▶ Pesadilla

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Lyan seguía esperando a que todo eso fuera un mal sueño. No podía dejar de llorar.

Había estado bajo la lluvia manteniendo la cabeza de su amado recostada en sus piernas mientras escuchaba a la gente diciendo que se apartara de él, para nada iba a dejar a su pareja tirada en el suelo y le daba igual llenarse de su sangre. Trataba de mantenerse tranquilo mientras susurraba suaves palabras dirigidas al mayor, sus manos acariciaban sus mejillas con cuidado aunque no podía dejar de temblar tanto por el frío y por el miedo de perderlo. Sabía que no podía escucharlo.

No quería perderlo a él.

Ni siquiera se había movido, estaba completamente quieto viendo al mayor sangrando, el charco de agua color carmesí cada vez se iba haciendo más grande y con ello la respiración de Lyan empezaba a dificultarse. Estaba entrando en pánico al ver al mayor perder tanta sangre, dió suaves palmadas en sus mejillas como si de alguna manera eso hiciera que despertara.

— M-Moon, por favor... Despierta...

Un gran jalon en su brazo hizo que dejara de estar cerca del mayor, su cabeza había caído al duro suelo haciendo que el menor le mirara bastante preocupado, pudo haberse lastimado con aquello. Volteó a ver algo furioso a aquella persona que había tratado de alejarlo de su amada lunita y se arrepiente en ese instante antes de poder gritarle directo a la cara.

— Retroceda, no puede acercarse al cuerpo, lo queremos detrás de las líneas. — Le había advertido un oficial, al parecer los policías habían llegado por el accidente que había sido reportado.

— P-Pero, él es mi-...

— ¡Detrás de las líneas! ¡no puede acercarse al cuerpo!

Eso había sido la gota que derramó el vaso. Aprieta sus puños y trata de mantenerse tranquilo pero de cualquier manera no podía estar notando la situación, ¡su pareja necesitaba atención médica!

— ¡Él no está muerto! ¿¡dónde está la ambulancia!? ¡M-Mi novio no está muerto! Está sangrando y necesita atención urgente, ¿¡Q-Qué no ve la cantidad de sangre que está perdiendo!?

— Nosotros somos los profesionales, nos encargaremos de esto, ahora retroceda o me veré obligado a usar la fuerza.

Se sentía tan furioso y preocupado al mismo tiempo, sentía que podía vomitar ahí mismo por tantas emociones en tan pocos segundos, se abraza a si mismo y empieza a sollozar con fuerza mientras retrocedía lentamente sin siquiera quitar la mirada de Moon. Ya ni siquiera podía hablar por la culpa del llanto.

Le ardían los ojos y eso que apenas llevaba llorando unos dos minutos, las personas ya se estaban alejando al ver a dos patrullas en aquel lugar y a los oficiales, además de que seguía lloviendo y muchos preferían alejarse para evitar enfermarse. Lyan seguía abrazándose a si mismo sin desviar la mirada de su pareja, sus piernas empezaban a fallarle y a veces sentía que iba a caerse al suelo por la falta de fuerza que empezaba a sentir, debía mantenerse firme, debía estar para Moon apesar de que no pudiera estar tan cerca de él en ese momento. Fue entonces que sus ojos se abrieron como platos al notar cierto detalle.

— ¡MOON!

Sin importarle que había muchos oficiales se había acercado rápido y básicamente se había tirado al lado de su pareja. Claro que eso había llamado la atención de todos los oficiales.

— ¡Oh Dios oh Dios...! ¡Moon!

El mayor había abierto los ojos. Lyan ahora lloraba de felicidad pero eso no quitaba el hecho de que estaba preocupado por el estado del mayor.

— Estás bien, oh menos mal... Creí que ya no volverías a abrir los ojos...

— ¡Oye! ¿¡Qué te dije sobre la distancia con el herido!? — Habló el mismo oficial de antes.

ꞋꞌꞋ  El Sol y la Luna  ꞋꞌꞋ   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora