Capítulo 1. Restrcciones

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Miro el documento que me trajo Franco, levanto una ceja y tiro el papel sobre la madera pulida.

—No —respondo.

—¿Disculpa, Cariem? No te escuché bien ¿Dijiste: no?

—No voy a aprobar eso —repito y me levanto.

—No estas en posición de rechazar una orden del consejo ¿Quieres que lea el estatuto de La Colmena?

—Conozco muy bien lo que dice ahí, por eso me doy el Lujo de decir: No

Remarcó el monosílabo y me acerco a la ventana, miro hacia afuera y aprecio el patio, a loa jóvenes nuevos caminado. Será el primer año sin vacaciones y con un internado 100% renovado.

—Cariem, te cuento que te están investigando por que creen que defendiste a Luriel en la revuelta.

—Lo sé, pero ya me defendí. Si me quieren sacar del puesto de rector, adelante —digo seguro, aunque por dentro me aterra, si me sacan del puesto ¿Cómo voy a cuidar de los adolescentes?

Yo creo en Luriel, y en Anastasia quien me puso en panorama. Debo resistir y persistir en este puesto.

—No tienes alternativa, Cariem, si no lo comunicas tú, lo comunico yo.

—¡No puedes prohibirles el uso de Internet, o de celulares! No están en la era prehistórica.

—No voy a permitir que un puñado de niños siga defendiendo a el rebelde ese. Tú cuñado es un traidor, un rebelde, y El informante, solo está polarizando  los miembros de el internado.

Guardo silencio, debo ser más inteligente que él, pero la sangre me hierve y no logro controlar el impulso.

—Le temes a la desinformación ¿O hay algo de verdad en lo que esos niños están diciendo?

Franco se acerca a mi y me mira con rabia, luego respira profundo, se tranquiliza y me da una sonrisa amable.

—Los niños, no tienen criterio, Hechicero.

—Considero justamente lo opuesto.

—Solo saca el comunicado, y deja de contradecir a tu superior ¿OK?

No respondo, Franco cierra con fuerza la puerta y el golpe hace que las paredes resuenen.

Cuando ya estoy solo, mi anillo brilla con fuerza. En los últimos días no ha dejado de hacerlo. Hay muchos espíritus inquietos.

—Elsa... yo sé que ya viste esto. ¿Cómo es que tu alma no se quedó aquí para guiarme?

Sacudo la cabeza, me acerco a la mesa y apoyo mis manos en la madera.

Y cuando mi anillo entra en contacto con el cenicero del escritorio, las luces se apagan.

El brillo dorado invade la habitación y en el sofá aparece la imagen de la antigua rectora.

—Recuerdo astral —susurro.

—Hora, Cariem... espero que esto funcione...

—¡No lo puedo creer! De verdad lo viste.

—Sí estás viendo esto es porque eres el rector de La Colmena, y mi querido Orkias está en un aprieto terrible. Justo en el lugar que debe estar.

>>Parecerá cruel de mi parte ponerlo a él como rector, solo para que acabe en la cárcel, pero esa es la mejor distracción que puede estar pasando ahora y de hecho lo necesitamos.

>>Luriel Gianti necesita de tu apoyo, él debió de acceder al libro sagrado de los 7 a estas alturas, debe estar en su interior al igual que todos los conocimientos que necesita.

>>Ahora, tú, mi querido y bello Cariem, debes conseguir mantenerlo con vida, y guiarlo para que encuentre el poder del Tatachiná.

>>Dentro de 5 semanas lo vas a encontrar en el norte del bosque Atlántico, estará festejando el Areté guasú, consagrando a su ejército. Una muy buena señal, de hecho.

>>Vas a ir y le vas a entregar a tu serpiente. Pero antes, debes de buscar la forma de encontrarte con Mirena, y meter su alma en la boca de tu mascota. Dile a Ana que escriba el ritual para convertir a Mirena en un espíritu de combate en una hoja y se lo mande también a Luriel.

>>Y mantén a Franco muy ocupado, que crea que debe estar pendiente de Orkias a cada segundo. Que busque la forma en mantenerlo en la cárcel. Franco no debe sospechas lo que harás.

—Elsa... —susurro preocupado y aterrado.

—Y cuida a los Arikú, esa parte de mi visión lo debemos evitar. Confía en Irama, aunque parezca que no debes hacerlo.

El recuerdo se desvanece. Pero en el aire queda el aroma a regaliz.

Cierro mis ojos, y me aferro en sus palabras, al menos un poco de esperanza en medio del temporal.

Los rebeldes [Libro 4]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora