3.- La vida y los finales

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Me gustaría decir que esto ha terminado como quería,

pero la realidad es meramente cruel.


La realidad es ese fantasma

que todos llevamos sobre nuestros hombros.


La realidad es aquello que queremos pintar de fantasía,

agregarle un poco de ficción,

darle un toque de romanticismo.


¿Por qué los cuentos nos hablan de finales felices, pero jamás de solo finales?


Finales que no esperas,

finales que no quieres,

finales que quieres corregir,

finales que duelen,

finales que te dejan con media vida,

o esos finales que simplemente son un fin.


Porque no todo en esta vida es cómo quieres,

porque entonces no sería vida,

porque nos han hablado de perfección,

pero... ¿Qué es la perfección?


¿Alguien tan siquiera la conoce?

¿Existe algún mundo que sea perfecto?


Porque creamos mil historias,

mil fantasías y mil cuentos

que deseamos con fervor vivir.


Porque deseamos,

fantaseamos,

pensamos,

anhelamos,

soñamos,

con vivir la historia más bonita,

vivir en una historia perfecta,

vivir en la absoluta perfección...


Pero entonces nos olvidamos de la vida,

de la realidad,

de lo que tenemos,

y finalmente nos terminan aplastando.


Porque el imaginar tomando de la mano,

besando,

riendo,

platicando,

jugando

y siendo feliz con la persona que quieres...

Es la absoluta felicidad,

es una fantasía,

es eso a lo que no piensas renunciar.


Pero entonces todo pasa,

la realidad te consume,

y estás ahí,

indefenso,

temeroso,

con mil miedos mudándose en ti.


Y entonces ya no todo parece perfecto,

porque nada es perfecto,

porque lo que deseamos muchas veces no lo tenemos,

porque lo que queremos parece más lejano,

porque todo es así de jodido en esta vida.


Porque los finales son crueles,

porque la realidad es cruel,

porque la vida es cruel,

porque todo en este maldito mundo es cruel.


Porque los finales son solo finales;

porque los finales felices los ganas

sacándotelo en la lotería,

¿por qué los finales felices no son para todos?


Porque la vida es efímera,

es una simple y fina luz que se va apagando con el tiempo,

porque el tiempo es relativo,

porque te vas y ya no vuelves,

porque te toca conocer, querer y despedirte.


Porque la vida es jodida,

es una completa mierda;

porque así es esto,

porque lo poco de felicidad que hay...

Deben ser amuletos,

esperanza,

fe

y hasta un poco de luz.


Porque todo se va en una pestañeo,

porque en un segundo..

Se pierde todo,

se esfuma,

se vuelve nada,

se hace uno solo con el olvido,

se tatúa para martirizar.


Porque este es el final,

el final de mi bella fantasía,

el final de una bonita historia,

porque así es la vida ¿no?

Cruel y despiadada.


Porque la realidad llegó

y rompió con todo.

Porque el golpe de realidad

es más fuerte que cualquier cosa.


Porque cada segundo que pasa

se vuelve eterno,

queda en el pasado;

porque cada segundo que pasa...

Es uno menos en la vida.


Odio los finales,

sea cual sea,

los odio.


Porque hay historias,

que no nacieron para tener un final.

Hay historias...

Que nacieron para ser eternas.


Hay finales que nos rompen

y otros...

que nos liberan.

-Daniela Amores Ruiz-

Metanoia -PoemarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora