21.- Todo lo que [no] quiero

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Cariño, tenías todo para ser el indicado,

todas las cualidades

tú las tenías,

la escala de chico perfecto

comenzaba y terminaba contigo,

pues no había quien endulzara

tan bien mis oídos

y que no fueran tan solo palabras vagas.


Me hiciste sentir especial,

como si mis alas fuesen distintas a las demás,

como si mi voz fuese la más hermosa que existe,

como si yo fuera un todo para ti.


Cariño ¿Qué te ha pasado?

Quizá no soy yo la indicada para ti,

quizá ni eres para mí,

quizá esto ya era un final anunciado,

quizá tras quizá,

pero no fuimos jamás por un para siempre,

todo se quedaba en el después,

triste y muerto después.


Y no me vengas a decir todo lo que quise escuchar de ti,

esas palabras ya no me causan revuelo,

ya no me emocionan,

solo crean desagrado en mi vientre

el cual llenaste con mariposas,

y has dejado morir,

lentamente,

como muere este amor.


Hoy tienes todo para no ser el indicado,

todas las cualidades

tú las tienes,

la escala de lo que no quiero para mí

comienza y termina contigo,

pues no hay chico que me haga sentir tan insignificante,

como tú cuando me llamas exagerada,

después de entre lágrimas contarte mis tormentas.


Cariño, tenías todo para ser el indicado,

pero ni un poema me supo tan simple

como tu amor,

un amor que comenzó como tormenta,

rabioso,

en revuelo,

en aire y tierra por doquier,

en una intensidad desconocida,

en un encuentro no anunciado,

pero que pronto se disipó,

pues ni tú,

ni yo,

supimos jugar a amarnos,

el corazón odia llenarse de sentimientos ajenos,

sentimientos inverosímiles,

sentimientos que no existen,

pero se esfuerzan por vivir.


Cariño, tenías todo para ser el indicado,

la escala de chico perfecto

comenzaba y terminaba contigo,

todas las cualidades

tú las tenías,

pero no eran tuyas,

era lo que mi corazón pintó en ti,

y despintó en mí.

-Daniela Amores Ruiz-

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