y mi rostro de horror se transforma en uno de alegría pura.

Ay si,ay si.

Asiento porque un ofertón como ese no se rechaza, menos ahora que se vienen muchas cuentas de la casa y que estoy segura que será Marc el que pague por los platos rotos de esta mañana.  

Respira aliviado encaminándose a la puerta y a unos pasos de salir se gira mirándonos a ambos.

—Ah, quince minutos antes de que termine el turno de mañana hay junta de emergencia. Pobre del que no este,no puede faltar ni uno solo.

Nat se endereza y asciente.

Y con eso sale Vázquez, dejándonos confundidos pues son contadas las veces que convoca una junta de un momento a otro y más cuando quiere a todo el mundo,de ambos turnos.

Solo podía tratarse que anunciaría cambios significativos como que alguien de gran cargo se aderia, o que habría remodelación,un robo, o como la última vez; que una nueva sucursal se abría y algunos serían transferidos.

Fue así que llegue a este restaurant.

Miro a el chef confundida y el se encoge de hombros. 

—No a de ser nada. —dice y vuelve a la estufa.

—Eso espero.

El resto del día no es emocionante, excepto porque en una de mis escapadas voy a el tocador y de paso me encuentro con una pareja que tomados de la mano y besos apasionados se dirigen hacia los baños, es obvio a que, pero no les digo nada y me paso de lado con gran sonrisa.

Las horas pasan, algunos compañeros nos felicitamos, hasta compartimos abrazos, incluso unos cuantos me dan pequeños detalles.

En los minutos descansos que consigo; logro mandarles mensajes emotivos a personas que concierto amigos y por desgracia no puedo verlos para felicitarlos personalmente. Entre esos Kati, que aunque la veo todo el tiempo no está de más recordarle que la amo y es importante para mi.

Al terminar el turno corro a los casilleros de damas, y el mío básicamente se atora al intentarlo abrir debido a la cantidad de cartas que  fueron metidas a la fuerza. Y me explotan todas a los brazos en cuanto intento abrirlo después del estresante turno. 

A penas alcanzo a leer una que otra, son declaraciones de amor de "admiradores secretos" pero la letra los delata, y rápido descubro de quienes se tratan. Con gran sonrisa guardo las cartas, todas en mi mochila y acomodo mi casillero, una vez cerrado me dirijo a empezar el otro turno.

𝑃𝑅𝑂𝑀𝐸𝑆𝐴𝑆 𝑌 𝐴𝑀𝑂𝑅 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora